Lalo PLASCENCIA*

Si antes de la pandemia el mundo estaba en proceso total de digitalización, hoy en 2022 el futuro parece haberse adelantado un par de décadas. En el mundo de la gastronomía son infinitos y constantes los cambios que han transformado la industria para siempre: códigos QR en lugar de menús escritos, aforos limitados que incrementan las distancias entre mesas y un servicio al comensal que ha tenido que adaptarse a marchas forzadas. El ambiente generalizado es de continua incertidumbre, pero los más avezados convirtieron esta situación en ventajas competitivas que aún con las grandes inversiones económicas realizadas verán frutos en un futuro cercano. En el mundo de las bebidas todo cambió rápidamente: un sinfín de catas de vinos y destilados en línea en las que muchos expertos acostumbrados a los formatos presenciales aprendieron nuevas y mejores formas para llegar al público vasto de tiempo resultado de los encierros, ávidos de aprendizaje formal y deseosos de distraerse con copa de vino en mano. A destacar en México el trabajo de profesionales como Jesús Díez, Marcos Flores, Sandra Buch, Ángel Rivas que en lo público transformaron sus redes sociales en opciones formativas de alto nivel, asequibles y gratuitas con transmisiones en vivo de gran calidad. Y más allá del aprendizaje gratuito existió una intensa oleada de opciones de cursos, clases y seminarios en línea gratuitos o con costos muy asequibles en las que los usuarios recibían diversas etiquetas seleccionadas con un respectivo vínculo para conectarse en las fechas y horarios acordados de acuerdo a la ubicación física de cada asistente.

Los procesos de adaptación entre los profesores y los alumnos fueron diversos y muy complejos. Todas las sesiones parecían deambular entre las innecesarias formalidades y protocolos en los que los participantes disponían sus espacios personales en la medida del ángulo de sus cámaras -y aquello que podía y quería revelarse públicamente- y un cúmulo de semi borracheras en las que el estado etílico podía esconderse o disimularse con solo bloquear el audio o el sonido de las sesiones individuales, o definitivamente desconectarse para evitar malos ratos y escenas indeseables. En materia de catas y clases virtuales de vino seguramente hay más anécdotas que espacios públicos para contarlas, pero a motu proprio viví una infinidad de matices de todas esas experiencias como alumno y profesor. Sin duda, las clases virtuales llegaron para quedarse porque son espacios que abaratan costos de producción e impartición, democratizan el conocimiento porque ponen al alcance de muchos aquellas opciones que parecían destinadas a las metrópolis y abren espacios para mejorar el interés público sobre vinos, destilados y todo tipo de bebidas. Brindo por más y mejores experiencias así en el futuro.

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Comparto mis opciones de compra online de vinos, cervezas y destilados qué fácilmente pueden entrar en cualquier buscador. Primero el catálogo de cervezas artesanales mexicanas presentes en Amazon México es un must para los aficionados a la diversidad de fermentados. La opción de dispensadores caseros de Bar en Casa por Heineken es aire fresco para los amantes de las cervezas recién tiradas. Y para los amantes de dedicarle unos minutos a revisar etiquetas, opciones de precio y calidad los portales de Bodegas Alianza y La Europea son un auténtico privilegio tecnológico.

*Chef e investigador gastronómico mexicano. Fundador de CIGMexico dedicado a la innovación en cocina mexicana. El conocimiento lo comparto en consultorías, asesorías, conferencias y masterclass alrededor del mundo. Informes y contrataciones en www.laloplascencia.com

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