Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR
Fotografías: Cortesía
Perros Guías para Ciegos I.A.P., fundada el 8 de agosto 1995 por Silvia Lozada Badillo, es la primera escuela en América Latina inaugurada el 4 de noviembre de 1997 después de obtener el terreno y el patrocinio de construcción para las instalaciones.
Llevan más de 300 personas rehabilitadas y graduando a más de 146 binomios (persona ciegas-perro guía).
Hacer visible la importancia de la inclusión en México
Soy una persona con discapacidad que perdió la vista a los 3 años de edad. Vivía en una comunidad rural y mis padres –campesinos- preocupados por no saber qué me pasaba, buscaron ir a la Ciudad de México (CDMX) para que recibiera atención médica; la recibí en el Hospital de la Luz y el oftalmólogo que me atendió le hizo saber a mi madre que la discapacidad era irreversible. Le sugirió que mejor me llevara a la escuela donde pudieran ayudarme a manejar mi nueva condición y entré al Instituto Nacional para la Rehabilitación de Niños Ciegos y Débiles Visuales ubicada en Coyoacán, en la CDMX. Cursé el kínder y primaria, y recuerdo que, regularmente, nos visitaba un capitán retirado del ejército con su perro guía que se llamaba Job. Yo sabía que sólo se podía tener un perro guía en el extranjero.
Para ir a la secundaria, tenía que tomar transporte público, camión, metro y pesero; era un recorrido muy grande y complicado para una niña de 13 años que utilizaba su bastón como guía. Me perdí en las calles, se me pasaba el lugar en el que me tenía que bajar, etc., pero también conocí gente en el camino que me ayudó. Al entrar a la preparatoria, comencé a trabajar: en la mañana iba a la escuela y en la tarde trabajaba en un despacho de abogados como recepcionista.
Quería tener un perro guía y mi profesor de historia de la preparatoria lanzó una convocatoria entre los estudiantes para que me consiguieran la dirección de la escuela de perros guía de Estados Unidos. A quien la consiguiera, le exentaría de la materia y rápidamente, una chica llegó con la dirección de Leader Dogs for the Blind de Rochester Michigan; hice mi solicitud y como si fuera un embarazo, esperé 9 meses a que me llamarán para ir por mi primer perro guía.
El acompañamiento de un perro guía le cambió la vida
¡No te imaginas la alegría que da saber que tienes respuesta a una petición y el cambio que significaría poder desplazarme con mi hermoso ser vivo! Para llegar a la escuela en Estados Unidos, viajé sola; fue mi primer viaje y me sentía muy contenta de poder hacer esa travesía. Llegué a la escuela y al tercer día me asignaron a mi preciosa perro guía: una pastor alemán muy grande, muy fuerte, muy protectora, muy hermosa, de un temperamento hiperactivo (la inquietaban las pelotas, las palomas, las personas), pero yo sabía que con el manejo del entrenador, la iba a poder controlar.
En ese tiempo, en esa escuela había un entrenador de origen latino así que tuve esa bendición de tener la capacitación en español. La escuela me impactó muchísimo porque además de tener muchos perros en proceso de entrenamiento y muchos usuarios capacitándose, éramos 24 personas provenientes de Canadá, Estados Unidos, de España y de México (era la única mexicana).
La inspiración para replicar en México y Latinoamérica una Escuela para perros guías
En 1982, acudí a esta escuela en Estados Unidos. Además de las instalaciones, me sorprendió la actitud hacia la discapacidad ya que eran muy incluyentes, a todos les daban un trato digno y respetuoso.
Cuando regresé a México, me enfrenté con que no existía ningún artículo o ley que estableciera el derecho de las personas ciegas para accesar a transportes y lugares públicos con su perro guía, así que tuve que hablar con mis profesores para que me dejaran entrar al salón y
con los conductores para que me dejaran entrar al transporte público con mi pastora alemán, y que ello sirviera para ir concientizando a la gente en este tema.
En esa época no existían los perros de trabajo en el ejército, en la policía o la marina; nadie trabajó con perros hasta 1985 a raíz del sismo donde usaron perros de rescate provenientes de la escuadra italiana, francesa y de otros países. A partir de ello, México tomó conciencia que existían perros entrenados que podían apoyar en diferentes tareas.
