LIBROS DE TEXTO SIN PLAN NI PROGRAMAS DE ESTUDIO

Eduardo de Jesús Castellanos Hernández

Este asunto de los libros de texto gratuitos para la educación primaria en México, preparados por la Secretaría de Educación Pública del Poder Ejecutivo Federal con una serie de errores de ortografía, de datos equivocados, de ausencia de temas básicos, sin responder siquiera a un plan y programas de estudio previamente, consensuados y aprobados por la propia autoridad educativa nacional; preparados mediante una metodología completamente opaca convertida en información reservada para no rendir cuentas a nadie de su forma de elaboración y, sobre todo, con un evidente sesgo de manipulación ideológico-política, me ha traído a la memoria varias anécdotas personales que junto con otras reflexiones me permiten confirmar la convicción de lo mal que está ahora este asunto a cargo de gente tan poco calificada -para estas cuestiones al menos, pero muy dispuesta para hacer otras- en la Secretaría de Educación Pública. Razones que me parece necesario expresar de la manera más clara posible, en el contexto de los aciertos e insuficiencias de la educación pública en México a los que igualmente me referiré.

Hace varios años, cuando ya la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión había convenido con el Centro de Investigación Científica “Ing. Jorge L. Tamayo” del Sistema SEP-CONACYT la inclusión de mi investigación -publicada en tres tomos por dicho Centro bajo el título “Formas de Gobierno y Sistemas Electorales en México” y un libro más titulado “Las Reformas de 1996”- para formar dos tomos de la “Enciclopedia Parlamentaria de México”; fui invitado por las autoridades de la Universidad Anáhuac del Sur, donde entonces era profesor de Derecho Constitucional en el nivel de licenciatura en Derecho, a impartir la materia Derecho Electoral.

En esa época, el Derecho Electoral y la Técnica Legislativa -disciplinas que, desde entonces, y mucho antes, forman parte de mi objeto de estudio académico y de mi práctica laboral profesional-, eran asignaturas que no formaban parte del plan de estudios de la licenciatura en Derecho. Así es que con gusto acepté el reto profesional de impartir Derecho Electoral, y lo primero que hice fue preparar el programa de estudio de la nueva asignatura en el plan de estudios correspondiente a la licenciatura en Derecho en dicha Universidad y Sistema Educativo de excelencia académica -donde actualmente imparto, vía Zoom, la asignatura “Sistemas Gubernamentales” en la licenciatura en Administración Pública y Gobierno en la Universidad Anáhuac de Oaxaca-.

Bien pronto me di cuenta de que ni los cuatro tomos publicados por el Centro Tamayo, ni los dos tomos de la Enciclopedia Parlamentaria de México, me eran útiles para impartir la nueva asignatura. Así es que el contenido del programa que había preparado para impartirla, me sirvió de base para escribir un nuevo libro que desde entonces publica la Editorial Trillas, ahora bajo el título “Nuevo Derecho Electoral Mexicano”, y que varios colegas en varias universidades del país utilizan como libro de texto cuando imparten dicha asignatura.

Varios años después de la primera edición de ese libro, tuve el gusto y la oportunidad de cursar y acreditar la Especialidad en Justicia Electoral en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde fueron mis profesores tanto magistrados electorales como secretarios de estudio y cuenta de dicho Alto Tribunal. Por eso fue una sorpresa inesperada y una gran satisfacción que un par de dichos profesores míos me hubiesen llevado el libro mencionado para que se los dedicara. Uno de ellos, por cierto, me dijo algo que nunca he olvidado por la calidad profesional de quien me lo dijo: me expresó que el mío era el primer libro de Derecho Electoral que había leído y que lo había motivado a incursionar y continuar en la materia. Por mi parte, el primer libro que yo leí sobre “Sistemas Electorales” fue el de Jean Marie Cotteret, mi profesor en la Sorbona de París.

