Periodismo Trascendente:
Raymundo Ibáñez del Castillo periodismotrascendente2025@gmail.com
Afrenta a los Derechos Humanos
Por si todas las afrentas que se han cometido en contra del pueblo de México, en los últimos 6 años, no fueran suficientes, se consumó otra más de esa vergüenza y deshonor, que pesa sobre el autoritarismo de Estado y la imposición de la dictadura comunista, disfrazada de “socialismo del siglo XXI”.
La madrugada del pasado miércoles, 13 de noviembre de 2024, entre las sombras de la noche y la madrugada, en las que los traidores a la Patria, como los títeres de eso que llaman “Senado de la República”, se ocultan para cometer sus fechorías, cumplieron la orden del tirano y dictador y reeligieron, por cinco años más a la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Ibarra Piedra.
No se puede olvidar, y bien vale la pena recordar, que la hija de la agitadora profesional, María del Rosario Ibarra de la Garza, mejor conocida como Rosario Ibarra de Piedra, fue nombrada, electa burdamente, o mejor dicho, impuesta por el artífice del autoritarismo y la dictadura comunista, desde hace 5 años, precisamente el 16 de noviembre de 2019.
Y hoy, vuelve a repetirse la misma historia, la misma afrenta para los mexicanos que se registró hace un quinquenio; la primera vez, a casi un año de que el huésped de Palacio Nacional, cumpliera el primer año de estar saboreando las mieles del poder único y absoluto.
Ahora, por segunda ocasión, a tan solo un mes y dos semanas de que la hija putativa, “la heredera” de la banda presidencial y del bastón de mando, que no del poder absoluto, que sigue ejerciendo el que la impuso, asaltó el poder, después de tres campañas y después de 18 años de intentarlo y de tres veces candidato a la Presidencia de la República.
Por lo pronto, los Derechos Humanos de los más de 131.1 millones de mexicanos, como desde hace cinco años y por cinco años más, seguirán a la deriva con Rosario Ibarra Piedra, porque seguirán protegiendo los intereses facciosos de la izquierda radical, delirante y trasnochada, que sigue amasando más y más poder, para sojuzgar al pueblo de México.
La tan cuestionada y ya dos veces impuesta como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), tiene su origen en esta misma área del partido que impulsa a esta mafia en el poder, luego de su frustrado intento como candidata a diputada federal en el décimo distrito de Nuevo León, el mismo año en el que fue candidato y arrebató la Presidencia de la República, su protector y único promotor, que deambula como espectro en Palacio Nacional.
Con justa y sobrada razón, el Centro pro Derechos Humanos Agustín Pro, lamenta la reelección de la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y sostiene que con la imposición de Rosario Ibarra Piedra, una vez más, “se está premiando indebidamente una gestión caracterizada por el debilitamiento institucional, la inacción y la pérdida de autonomía”.
Y no cabe la menor duda de que se ignoraron los estándares internacionales sobre la no reelección de la Ombudsperson y el autoritarismo de Estado, con la abierta, dócil y descarada complicidad del Senado de la República; república que ellos mismos destruyeron, al igual que el orden Constitucional y el Estado de Derecho.
Las quejas sobre violaciones flagrantes a los derechos humanos y las recomendaciones, seguirán siendo -como desde hace 5 años y un quinquenio más-, letra muerta para los mexicanos, porque por encima de nuestros compatriotas, se seguirán imponiendo intereses facciosos de la mafia en el poder, para romper con el espíritu de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y seguir con la destrucción de las instituciones, y enterrarla para siempre.