Nudo Mixteco
Texto: Joel F. Gálvez Vivar/ Francisco López Martínez
Fotos: Karol Joseph Gálvez López/ Facebook
‘A riesgo de provocar enojos y la inconformidad de algunos sectores’ pacientes como complacientes, no solo la feligresía católica, sino la humanidad entera, esperó a que los Cardenales en cónclave eligieran al nuevo Papa, sucesor del apóstol Pedro y vicario de Cristo en la tierra.
El suceso se desarrolló al interior de la Capilla Sixtina, que como reliquia más cara conserva el Vaticano para eventos como el acontecido el pasado jueves ocho de mayo de 2025.
La elección del Cardenal Robert Francis Prevost, de origen estadounidense con nacionalidad peruana, de su libre albedrío optó llamarse durante su pontificado como LEÓN XIV, nombre que tal vez congratuló o quizás emocionó a la humanidad, cuya definición simboliza nobleza, fuerza, coraje, además de guía, valor y fuego, dado que el Sumo Pontífice, tendrá que guerrear como felino, primero con los propios, sí, con sus hermanos de la orden cardenalicia, apostólica, luego, entonces con el mundo.
La tarea no es fácil, nada está allanado ni aplanado para el recién nombrado Papa, los caminos y brechas los surcará con la fuerza de la inteligencia y sabiduría, y cuando sea necesario con sus propios pies y manos, así se construyen los caminos que llevan a Dios y a las praderas del cielo.
El ambiente social, económico, cultural, político y religioso mundial, no es nada agradable, mayormente en cuanto a salud y medio ambiente se refieren, además de las devastadoras guerras que llevan al exterminio a unos para dominio total de otros.
A ellos, no es ni debe ser ajena la Iglesia Católica universal, para que por la mediación en vías resolutivas, inspiradas en la visión del Espíritu Santo, el mundo obtenga pronto la anhelada paz, para que los hombres convivan en verdad como hermanos e hijos de Dios.
La esperanza y la fe está en manos del Sumo Pontífice LEÓN XIV, los cristianos todos vislumbramos sea su misión; que los niños ya no lloren las cruentas guerras, que los ríos vuelvan al canto del caudal de las aguas fuente de vida eterna.
Que la luz del evangelio ilumine eternamente la mente y corazón del Santo Padre LEÓN XIV, para conducir la barca en tormentosos océanos que circundan al globo terráqueo.
JAQUE MATE: Cuantos quieren llamarse ahora LEÓN porque el Papa eligió ese nombre para honrar a sus antecesores que ostentaron tal distinción; y los que ya lo llevan porque sus progenitores se lo impusieron; no se vanaglorien sin saber lo que implica, sin embargo, el Cardenal Robert Francis Prevost, por ello está dispuesto hasta el martirio si habría que hacerlo por la cruz redentora y la sangre de Cristo.