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Milka IBÁÑEZ*

CDMX.-Algunas ficciones funcionan como espejos y otras como laberintos. Severance, es ambas cosas: un reflejo de un mundo laboral, con el trabajador “ideal” y un rompecabezas psicológico que nos arrastra a un mundo, inquietante y perturbador. Con una premisa impactante y una atmósfera absorbente, la serie plantea una pregunta que retumba en la mente del espectador: ¿qué pasaría si pudiéramos separar nuestra vida laboral de la personal?

Mark Scout (Adam Scott) trabaja en Lumon Industries, una empresa en la que los empleados se someten a un procedimiento quirúrgico que divide su memoria en dos versiones: el “innie” (su yo laboral) y el “outie” (su yo personal). Mientras Mark está en la oficina, no recuerda nada de su vida exterior. Cuando sale del edificio, olvida por completo lo que hizo durante el día. Lo que parece una solución conveniente para equilibrar vida y trabajo, pronto se revela como una forma extrema de control.

El trabajo en Lumon es desconcertante. Los empleados de la misteriosa división de refinamiento de datos se dedican a clasificar números en una interfaz opaca, sin entender realmente el propósito de su labor. Sus interacciones están regidas por normas absurdas y sistemas de recompensa infantilizados, como fiestas con globos y premios ridículos por productividad. En este entorno sumamente cerrado, los personajes enfrentan un dilema existencial: si solo existes en el trabajo, ¿eres realmente una persona?

La dirección de Ben Stiller, entre otros,  potencia la sensación de encierro con una estética minimalista y opresiva: pasillos infinitos, oficinas despobladas y una paleta de colores fríos que intensifican la claustrofobia, la impersonalidad de estas grandes corporaciones. Cada encuadre está cuidadosamente diseñado para reforzar la sensación de alienación, mientras la música inquietante acentúa el misterio. Los episodios dirigidos por Ben Stiller, son una locura que te mantiene en reflexión y tención constante. La serie dentro de la presión psicológica que puede tener, también tiene momentos divertidos, lo que la complementa de manera magistral.

Adam Scott (Mark), en un papel que se aleja de su registro habitual, ofrece una interpretación matizada, dividiendo su personaje en dos versiones casi irreconciliables. Britt Lower, como Helly, encarna la resistencia dentro del sistema, mientras que John Turturro y Christopher Walken aportan una historia de amor inesperada que resquebraja la frialdad de Lumon.

Más allá del suspenso, Severance es una crítica mordaz a la cultura corporativa y la deshumanización del trabajo. La serie lleva al extremo la idea de separar la identidad personal del ámbito laboral, pero su mensaje resuena en cualquier oficina donde las horas se diluyen en productividad forzada. ¿Cuánto de nuestra vida sacrificamos en nombre del empleo? ¿Dónde termina la vocación y comienza la explotación? ¿Lo que le pase a mi “yo” del trabajo me da igual?

La tensión crece con cada episodio, acumulando preguntas sin respuesta hasta su impactante final, que deja al espectador al filo de la incertidumbre. Disponible en Apple TV+, Severance es una de las propuestas más inquietantes de los últimos años. Atrapa con su misterio y deja una sensación persistente de desconcierto ¿Te someterías a un procedimiento así para “liberarte” del trabajo? Después de ver esta serie, la idea ya no te parezca tan atractiva.

 

*Comunicación y Relaciones Públicas. Directora General 24 Risas por Segundo, Festival de Cine y Comedia

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