Historia, Ciencia y Tecnología al Día
¿Cómo pasa el tiempo?
julio.palau.ranz@gmail.com
Estimados lectores, el día 26 de noviembre cumplió años el periódico EL IMPARCIAL, tiene 73 años de edad, mi más sinceras felicitaciones a la familia PICHARDO por tal logro, en especial a Minita que me abrió las puertas para publicar en este importante medio.
Si usted tiene la curiosidad de revisar el titular de ese número de 1951, podrá darse cuenta que parece que el tiempo no ha pasado, las noticias parecen ser las mismas, tal vez los cambios sean los tipos de letras (en ese tiempo se elaboraba un periódico de manera diferente, ya que no había computadoras).
Nací en 1960; sin embargo, desde esa fecha ya logré aparecer en el periódico. Como voluntaria de la Cruz Roja de Oaxaca, era frecuente ver aparecer a mi madre en sus notas de sociales, como el famoso baile que se hacía de “Blanco y Negro”, acompañada de mi abuelo, Don Miguel Ranz Iglesias.
A los 8 años en el consultorio de mi padre, el Dr. Julio Palau Rodríguez, vi un anuncio en una revista (me gustaba hojear las revistas que llegaban al consultorio) y anunciaban un concurso para niños en un diario nacional, así que escribí un artículo y le pedí a mi madre que lo enviara por correo.
Un mes después llegó la noticia que había sido seleccionado para participar en el concurso y un mes más tarde que había sido el ganador del concurso, eso abrió mi gusto por dos cosas: El gusto por la escritura y entrar a concursos a tratar de ganar el primer lugar.
Gané el primer premio emprendedor al terminar la carrera en 1982 en el ITESM. Durante el último semestre, hicimos un proyecto para controlar un tren de miniatura por medio de una computadora. Se necesitaba conectar sensores en la vía para detectar cuando pasaba el tren y un segundo sensor para medir a qué velocidad iba, asimismo, se debería detener en la estación y enganchar otro vagón, hacer cambio de vía; todo conectado a una computadora y teníamos que hacer el software para controlarlo.
Nuestro director de la carrera nos invitó a que participáramos con el proyecto en New York en la IEEE, una institución importante de Electricidad, Electrónica y Energía a nivel mundial y resultamos ganadores del primer lugar.
El siguiente fue en Oaxaca, en 1988 el municipio hizo su primer concurso emprendedor por parte del presidente Municipal, el Ing. Kay Sada, y me inscribí con un sistema de Precios Unitarios. Muchas constructoras en Oaxaca lo usaron y hasta la fecha me piden que lo actualice; recibí la presea de primer lugar en esa ocasión de manos de María Elena Vásquez Escobedo, esposa del Ing. Kay Sada.
Después participé en el Premio al Mérito Exportador en 2012 por Tecnologías de Información con una universidad virtual. Ya la tecnología había cambiado y, ahora lo de punta era el internet, así que creamos una universidad virtual y nos contrató CISCO y SAP a nivel mundial para capacitar sobre comercialización y Marketing Digital en todo el mundo. Teníamos 9 mil alumnos y se daban los cursos en Inglés, Español, Francés, Alemán, Italiano, Portugués, Japonés, Mandarín y Koreano; ganamos el primer lugar en esa ocasión.
En 2014, ganamos el primer lugar Regional del CleanTeach México por Innovación Beneficio Húmedo del Café. Se creó una maquinaria que revoluciona el proceso del beneficio húmedo del café, pasamos de un proceso contaminante de 17 días a un proceso de 4 días con valores agregados, ya que se obtenía abono orgánico, Etanol y un grano de café sin manchas.
En 2015 con el Premio POSIBLE (Fundación Televisa y Monte de Piedad, como organizadores) con el auto solar y con el café nos abrió sus puertas la Lic. Mirna López de Oaxacafé para hacer las pruebas en las comunidades. Allí pregunté a sus habitantes cuál sería su máxima ilusión. La respuesta fue poder mandar a uno de sus hijos a estudiar la ciudad.
Me quedé pensando en cómo hacer posible esto y la solución fue hacer un auto solar, al cual se le puso el nombre de CAPASOL, ya que era poner en el techo un panel solar. Construimos un auto eléctrico, el primer intento fue hacer un auto de golf, pero tenía dos problemas, el primero, el tamaño no era aceptado para circular en las calles y el segundo es que las piezas eran extremadamente caras, así que buscamos hacerlo con partes comunes en México, y el motor y la transmisión los trajimos de China.
Lo siguiente fue ponerle un panel solar que lo alimentara, recurrí a un amigo ex-a-Tec, el Ing. Luis Calderón, quien tiene su fábrica de paneles solares y gustoso aceptó participar en armar el auto, el resultado lo presentamos en el concurso y fue de los ganadores. El auto permite moverse a las comunidades, con el panel solar tenemos la energía eléctrica para las computadoras, con la universidad tenemos el contenido y a los alumnos se les presta una tableta para que tomen las clases.
Como siempre a la orden, cualquier comentario que gusten hacerme, leo críticas o felicitaciones, mi correo es julio.palau.ranz@gmail.com