Antonio SALDAÑA*

BARCELONA, ESP.- Cuando conoces a alguien, algo en tu interior te dice que seas muy agradable, que les ayudes sin miramientos porque la amistad es así. Dices cosas como que tú, por tus amigos, lo das todo, que ellos son tu familia o que no sabrías qué hacer si te faltaran. Si es así, probablemente tengas un estilo de apego ansioso con tus amistades y hayas desarrollado un mecanismo llamado dependencia.

Las personas con apego ansioso suelen tener un miedo intenso a ser abandonadas o rechazadas, lo que puede influir significativamente en su comportamiento y en la forma en que interactúan con los demás. Este miedo puede manifestarse de manera particularmente aguda en las amistades, donde la preocupación constante por la estabilidad y la seguridad de las relaciones interpersonales puede llevar a emociones angustiantes por perder a los amigos desembocando en comportamientos dañinos para el autoestima.

El apego ansioso se desarrolla en la infancia como resultado de las interacciones con los cuidadores primarios. Los niños que experimentan una disponibilidad inconsistente o impredecible por parte de sus cuidadores pueden desarrollar un estilo de apego ansioso. Estos niños aprenden que el amor y la atención son inestables, lo que les lleva a estar constantemente vigilantes y preocupados por la posibilidad de ser abandonados.

En la edad adulta, el apego ansioso se manifiesta en la necesidad de constante reafirmación y seguridad en las relaciones. Las personas con apego ansioso pueden tener una baja autoestima y una dependencia emocional fuerte hacia sus amigos, lo que puede hacer que sean extremadamente sensibles a cualquier señal de distanciamiento o desaprobación.

El miedo a perder a los amigos es una manifestación común del apego ansioso. Este miedo puede estar motivado por la creencia que uno no es lo suficientemente valioso o interesante para mantener una amistad a largo plazo lo que ocasionará hacer cosas que compensen ese sentimiento de poca valía por ejemplo, favores, regalos, pagar la cuenta, estar disponible a todas horas o no saber decir que no. Las personas con apego ansioso pueden interpretar pequeñas acciones o cambios en el comportamiento de sus amigos como signos de abandono inminente lo que puede llevar a una espiral de ansiedad y preocupación.

Este miedo puede llevar a comportamientos que, paradójicamente, pueden poner en peligro las amistades que se intentan proteger. Por ejemplo, la necesidad constante de reafirmación puede resultar agobiante para los amigos y la tendencia a reaccionar de manera exagerada ante señales de distanciamiento puede generar conflictos innecesarios. Además, las personas con apego ansioso pueden evitar expresar sus propias necesidades y deseos por temor a ser rechazadas, lo que puede llevar a relaciones desequilibradas y poco satisfactorias.

El apego ansioso puede tener varias consecuencias negativas en las amistades. Las personas con este estilo de apego pueden experimentar altos niveles de estrés y ansiedad en sus interacciones sociales, lo que puede afectar su bienestar emocional y mental. La preocupación constante por perder a los amigos puede impedir que disfruten plenamente de las relaciones y puede llevar a un ciclo de autosabotaje.

Además, el apego ansioso puede afectar la dinámica de las amistades. Las personas con este estilo de apego pueden ser vistas como necesitadas o dependientes, lo que puede poner una carga adicional sobre sus amigos. Esto puede llevar a una distancia emocional y, en algunos casos, a la ruptura de la amistad, confirmando así el miedo inicial de ser abandonadas.

 

*Master en coaching en inteligencia emocional y PNL por la Universidad Isabel I de Castilla. Nº 20213960. Diploma en especialización en coaching y programación neurolingüística (PNL) por la Escuela de Negocios Europea de Barcelona. IG: tonosaldanaartista  YouTube.com/c/TonitoBonito

 

 

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