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Armando EBOLI ZAPATA*

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.- A muchos les gusta pensar que el enfrentamiento contra los cárteles del narcotráfico era evitable y culpar a Calderón se ha vuelto deporte nacional entre la izquierda, sin embargo, el desastre de la seguridad en el que se hunde Ecuador, como antes estaba El Salvador, nos muestran que ese pensamiento es ingenuo y esa “guerra contra el narcotráfico” era inevitable.

México debe empezar a hacerse responsable por su fracaso en la política de seguridad que poco a poco va afectando a terceros países, el precandidato asesinado de Ecuador, Fernando Villavicencio, ya había señalado que las bandas urbanas de Ecuador y los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación estaban aliadas. A los seguidores de AMLO les puede bastar con que salga en una mañanera a normalizar la violencia diciendo “no pasa nada” o “solo fueron X muertos”. Pero fuera de nuestras fronteras ya voltean a vernos, estamos exportando violencia.

Cuando tocamos el tema de la violencia en México, todas nuestras soluciones son resolver los problemas de Estados Unidos y no los nuestros, firmamos la derrota cuando asumimos que el problema no tiene solución mientras Estados Unidos no pare el tráfico de armas y sus problemas de adicción. Nos sacudimos nuestra responsabilidad y culpamos al hermano mayor, sin embargo, las armas estadounidenses siempre han estado allí al alcance de todos, los cárteles no. México ha fracasado en su política de seguridad y lo que es peor aún, no tiene un plan B ni ofrece nuevas ideas.

Por otra parte, las elecciones y el cambio de gobierno no ofrecen ningún atisbo de cambio a futuro, la cercanía entre Omar García Harfuch y Claudia Sheinbaum invitan a pensar que la seguridad podría ser un tema prioritario en su gobierno, pero solo son suposiciones. Hasta ahora no ha verbalizado ningún plan que la separe de lo que actualmente propone ya el presidente López Obrador.

Xóchitl Gálvez no tiene claro el tema de seguridad, su inexperiencia en el tema la hace caer en lugares comunes y los partidos de oposición, quizá porque ya tuvieron el problema en sus manos y no pudieron solucionarlo, se han visto tímidos al criticar la política de seguridad que indirectamente es, también una crítica a los militares. Una elección más donde estaremos hablando de corrupción y no de seguridad. Nadie habla del elefante en la habitación.

 

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal.

exxebo@hotmail.com

 

 

 

 

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