Se trata, la materia electoral (al igual que la Técnica Legislativa), de una disciplina de estudio y práctica profesional que nunca he abandonado; recientemente la Escuela Libre de Derecho de Sinaloa y la Editorial Tirant lo Blanch publicaron mi libro “Análisis Político y Jurídico de la Justicia Electoral en México” (2021); prolongación del mismo objeto de estudio que previamente había dado lugar a la publicación de tres tomos bajo mi coordinación y coautoría titulados “Temas de Derecho Procesal Electoral” (2010-2011), publicados por la Secretaría de Gobernación del Poder Ejecutivo Federal.

Años antes de estos episodios que acabo de relatar, tuve la oportunidad y el privilegio de colaborar al lado de la señora profesora -de Educación Primaria y Secundaria- doña Idolina Moguel Contreras, obviamente egresada de la Escuela Normal Superior, pero también doctora en Letras Españolas y doctora en Lingüística; autora de libros de texto de Gramática Española y de Literatura Española. Méritos laborales y profesionales que le valieron ocupar la secretaria técnica del Consejo Nacional Técnico de la Educación, la dirección general de Capacitación y Mejoramiento Profesional del Magisterio, la dirección general de Materiales Didácticos y Culturales, así como la subsecretaría de Educación Básica, en la Secretaría de Educación Pública del Gobierno Federal Mexicano. Tuve esa oportunidad y privilegio de colaborar con ella cuando fue senadora de la República, representando dignamente al Estado de Oaxaca, entidad natal de ambos; órgano legislativo federal donde ella presidió sucesivamente las comisiones legislativas de Corrección de Estilo, Editorial y de Educación.

Las políticas públicas, como muchas otras cosas en la vida, tienen o pueden tener un doble aspecto, uno positivo y otro negativo. Esto es lo que ha sucedido con los libros de texto gratuito que publica la Secretaría de Educación Pública desde que era secretario de Educación Pública, don Jaime Torres Bodet, y presidente de la República don Adolfo Lopez Mateos. De una parte, permiten que los niños de familias de escasos recursos puedan tener una bibliografía completa sobre las asignaturas que cursan. Pero, de otra parte, son el vehículo ideal para adoctrinar a las masas en una ideología oficial de Estado. Manipulación ideológica que, sin embargo, necesariamente muy pronto cae por su propio peso.

Puesto que, desde luego, muchos de esos alumnos -aunque no todos- más tarde cursarán estudios de los siguientes niveles -medio superior y superior, e incluso estudios de posgrado- y tendrán acceso a una enorme diversidad de autores, editoriales, metodología, epistemología e información para explicar varios o muchos de los temas que originalmente conocieron en la educación primaria a través de los libros de texto gratuitos o de libros publicados por editoriales privadas para dicho nivel de educación y los siguientes. La información, la formación y la actualización educativa a lo largo de toda la vida humana impiden, reducen o desaparecen la posibilidad de manipulación ideológica por parte del Estado; tarea a la que los profesores e investigadores universitarios contribuimos con el ejercicio responsable de la libertad de cátedra y de investigación.

La tentación de manipular y adoctrinar a las masas a través de los libros de texto gratuitos de la educación primaria siempre estará presente en cualquier tipo de gobierno -o por lo menos para dar a través de ellos la mejor versión de su propio desempeño-, pero todavía más en un gobierno populista y autoritario como el que ahora conocemos en México; más aún cuando se propone materializar una supuesta “Cuarta Transformación de la República” -cualquier cosa que eso pueda significar además de la intención de perpetuar a la élite gobernante en el poder político-.

