• En el marco del Día Internacional de la Niña, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca afirmó que es urgente acabar con los estereotipos de género desde las infancias, para promover la igualdad y el empoderamiento de las niñas, así como construir sociedades que garanticen sus derechos a vivir libres de violencia y sin discriminación por razones de género.

El organismo defensor explicó que las niñas enfrentan múltiples formas de discriminación y violencia por su condición sexo-genérica, debido a que la cultura las coloca en una posición de desigualdad y vulnerabilidad, lo que afecta el goce y disfrute de sus derechos.

Entre 2020 y lo que va de este año, la DDHPO ha iniciado 56 quejas relacionadas con vulneraciones a los derechos de niñas y adolescentes, los motivos más recurrentes han sido: negativa en el acceso a la educación, derecho a la integridad personal y derechos a la legalidad.

En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay alrededor de 15 millones 449 mil 725 niñas, quienes tan solo por su género enfrentan desigualdades históricas en comparación con sus pares hombres, lo que se agrava por su origen étnico, condición social, y si presentan alguna discapacidad o están en situación de movilidad humana.

La Defensoría explicó que, en este contexto de continua desigualdad, la vida, salud y la seguridad de las niñas sigue siendo una deuda del Estado, ya que las concepciones que replica la sociedad las limitan y cosifican desde edades muy tempranas, discriminándolas y limitando el ejercicio de sus derechos.

La institución autónoma añadió que los estereotipos de género establecen que las niñas deben agradar, complacer y estar al servicio del otro, además de atender las labores domésticas como una obligación, pues el hogar es el espacio de las mujeres, lo que limita su acceso a la educación y, por ende, sus oportunidades de desarrollo, empleo y vida digna.

Asimismo, los esquemas culturales justifican y normalizan los diferentes tipos de violencia hacia las niñas y las adolescentes, como las uniones tempranas, las cuales son un delito, ya que la niña o adolescente debido a su condición de edad, se encuentra en una posición de desventaja debido a los desequilibrios de poder derivados de diferencias de edad que tienen con sus parejas.

Respecto a las uniones tempranas, la Defensoría recordó que niñas y adolescentes sufren afectaciones en su calidad de vida, su desarrollo inclusivo, autónomo, así como su salud física, sexual y reproductiva, además que en la mayoría de las ocasiones en las uniones tempranas está presente la violencia doméstica, física, psicológica, social y sexual.

La vida en pareja de adolescentes con hombres mayores da lugar a embarazos, aunque no son la única causa, pues también hay un índice importante de embarazos en niñas y adolescentes derivados de violencia sexual.

De acuerdo con registros de Comisión Nacional de Población (Conapo) en México, durante el 2020 se registraron 373 mil 661 nacimientos de madres menores de 18 años, de los cuales ocho mil 876 fueron niñas entre los 12 y 14 años, lo que coloca al país en el primer lugar de embarazos adolescentes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La Defensoría insistió en que ninguna niña o adolescente debería enfrentar un embarazo temprano, por ello es urgente que, como sociedad, cuestionemos las creencias culturales que permiten la aceptación y normalización del abuso sexual de niñas y adolescentes, además se debe priorizar la protección de los derechos de las niñas y adolescentes, lo que implica que el Estado construya y aplique políticas públicas que disminuyan los riesgos y costos de las uniones y maternidades tempranas.

La violencia sexual que deriva en un embarazo temprano se refleja en los riesgos que enfrentan las niñas y adolescentes, por ejemplo, ellas tienen el doble de riesgo de una muerte materna cuando son menores de 19 años, mientras que cuando son menores de 15 años se cuadruplica la posibilidad de muerte, de acuerdo con datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en su informe “Consecuencias socioeconómicas del embarazo en adolescentes en México”.

El organismo autónomo indicó que proteger los derechos humanos de las niñas implica un cambio de paradigmas respecto a ellas, en el que es preciso dejar de considerarlas como objetos de protección y romper con los estereotipos de género que las colocan en una posición de desigualdad.

La Defensoría señaló que la educación y condiciones seguras para que puedan vivir una infancia y adolescencia plena, es clave dentro de esta transformación que permitirá a las niñas gozar de sus derechos, lo que significa su desarrollo y vida digna.

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