Debido a que se enfermó mi pastora alemán, me dieron a mi segunda perrita guía: una labrador de nombre Lindy quien me acompañó en la universidad. En esa época, me uní a un grupo de voluntarios de una Institución de Asistencia Privada donde empecé el proyecto para fundar la escuela de perros guía. Por mi experiencia, sabía que así como yo podía desplazarme por las calles de manera ágil gracias a mi perro guía, otras personas también podían hacerlo. Quise compartir esa bendición para que aquellas personas ciegas que sufrían marginación y discriminación (en ese tiempo éramos vistas como sujetos de atención médica, pero no de oportunidades laborales ni educativas), pudieran hacer sus vidas.
Tenía 25 años cuando inicié con esta idea con entusiasmo, dispuesta a vencer todos los desafíos y los retos, logrando conseguir un terreno propiedad del gobierno de la CDMX y construyendo las instalaciones de la escuela gracias al patrocinio del Nacional Monte de Piedad. La escuela se creó como una organización no lucrativa bajo la figura de Institución de Asistencia Privada, y el 4 de noviembre de 1997 se inauguraron las instalaciones.
A 37 años de labor ¿cuál sigue siendo el reto? ¿Es posible cambiar el mundo dando mayor inclusión?
En ese entonces, hablabas en chino, nadie entendía lo relacionado con la inclusión y las personas con discapacidad teníamos un gran desafío porque la sociedad nos ignoraba, pero poco a poco fuimos cambiando leyes empezando por el Código Civil, después con la Ley General para la Inclusión de Personas con Discapacidad y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Esta última, es un tratado internacional de los derechos humanos para todas las personas con discapacidad que fueron promovidos por México, que la ONU ratificó y que todos los países lo implementaron.
Es cierto que sí ha habido grandes avances desde que empecé: fue todo un reto hablar en un idioma que la sociedad no entendía. Todos los días me despido de mi compañera Beatriz diciéndole: nos vemos mañana Bety, mañana seguiremos cambiando el mundo de cada usuario que recibe rehabilitación en la escuela, de cada usuario que tiene un perro guía, pero también de cada política pública que se diseña, se modifica, se propone o cada artículo de una ley y/o de cada persona que a través de nuestros talleres y visitas toma conciencia sobre cómo interactuar con las personas con discapacidad, pero que además reconocen el extraordinario trabajo de los perros guía. Con ello, cambiamos el mundo, vamos paso a pasito, pero también de acción en acción todos los días.
Escuela para entrenamiento de Perros Guías para Ciegos I.A.P.
Nuestra misión es contribuir al bienestar, independencia, movilidad y autoestima de las personas con discapacidad visual de escasos recursos por medio de 2 programas: Rehabilitación Inclusiva y Donación de Perros Guías entrenados en México.
Son más de 300 personas rehabilitadas, 146 binomios graduados que hacen equipo con las personas ciegas, además, hemos buscado incidir en cambios legislativos y políticas públicas en defensa de los derechos de personas con discapacidad visual y de los perros de asistencia. Colaboramos con Leader Dogs for the Blind de Rochester Michigan, para el seguimiento y reentrenamiento de perros graduados.
El programa de donación de perros guía está enfocado en la crianza responsable de los perros, socialización, entrenamiento y seguimiento al momento de formar un binomio con una persona ciega. Durante el curso de formación de binomios, las personas con discapacidad visual se hospedan cuatro semanas en nuestras instalaciones donde cuentan con servicio de comedor, lavadora, secadora y habitaciones cómodas.
En el programa de rehabilitación inclusiva brindamos los servicios de terapia psicológica individual y grupal, actividades de la vida diaria, orientación y movilidad, braille, tecnologías accesibles, y actividades culturales y recreativas para las personas que tienen que reinsertarse en la sociedad aprendiendo a vivir con la discapacidad visual con el fin de lograr su autonomía.
Para recaudar fondos, contamos con un Hospital Veterinario con Causa llamado “Consentidos” donde ofrecemos consulta veterinaria para perros y gatos, vacunas, desparasitaciones, cirugías, profilaxis dental, micro chip, hospitalización, servicio de entrenamiento de obediencia básica y pensión canina para el público en general. Y con el fin de erradicar la discriminación y trabajar por la inclusión, la escuela ofrece el taller Mira con el corazón donde conocerás quiénes somos, nuestros programas, qué son los perros de asistencia y su marco normativo, y cómo apoyar a personas ciegas. Además, podrás socializar con futuros perros guías y este taller puede ser impartido en empresas para la capacitación del personal, concientizar a la sociedad sobre la discapacidad visual y lograr una verdadera inclusión.
Canal Nacional 1075 colonia Villa Quietud. Alcaldía Coyoacán
perrosguia.org.mx
Teléfono: 55 56731587 o 5556736464
Tú también puedes ser la huella que ilumine el camino de personas con discapacidad visual.