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Jennifer JIMÉNEZ

GUADALAJARA, JAL.- ¿Pueden creer que ya es septiembre? A veces no me la creo, este año sí que me supo a rapidez… es más, no me supo. Ahora sí creo todas estas teorías, que no entiendo con todas sus ecuaciones, respecto a que los días ya no duran lo mismo, por lo tanto, los años tampoco. En fin, cosas de físicos y matemáticos, que igual con mucha paciencia los lograría entender. Regresando al tema del que me gustaría escribirles este mes patrio, hace días leí una frase que, a mi parecer, es perfecta para contestar a las plegarías nocturnas de la mayoría de la población.

Decía así: “Ni las medicinas, rezos, rituales, curaciones y limpias te servirán, si en tus palabras, acciones y pensamientos tienes el veneno que te mantiene enfermo”. ¿Qué fuerte no? Y real al mismo tiempo. Aclaro que no desmerito cualquiera de estás herramientas, ¿sirven? Sí. Pero a su justa medida. Si pretendemos poner nuestro éxito, cualquier encomienda o propósito que tengamos en manos de alguna de estas opciones, estamos errando.

No se trata de ir saltando de posibilidad en posibilidad porque nos prometa resultados sin entender que la verdadera raíz de cualquier cambio o manifestación, somos en realidad nosotros mismos. ¿Rezas? ¿Y por qué rezas? ¿Cuál es la directriz de tus rezos? Tal vez la carga que le imprimes es sobre tus preocupaciones, o quizá lo haces condicionando el cambio en los demás para tu bienestar. Rezas y todo el día te envenenas con tus preocupaciones fatalistas, con aseveraciones que se contraponen a tu objetivo, actuando bajo la dirección de tus temores. Y así con las medicinas, tomas el medicamento con el terror de que tu enfermedad avance. Llevas acabo rituales con la duda de si servirán gestándose en el corazón. Te hacen limpias, para que a las horas te cuestiones si habrá sido efectiva.

Absolutamente nada de lo que hay en el exterior puede tener la eficacia de curarnos por dentro totalmente, y no me refiero solo a lo físico, incluyo en esto al espíritu, a nuestro sistema mental y a nuestro sistema emocional. Podemos recurrir a diferentes técnicas con fe absoluta, teniendo en cuenta que el pilar, el soporte o cimiento, será en realidad la capacidad que tengamos de practicar un modelo de pensamiento, sentimiento y acciones en la que exista una coherencia vibracional, que les permita a estas tácticas tener su eficacia.

Si te has preguntado por qué hagas lo que hagas parece que nada mejora, te estás formulando la pregunta errónea. Céntrate en tu interior, en lo que tú puedes hacer, en lo que está en tus manos. Créeme que no hay posibilidad alguna de que si trabajas real y honestamente en cada aspecto de tu ser, fracases. Los cambios son inminentes y observables al poco tiempo de invertir y practicar todo lo que mejore tu pensamiento, sentimientos y acciones.

*Escritora e instructora de meditación. Apasionada por los temas espirituales y de superación personal. He tomado diferentes estudios, diplomados y cursos que me han llevado a conocer y compartir lo que aprendo y experimento sobre el poder de nuestra mente y espíritu.

Tik Tok: jenniferautodesarrollo

 

 

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