Especialistas en educación, padres de familia y autoridades educativas locales han empezado a estudiar con detalle el contenido de los nuevos libros de texto redactados fuera de las disposiciones que al efecto señalan la ley, reglamentación y demás lineamientos administrativos al efecto vigentes; circunstancia esta que algunos de ellos han hecho notar y han hecho valer ante los tribunales federales competentes. Naturalmente que los responsables políticos de su elaboración, a nivel federal, han salido inmediatamente en defensa de su obra o engendro. Es, pues, un debate que se prolongará largo tiempo y que, finalmente, después de muchas investigaciones, reflexiones y publicaciones especializadas sobre el tema, nos dará una conclusión definitiva pero extemporánea, pues dichos libros ya se encuentran en circulación y empezarán a ser aplicados a partir del mes próximo, una vez que se inicien los cursos del nuevo año escolar.

Si esto de suyo es preocupante para pedagogos y padres de familia, más preocupante aún es para todos los ciudadanos que el Gobierno de la República reaccione de manera inusitada, una vez que un juez de distrito ordenó al Gobierno de la República, suspender la distribución de los libros de texto, conforme a un procedimiento hecho valer por vía de amparo por varios quejosos, mientras no den a conocer por lo menos el plan y los programas de estudio a partir de los cuales supuestamente redactaron los libros de texto en circulación. Por esta razón varios gobiernos locales de estados de la República se niegan a distribuir y aplicar dichos libros, amparados por la determinación ya comentada de la justicia federal. Esto requiere desde luego una breve explicación y fundamentación.

La Ley General de Educación (Diario Oficial de la Federación del 30/09/2019), promulgada por el presidente de la República en funciones, señala en su artículo 22, párrafo cuarto, lo siguiente: “Los libros de texto que se utilicen para cumplir con los planes y programas de estudio para impartir educación por el Estado y que se derive de la aplicación del presente Capítulo, serán los autorizados por la Secretaría en los términos de esta Ley, por lo que queda prohibida cualquier distribución, promoción, difusión o utilización de los que no cumplan con este requisito. Las autoridades escolares, madres y padres de familia o tutores harán del conocimiento de las autoridades educativas correspondientes cualquier situación contraria a este precepto.”

En el caso de los libros de textos en proceso de distribución sencillamente no hubo plan ni programa de estudios previo. Esta es la razón por la que la justicia federal ordenó suspender su distribución, a solicitud de asociaciones de padres de familia y gobiernos locales. Desde luego que la titular de la Secretaría de Educación Pública nada más dijo que para nada iba a suspender dicha distribución y, efectivamente, nada la ha suspendido, salvo la decisión de algunos gobiernos locales.

Si en este país es a voluntad de los funcionarios federales cumplir o no las disposiciones de las leyes expedidas por ellos mismos y las determinaciones emitidas por un juez federal, eso significa que algo anda mal, muy mal -es la discrecionalidad en el cumplimiento de la ley propia de un gobierno autoritario-. Pero todavía es peor, para efectos de la educación primaria, que haya libros de texto sin plan ni programas de estudio previamente autorizados. Eso se llama dar palos de ciego en materia educativa, aunque perfectamente dirigidos a la manipulación ideológica como forma de dominación política autoritaria.

Ciudad de México, 14 de agosto de 2023. Eduardo de Jesús Castellanos Hernández. Profesor e Investigador. Doctor en Estudios Políticos (Francia) y doctor en Derecho (México). Posdoctorado en Control Parlamentario y Políticas Públicas (España) y en Regímenes Políticos Comparados (EUA). Autor de libros de Derecho Público, Privado y Social; Administración Pública y Ciencia Política; Derecho Electoral y Derecho Procesal Electoral; sus libros se encuentran en bibliotecas, librerías, en Amazon y en Mercado Libre. Las recopilaciones anuales de sus artículos semanales están publicadas y a la venta en Amazon (“Crónica de una dictadura esperada” y “El Presidencialismo Populista Autoritario Mexicano de hoy: ¿prórroga, reelección o Maximato?”); la compilación más reciente aparece bajo el título “PURO CHORO MAREADOR. México en tiempos de la 4T” (solo disponible en Amazon).

Compartir