DR. JORGE ALCOCER,

 

SECRETARIO DE SALUD:

 

+Médico ignorante y negligente,

mata al sano y al doliente

Refrán castellano.

Ya estamos en la tercera ola de Covid 19. La amenaza es más agresiva, como usted sabe, doctor; y México va muy desfasado en la batalla.

En enero del 2021 la administración federal emitió la Política Nacional de Vacunación contra el SARS-CoV-2 para la Prevención de la Covid-19 en México. Muchos preguntaron por qué no se inició la vacunación con las personas en edad más productiva -los de 30 a 50- años así reactivar más rápido la economía. El criterio fue vacunar primero al segmento con mayor mortandad, los mayores de 60 años. Ética y prácticamente se hizo lo correcto.

Hasta ahí ibamos bien, don Jorge.

Lo que no entiendo es por qué si desde el noviembre de 2020 ya sabían ustedes, las autoridades sanitarias, cuáles eran las vacunas que estaban por ser aprobadas por la OMS, así como sus requerimientos de frío y en diciembre recibimos las primeras dosis, fue hasta febrero de 2021 que usted lanzó la Estrategia Operativa de la política nacional de vacunación. ¿No pudieron prepararla con anticipación mayor, para nada más al recibir las dosis, poner las jeringas a trabajar?

Entiendo que un problema inicial fue que los laboratorios no pudieran cumplir con las fechas de entrega, pues nadie en el mundo estaba preparado para enfrentar una pandemia. No obstante, el presidente reiteró que se apretaría el paso y se cumpliría con el calendario, claro que ajustado por el retraso ya mencionado. Pues no, incluso hasta la fecha no se ha cumplido.

Según la estrategia, las Fuerzas Armadas eran las responsables del resguardo y la  transportación de las vacunas. Me parece muy bien, ¡imagínese que alguien se las robara..! Asimismo, en cada entidad de la República se designó a un coordinador de Brigadas Correcaminos, todos ellos vinculados al sector salud.

Sin embargo y con calzador, los Centros Integradores del Bienestar (CIB) quedaron como responsables de la coordinación de la Operación Campo. No encuentro sentido a la participación de los CIB -léase servidores de la Nación y repartidores de programas sociales- a tan alto nivel, si solo cubren zonas marginadas. ¿Y el resto de la población qué? Esto de politizar la crisis no ha dejado nada bueno.

El caso es que para estas fechas ya debería haberse avanzado a nivel nacional la vacunación del grupo de 18 a 29 años, quienes ahora son los que presentan más contagios. Para este grupo solamente hay un programa especial de aplicaciones en la frontera norte y apenas el 6 de julio se abrió el registro general.

Mientras tanto, se incrementan los contagios. La semana pasada se tuvo la cifra de nueve mil 500 nuevos casos y 266 muertes en un día.  ¿Cómo la ve, don Jorge?

El gran problema, del cual alertó el doctor Julio Frenk, es la velocidad de mutación del virus; la única manera de detener su capacidad para mutar es a través de la inmunización masiva. Por ello resulta desolador que solo el 15.7 por ciento de la población haya recibido dos dosis y el 26 por ciento una sola aplicación, máxime cuando las vacunas utilizadas disminuyen el impacto de las variantes conocidas del COVID en caso de contagio, pero se ignora si también lo harán con otras mutaciones.

Según cifras oficiales, a la fecha México ha recibido 64 millones de dosis, pero solo se han aplicado 49 millones; es decir, que hay en almacén 15 millones de vacunas. ¿Qué esperan, secretario,  para resolver sus problemas de distribución? Si no hay vacunación masiva, no se abrirán las clases presenciales, ni la economía, ni las fronteras, ni nada.

De perdida, pongan a los Servidores de la Nación a repartir escapularios y “detente, Satanás”, a ver si así la libramos…

Investigación: Upa Ruiz  upa@delfos.com.mx

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