Compartir

Nazareth BLACK*

CDMX.- Me dicen “ingeniera” seguido. ¡Ya quisieran mis pulgas brincar en ese petate!

No estudié ingeniería… aún, lo he pensado, pero soy consciente del gran desafío que representa.

El 23 de junio fue el Día Internacional de la Ingeniera, una fecha que debe ser motivo de reflexión colectiva. En una realidad donde el talento de las mujeres ha sido históricamente subestimado, celebrar a las ingenieras es mirar hacia el futuro con perspectiva, equidad e inteligencia.

En México, apenas una de cada cuatro personas que estudian alguna ingeniería es mujer. Y no es porque falten ganas, capacidad o talento. Lo que sigue faltando son oportunidades, referentes, estímulos y entornos que inviten a las niñas, desde pequeñas, al mundo de la lógica, la invención, la tecnología y la construcción.

¿Te imaginas un México donde más mujeres lideren el diseño de ciudades sostenibles, desarrollen energías limpias, inventen soluciones para la movilidad eficiente o construyan puentes —literal y simbólicamente— hacia un país más justo? Ese México es posible. Y las ingenieras son clave para lograrlo.

Recuerdo cuando fui a la universidad, hace ya muchos soles. La facultad de ingeniería estaba junto a la mía, la de Derecho. En ese tiempo ni siquiera pensaba en temas como la equidad de género. Lo que sí recuerdo es que, siendo mujeres, evitábamos pasar por los pasillos de ingeniería porque no había mujeres o eran muy pocas y los silbidos y piropos eran tan estridentes que la escena era ya famosa además de incómoda.

Hoy eso se llama acoso. Y sí, sin exagerar: era acoso.

También recuerdo haber conversado con alguna compañera que se había atrevido a estudiar ingeniería. Decían cosas como que eran una o dos por salón. Que la atención excesiva por el solo hecho de ser mujer era incómoda, que escuchaban chistes que las desestimaban, que los maestros ponían presión extra para que abandonaran, y que incluso los padres les suplicaban que eligieran otra carrera. Lo recuerdo tan claro como si fuera ayer. Todo ese peso extra sobre una adolescente aún. Que costo tan elevado pagan las mujeres que quieren ser ingenieras.

Sí, hemos avanzado. Hay más mujeres ingenieras.

Pero ¿hay suficientes oportunidades para que destaquen?

No veo suficientes mujeres ingenieras creando empresas de tecnología, desarrollando robots, liderando equipos de innovación o generando conocimiento científico con libertad y respaldo.

¿Será que vencimos el miedo a entrar a la facultad, pero nos quedamos a la mitad?

Vencimos el miedo a estudiar ingeniería, pero todavía nos falta vencer el miedo a emprender, a liderar, a brillar con magnificencia en el mundo técnico y científico. ¿Será?

Estoy convencida que cuando una mujer entra a un salón, a un laboratorio o a una obra como ingeniera, no solo transforma su vida. También cambia la de quienes la ven, la de su comunidad, la de su industria. Porque su sola presencia rompe estereotipos, genera nuevas conversaciones y aporta formas distintas de mirar y resolver los problemas.

Hace unos días dije en un evento donde participé, sobre la importancia de la mujer en la industria radica en que cuando una mujer entra a una industria, cambia la estadística.

Cuando cientos entran, cambia la cultura.Y cuando lideran la transformación tecnológica, cambia el país.

Cada vez que una mujer se convierte en ingeniera, se abre una nueva posibilidad para cambiar el mundo.

Desde la electromovilidad hasta la robótica, desde la industria aeroespacial hasta la construcción de infraestructuras resilientes al cambio climático, el mundo necesita ingenieras. Y México no debe quedarse atrás.

En esta ruta hacia una ingeniería más equitativa y poderosa, también vale la pena hablar de lo que estamos construyendo desde México. Evolena – Mujeres en Industria- es una iniciativa que nació para visibilizar, conectar y empoderar a mujeres en sectores tradicionalmente masculinizados como la energía, la manufactura, la tecnología y la movilidad. Desde este espacio, apostamos por el liderazgo femenino como una fuerza transformadora para la industria y para el país. Creamos comunidad, impulsamos formación especializada, promovemos referentes y tejemos redes de colaboración para que más mujeres lleguen, se queden y lideren. Porque si hay más ingenieras, hay más futuro.

Hoy, invito a todas las niñas curiosas, a las jóvenes valientes, a las madres, tías, maestras y mentoras: hablemos más de ingeniería. Hagamos visible lo que hacen nuestras ingenieras. Celebremos sus logros. Acompañémoslas. Impulsemos políticas públicas que cierren brechas. Invirtamos en su formación, en su libertad de crear, en su liderazgo.

 

* CEO de Zacua, Motores Limpios y Evolena / Mujeres en Industria. Impulsora de la electromovilidad, la innovación sostenible y el liderazgo con propósito en México y América Latina.

www.NazarethBlack.com

 

Compartir