- Por Alejandro Ruíz Robles.
“¡UNA FIESTA INCA EN TIERRA AZTECA!”
POR EL GUSTO DE COMPARTIR.
Siempre me ha resultado grato compartir momentos especiales de mi vida y más si los he disfrutado al máximo.
Preparar esta columna sin duda es un doble deleite, no sólo por lo disfrutado sino porque al recordarlo se convierte en momentos llenos de alegría que no sólo alimentan el alma de quien lo lee, sino que nos alientan a seguir en el camino del esfuerzo.
Es increíble pensar que el afecto, la amistad y la solidaridad en los propósitos sociales, siempre estarán encima de cualquier situación política extraña.
Este texto es para recordar que el amor de los pueblos nunca será empañado por los intereses particulares de algunos individuos.
UN POCO DE HISTORIA.
Es un gusto recordar que hace 202 años la República del Perú se hizo un estado independiente de la monarquía española, resultado de la ruptura política y desaparición del Virreinato del Perú por la convergencia de las corrientes libertadoras en América y el gran logro de su pueblo; sin duda, tal hecho constituye un capítulo por demás importante en las Guerras de Independencia de Hispanoamérica.
Basta con mirar que su historia como la de muchos pueblos hermanos siempre nos muestran una lección … ¡la nobleza de un pueblo se lleva en el corazón!
… ¡Y MIENTRAS TANTO EN MÉXICO!
Parece que fue ayer pero el 30 de abril de 2009, empresarios peruanos en México crearon la Cámara de Comercio Mexicano Peruana y tras años de impulsar el comercio entre estos países a través de Misiones Comerciales y reuniones con autoridades y empresarios de ambos países, representaciones ante otras autoridades, instituciones, cámaras y empresarios de Latinoamérica, capacitaciones,
asesorías, charlas en diversos foros y demás eventos públicos y privados, han consolidado una gran comunidad de negocios con una visión social.
En la memoria se encuentran sus intervenciones en la consolidación del Acuerdo Bilateral entre nuestros países, en la creación de la Alianza del Pacífico y sus diversas Cumbres, en donde también han participado las autoridades y los empresarios de Chile y Colombia y la defensa incansable de los intereses de los empresarios; mención aparte merece la solución a la problemática de la madera traída de Perú a México en el barco “Yacu Kalpa” retenido en Tampico, Tamaulipas, y el rescate de sus inversiones que para muchos era gran parte o el todo de su patrimonio.
Si bien la pandemia los detuvo prácticamente tres años, se mantuvo el compromiso de colaborar por nuestros países y el pasado treinta de marzo se eligió a la nueva mesa directiva, siendo elegida para encabezarla a la licenciada Beatriz Pacheco Barrionuevo.
No cabe duda qué si algo me ha enseñado su ejemplo es que: “¡sólo hay límites para quienes carecen de voluntades!”.
¡LA UNIÓN QUE HACE LA FUERZA!
Si algo nos ha mostrado la vida es que la unión hace la fuerza, razón por la cual, la Cámara ha consolidado convenios de colaboración con: Centro Empresarial Mexicano, Asociación de Abogados Litigantes de México, Asociación de Empresarios de Iztapalapa, Asociación Nacional de Importadores y Exportadores Forestales, Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana, Cámara Nacional de la Industria Maderera, Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Unión de Cooperativas de Actividades Diversas del Estado de Chihuahua, Procnie por México, Red de Mujeres Empresarias de la República Mexicana, Asociación de Empresarios del Estado de México, Comité Cultural Tropicana Garibaldi, Red Nacional México Emprende, Asociación Mexicana de Contadores Públicos, Colegio Profesional en el Distrito Federal, Compañía Desarrolladora de Empresas de Bienes y Servicios Mexicanos, Comunidad China en México, América Latina y el Caribe “Mexchinalac”, y finalmente, Consejo Nacional de Mujeres Empresarias; cabe señalar que estos cuatro últimos fueron firmados esa gran noche.
