Claudia “Hoppy” BAUTISTA
CHIHUAHUA, CHI.- Cada abril, desde hace ocho años, me enfrento a la misma decisión: ¿Renuevo mi membresía en BNI o me doy de baja?
Los primeros años eran una mezcla de incertidumbre y falta de recursos. Me sentaba durante horas a sacar cuentas, revisar si realmente era rentable. La verdad es que aún no dimensionaba el valor de las herramientas que BNI me ofrecía. Pero algo sí sabía: había un grupo de más de 60 empresarios reconocidos, con empresas grandes y sólidas, que jugaban en todas las ligas, en cámaras y consejos del estado y que cada viernes me ofrecían un abrazo, una palabra clave y me preguntaban: ¿Cómo te puedo ayudar?
En ese momento, yo acababa de salir de una de las batallas más duras de mi vida. La había ganado, pero me había costado todo. Estaba en ese grupo apoyando a mi hermana en su empresa Gmakeup Studio. Cada “uno a uno” me abría la mente y las puertas a un nuevo mundo. Me sentía en un lugar seguro, en una nueva escuela para la vida y los negocios. Aunque aún no tenía resultados grandes, sabía que ahí estaba lo que necesitaba para volver al camino que esa batalla me había hecho perder.
Y, como por arte de magia, siempre llegaba algo que me permitía pagar un año más.
En el segundo año, viví una experiencia única: el Congreso Nacional LATAM BNI en la Riviera Maya, mi lugar favorito del mundo. Ahí, mi cabeza y mi corazón estallaron. Me di cuenta de que era posible mucho más de lo que imaginaba. Conocí personas increíbles, conferencistas internacionales, mentores y amigos que hasta hoy siguen siendo clave en mi crecimiento. Jamás olvidaré esos “uno a uno” en la alberca con quienes, sin saberlo, se convertirían en mis grandes mentores. Ese congreso me hizo entender que BNI es grande.
Gracias a las capacitaciones y herramientas, logré conseguirle a mi hermana conexiones para llevarla al éxito en el Fashion Week de Nueva York. Nuestra historia incluso apareció en BNI Global. Cada año se volvía más fácil decir “sí” a renovar la membresía… hasta que llegó la pandemia.
Una nueva batalla, pero esta vez desde casa. Me tocó ser presidenta de mi capítulo. Llevaba solo cuatro meses en el cargo cuando, de la noche a la mañana, migramos a sesiones por Zoom. Pero ni la energía ni la magia de los viernes se perdieron. En solo una semana, gracias a capacitación de primer nivel, ya estábamos listos.
Apliqué lo que aprendí en mi enfermedad: un día a la vez, actitud positiva, buscar los regalos que cada situación nos deja. Y fue increíble.
Sin necesidad de dinero para viajar, comencé a visitar capítulos alrededor del mundo por zoom: Portugal, Islas Canarias, Perú, Costa Rica, Colombia, Argentina… Fue maravilloso ver cómo todos nos volvimos creativos para enfrentar la crisis. En México, empecé a hacer “uno a uno” virtuales con grandes empresarios y directores ejecutivos. Así nació Cibi Traslados, mi empresa especializada en transporte para personas en silla de ruedas. Me apoyaron para organizar webinars nacionales, viajes con causa y hasta experiencias como “Cibi Nights”, con vino, mezcal, pisco, sotol, whisky, música y networking.
Llegó otra vez la fecha de renovar… ¡y lo logré!
Ya tenía dos negocios funcionando (aunque uno cerrado por pandemia). Entendí el valor de diversificar y seguí adquiriendo herramientas. Viajé a Europa a la semana de la moda en Londres, Milan y Paris lo volvimos a lograr, luego viste en persona a una empresaria de BNI Portugal, y regresé con la representación de su fábrica de corchos naturales Aijiscork. Cambié el giro al de mi tercer nuevo negocio y confirmé que una de las maravillas de BNI es que no te limita, puedes hacer negocios donde sea más rentable para ti.
Decidí seguir al pie de la letra cada proceso. Años anteriores había intentado “reinventar la rueda” y saltarme pasos. Funcionó, sí, pero no como yo quería. Así que me puse manos a la obra:
“Uno a uno”, visitas, estudios UDE, referencias, y aplicar la fórmula mágica: VCR (Visibilidad, Credibilidad, Rentabilidad).
De eso ya han pasado dos años… y el rumbo ha sido verdaderamente extraordinario.
Pasé de ofrecer únicamente corchos para vino, a botellas: para tequila, mezcal, bacanora y sotol, corchos sintéticos y botellas de cerámica. Ese crecimiento me llevó a formar parte de una gran empresa que hoy es mi motor: Emporium Trading, con bodegas en Oaxaca, Guadalajara y Chihuahua… ¡y vamos por más!
Mi misión ahora es conectar con los grandes maestros destiladores y con fábricas a las que les ofrezco el mejor producto con la mayor rentabilidad, respaldado por mis alianzas estratégicas, experiencia y una red de conexiones que impulsan a cada cliente hacia el éxito.
He aprendido que todo se trata de buscar el “cómo sí”, hacer alianzas, construir relaciones de confianza y dejarte llevar por la magia de esta aventura llamada networking.
Este abril 2025, digo sí a la renovación, más convencida que nunca de que los 40 años de BNI en el mundo están llenos de personas que se levantan a luchar por sus sueños mientras el resto del mundo aún duerme. Personas dispuestas a ayudarte a alcanzar los tuyos.
BNI, un lugar donde los sueños se hacen realidad, las metas se alcanzan y se conecta con personas increíbles de todo el mundo.
¿En qué te puedo ayudar?
¡Busquemos el cómo sí!
Y si aún lo dudas, aquí va un botón de muestra:
Hace apenas cinco meses, conocí en un viaje de negocios a Karla Martínez de Aguilar, miembro de BNI Tequio en Oaxaca, y a su increíble revista mujeres Shaíque. Hoy tengo el privilegio de escribir cada mes en este espacio, lo que me permite hacer una de mis grandes pasiones: conectar contigo a través de las letras y esta hermosa revista.
Un gran amigo y networker, Juan Brunner, me dijo una vez:
“Es importante coincidir, pero lo más importante es conectar.”
Muchas felicidades a mujeres Shaíque por estos 23 años.
¡Que sean muchos más!
*Soy Claudia Hoppy Bautista especialista en Relaciones Públicas y conexión de sueños en una botella.
Teléfono: +52 614 342 9564
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