Penélope MARTÍNEZ*
SANTIAGO DE QUERÉTARO, QRO.- Durante el embarazo, mucho más allá del vientre que crece, tu cuerpo vive grandes transformaciones. Durante este proceso, aunque pasa desapercibido, la microbiota intestinal juega un papel clave. Estos microorganismos , además de regular tu digestión, son fundamentales para el correcto funcionamiento de tu inmunidad, metabolismo y bienestar emocional.

La microbiota intestinal no es estática; cambia todo el tiempo y, durante el embarzo, lo hace de forma profunda. Conforme avanzan las semanas de gestación, esta comunidad se reorganiza, reduce su diversidad total al mismo tiempo que, ciertos grupos, como los Proteobacteria y Actinobacteria, aumentan para ayudar a extraer más energía de los alimentos, es decir, tu cuerpo afina sus herramientas para asegurar el desarrollo del bebé, optimizando los nutrientes y fortaleciendo las defensas.
Estos microorganismos generan sustancias, como los ácidos grasos de cadena corta, que viajan desde tu intestino hasta la placenta e influyen directamente en la formación de órganos y sistemas clave en el bebé, incluyendo su cerebro y el resto del sistema nervioso. Sorprendentemente, estos microbios colaboran estrechamente con tu cuerpo en la creación misma de una nueva vida.
Claro que no todo es perfecto; existen factores capaces de romper este delicado equilibrio, como una dieta rica en productos ultraprocesados, el uso excesivo de antibióticos, el estrés crónico y el tabaquismo que, incluso, pueden generar un desequilibrio conocido como disbiosis. De hecho, la disbiosis intestinal se relaciona con varias complicaciones del embarazo, por ejemplo, algunas bacterias proinflamatorias podrían contribuir al desarrollo de diabetes gestacional favoreciendo la resistencia a la insulina o a la preeclampsia, dañando vasos sanguíneos y aumentando la presión arterial. Incluso, la inflamación causada por una microbiota alterada podría adelantar el trabajo de parto, provocando nacimientos prematuros. Pero quizá lo más sorprendente es que este desequilibrio bacteriano también podría afectar tu estado de ánimo después del parto, modificando la producción de neurotransmisores clave como la serotonina implicada en la depresión posparto.
Pero no te preocupes, cuidar tu microbiota es más sencillo y accesible de lo que imaginas, no necesitas suplementos caros ni dietas complicadas, basta con una alimentación rica en vegetales, frutas, verduras frescas, legumbres y cereales. También los alimentos fermentados naturales, como yogur, kéfir o verduras en salmuera aportan bacterias beneficiosas que fortalecen tu flora intestinal.
Además, pequeñas adecuaciones a tus hábitos diarios hacen una gran diferencia como caminar media hora al día, descansar lo suficiente y practicar técnicas de respiración, como la 4-6-8; estas actividades reducen el estrés y protegen tu microbiota. Si alguna vez debes tomar antibióticos, no es el fin del mundo; basta con acompañarlos de probióticos durante al menos dos semanas para restaurar tu equilibrio interno.
Cuidar tu microbiota durante el embarazo es proteger dos vidas y dos futuros desde adentro. Cada decisión tiene el poder de nutrir esta comunidad que trabaja contigo día a día, influyendo en tu salud física y emocional. Este es tu momento para cultivar un ecosistema interno saludable y fuerte que sostenga tu bienestar y el de la nueva vida que llevas contigo.
*Bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM con maestría en Neurobiología y candidata a doctor en Ciencias Biomédicas. Por muchos años ha sido profesora y ha colaborado en diversos programas de divulgación científica. Sociedad de Científicos Anónimos Querétaro. cientificosanonimosqro@gmail.com