Llama la atención la integración de sectores femeninos a este esfuerzo de fortalecer el comercio bilateral y me queda algo claro … ¡Es un orgullo saber que hombres y mujeres pueden alcanzar metas comunes cuando son equipo!
SUCEDIÓ UNA NOCHE.
La voz de la presidenta de la Cámara resaltando la integración económica y las oportunidades de negocios como meta perseguida desde hace años; así como los logros alcanzados sorprendieron a los comensales de la Cena de “Fiestas Patrias del Veintiocho de Julio”; ni hablar de la sobriedad de la Fundación Sebastián que albergó a tan digno evento, siempre con la sonrisa de sus anfitriones: el Maestro Sebastián y su esposa Gaby; sin duda, una pareja ejemplar.
Quizás el momento clímax del evento fue cuando llamó a todos todos sus miembros y recordó los esfuerzos que ponen día a día, en forma honoraria, para colaborar en
la construcción de la gran cofradía entre nuestros pueblos; recordando a los asistentes que cada uno pone de su bolsa para tan noble fin, es decir, no hay recursos públicos o apoyos asistenciales oficiales. La razón que los impulsa es el gran amor que tienen para vincular a ambos países.
Es posible que los aplausos del público no compensen los esfuerzos de años; sin embargo, alimentaron el alma de ellos y fortalecieron aún más su sueño.
Para sorpresa de todos, aún se hizo una donación importante para que médicos asistieran a comunidades humildes en territorio peruano; sin duda que la nobleza de sus acciones habla más que cualquier informe oficial.
Ante ello, realmente vale la pena enfatizar lo que ahí han demostrado los miembros del Consejo Directivo: “rico no es quien tiene más, sino el que necesita menos” y agregar … “qué todo se incrementa cuando se comparte”.
LAS PALABRAS DE UNIDAD.
Para continuar con la alegría, el encargado de negocios de la Embajada del Perú en México, Julio Armando Reinoso Calderón, hizo uso de la voz y con enorme elocuencia y civismo hablo de la magnificencia de nuestros pueblos y la fraternidad que por siglos se ha mantenido.
Palabras de gran contenido que motivaron a los asistentes y consolidaron la armonía y paz de esa velada.
La constante entre los asistentes era compartir sonrisas desde el fondo de nuestro ser y alegrarnos por estar ahí; ya fuera con las danzas folklóricas que iluminaban la cena, la música que nos provocaba movimiento y entusiasmo o simplemente, saberse partícipes de un evento inolvidable.
Conforme fue pasando el tiempo, eran mas las coincidencias y risas festivas que cualquier otro pensamiento de distracción y ante ello, un nuevo motivo para brindar por la pertenencia latina tan expuesta en esos momentos.
Al hablar con varios asistentes, fue por demás satisfactorio confirmar el gran cariño que existe entre nuestros pueblos y sonreír por el entusiasmo que ahí imperaba, al constatar que la gloria que se ha construido en siglos crecerá y crecerá hasta hacer un solo corazón para nuestros pueblos.
ENTRE VITOREAR Y VICTORIA.
La noche se desvaneció y con ello, un gran evento había concluido, pero no la intención que nos reunió: celebrar un veintiocho de julio heroico para los peruanos y de solidaridad festiva para los mexicanos.
La magia que impero durante 8 horas confirmo algo básico: “la hermandad entre los pueblos siempre estará por encima de una serie de declaraciones desafortunadas”.
La grandeza de los corazones no atiende a pesares políticos y eso es lo más lindo, escuchar con la razón y el corazón los gritos que enmarcaron tan célebres instantes:
¡VIVA MÉXICO!, ¡VIVA EL PERÚ!
¡VIVA EL PERÚ!, ¡VIVA MÉXICO!
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Posdata: Agradezco la Invitación del Encargado de Negocios de la Embajada del Perú en México, Julio Armando Reinoso Calderón, a la celebración del 202º Aniversario de la Independencia Nacional.
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