EL REGRESO PRESIDENCIAL DE DONALD TRUMP

Mtro. José María Villalobos Rodríguez

¿Qué cambios veremos si como parece ser vuelve a ocupar la Presidencia de los Estados Unidos de América el señor Donald Trump? ¿Volvería a tener relevancia para la relación con México, su yerno premiado con el Águila Azteca por el gobierno de Peña Nieto? ¿Se permitirá perforar el norte de Alaska para obtener petróleo sacrificando las prístinas aguas y su fauna? ¿Cuántos kilómetros más de muro serán construidos en la frontera norte de México? ¿Ampliará el proteccionismo y favorecerá la compra de los hecho en Estados Unidos de más bienes o servicios? ¿Dará nuevamente trato de VIP a Vladímir Putin y su élite de multimillonarios rusos? ¿Cuál sería su postura ante la guerra en Ucrania o el conflicto Israel – Hamás en Palestina? ¿Nuevamente será el gran amigo de Arabia Saudita y sus amplios intereses? ¿Qué hará en cuanto a sanciones comerciales a China o México? Hemos encontrado en las últimas entrevistas a una versión mejorada de DONALD TRUMP. Quizá por el efecto de estar bajo asedio de jueces federales por un abanico de supuestos delitos, sea la razón por la que se observe ahora a un Donald menos agresivo, algo reflexivo sobre lo que significa sujetarse a cumplir la Ley en materia de respeto a las mujeres, derechos civiles de las minorías raciales, pago correcto de impuestos y no caer en conflictos de intereses que en el pasado le han hecho daño.

Estos años Trump no estuvo quieto. Se fue apoderando de la agenda y de los directivos del Partido Republicano y de sus congresistas. No dejó de gustarle estar presente en las plataformas de internet, de hacer nuevos aliados como el actual propietario de Twitter, de reforzar la agenda ultraconservadora. Sigue siendo un negacionista de los avances científicos sobre el cuidado de la salud, el alcance de los daños a la atmósfera por los gases invernadero y de la igualdad del talento entre los seres humanos – sin importar origen étnico, género o creencias religiosas.

Sigue abanderando las causas más extremas de los blancos anglosajones de religión protestante que existen en Estados Unidos. No ve con buenos ojos a Latinoamérica y prefiere el traer de regreso aquello de que “BUY AMERICAN” como la mejor bandera para que su país sea GRANDE otra vez. Pese a lo que en el primer mundo han avanzado hacia la igualdad, las causas a favor de las mujeres y las minorías, Trump sigue empeñado en sostener lo contrario. Pese a ser su familia de origen alemán, inmigrante por necesidad, se obstina en desconfiar de quienes buscan llegar a cumplir el sueño americano aunque en ocasiones sea en realidad una pesadilla. La gigantesca deuda de Estados Unidos, no le quita el sueño. La inseguridad urbana, tampoco. La brutalidad policíaca dentro de su país no le molesta. Está convencido de que él es la solución para evitar que su país siga decayendo como potencia económica, militar o del mundo de los negocios. Hacia China, la Unión Europea y Rusia tiene la visión del mercadólogo, no la de un estadista. Latinoamérica le es indiferente y a México lo seguirá maltratando siempre que sea necesario para sacar ventaja de ello. Volverán a integrar su gabinete los economistas de ideas proteccionistas ante la competencia de bienes y servicios extranjeros. Para él, el hecho de que APPLE haya preferido mudar una buena parte de su producción de iPhone a la India y no a los Estados Unidos le ha de haber parecido aberrante – aunque es innegable que tiene la capacidad de hacerlo tanto o mejor que China. Habrá choques serios entre Trump y el gobierno mexicano sobre el tema de inmigrantes, narcotráfico, aguas internacionales, contenido americano de productos de la región Canadá – México – Estados Unidos. En el tema ambiental pugnará por volver a su idea de que la amenaza de los gases invernadero a la vida en la Tierra no merece ser tomada en cuenta.

Volverá la diplomacia dura hacia México, tal como ya la tuvimos con Ronald Reagan, Obama o el mismo capítulo del primer presidente Trump. Las embestidas verbales y descalificaciones contra los mexicanos seguirán siendo un nutriente para los eventos promocionales de Donald. Él está obstinado en seguir contribuyendo a dividir a sus ciudadanos mediante etiquetas francamente obsoletas en el resto de las democracias consolidadas. Sería el próximo mandato de Trump una muy mala temporada para los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba. Va a apretar más su aislamiento y castigos por ir en contra de la forma de pensar sobre estos países con gobiernos unipersonales de largo aliento. ¿Cómo le irá a México en otro mandato de Donald Trump? Si como todo parece indicar, México tendrá Jefa de Estado en lugar de Jefe de Estado, le causará agruras a Trump – tan demostradamente machista y enemigo de que lleguen mujeres al poder o a cuestionarle. Recuerden el desprecio que mostraba en las reuniones con la Primera Ministro Angela Merkel de Alemania y como hacía menos, incluso a las féminas cercanas a él o a su familia. Claudia o Xóchil tendrán que ser muy cautas ante el NUEVO TRUMP que sigue con sus prejuicios en contra de las mujeres – independientemente de que tengan o no talento o experiencia mayor que la de él. Como buen populista de derecha, Donald Trump volverá a excluir a Estados Unidos de foros que no le reditúen más de lo que invierten en ellos. Tal sería el caso de la UNESCO, la Organización Mundial de Comercio o de la Salud. Su mandato para el Medio Oriente sería una bendició, pues seguirá dejando que corran con su suerte las naciones que en esa zona del mundo son adictos al conflicto armado. No gastará en la defensa de la Unión Europea, porque sigue considerando que esas naciones ya tienen suficiente riqueza como para pagar solas con su defensa. Posiblemente, abandone Ucrania a su suerte y que Rusia con Vladímir Putin se haga de por lo menos la mitad de un territorio que lleva dos años en disputa. Trump simplemente volverá la vista hacia otro lado: su frontera con México. Seguirá la estrategia de que México continué ayudando a bloquear el ingreso de miles de migrantes hacia Estados Unidos y que a cambio ser omiso ante los abusos que se ejerzan en nuestro territorio, autoridades y coyotes al paso de los migrantes. No solo no somos del interés de Donald Trump, somos como una piedra en su zapato. Las gestiones federales de Videgaray y de Ebrard a través de Jared Kushner el yerno favorito de Trump dieron resultados agridulces en comercio y migración. Beneficiaron más a los proyectos políticos de sus jefes superiores que a sus connacionales. Será interesante conocer cuando una mujer llegue a ser la titular del Ejecutivo en México cuál será la estrategia ante un DONALD TRUMP de regreso al poder. La candidata hidalguense representa ante un machista como Trump un hueso duro de roer. El señor TRUMP prefiere mujeres sumisas, impreparadas, obedientes y calladas. Todo lo opuesto a lo que la señora Xóchil Gálvez ha sido y será. Pronto veremos de cuál cuero salen más correas.

Compartir