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Hay un rostro que esta presente en nuestro México: el de la madre de familia que lucha cada día para salir adelante enfrentando circunstancias adversas y buscando en un oficio y el emprendimiento una vía digna para sostener a los suyos.

Cualquier emprendimiento que inicien, no solo representan un ingreso, sino una forma de independencia, empoderamiento y autoestima; son una fuerza transformadora en sus comunidades y un ejemplo para las nuevas generaciones. Además, no hay crisis económica ni falta de oportunidades que apague su deseo de progreso y el emprendimiento femenino, especialmente el liderado por madres, es uno de los pilares más poderosos —y a menudo invisibilizados— de la economía  de las ciudades y comunidades.

La Radiografía del Emprendimiento en México (REM): edición Mujeres 2023,  señala que la principal motivación de las mujeres para emprender es la falta de recursos económicos, ya que el 35.2% de las emprendedoras afirman que abrieron su empresa ante la falta de empleo, la necesidad de generar ingresos y aumentar su entrada de dinero.

Por ello, urge un enfoque más humano, más inclusivo, que entienda su contexto y acompañe su esfuerzo con herramientas reales para que puedan acceder a créditos financieros, obstáculo que marca la diferencia entre un proyecto que se queda en el intento y un negocio que prospera.

Creer en el emprendimiento de una madre es también apostar por la estabilidad de su familia y la economía de su comunidad.

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