Penélope MARTÍNEZ CAMPOS*

SANTIAGO DE QUERÉTARO, QRTO.- Seguramente has escuchado hablar del reciente logro de la Dra. Eva Ramón Gallegos en la lucha contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), un avance extraordinario que merece reconocimiento. A través de su innovador tratamiento, la terapia fotodinámica, logró eliminar esta infección en el 100% de las mujeres tratadas y en el 64% de los casos más complejos, donde el VPH estaba combinado con neoplasias cervicales intraepiteliales (CIN I). Este descubrimiento es crucial, ya que el VPH está estrechamente relacionado con el cáncer cervicouterino, la principal causa de muerte por cáncer en mujeres en México y en muchas otras regiones del mundo. Este avance científico abre nuevas posibilidades en el cuidado de la salud femenina, mostrando cómo la ciencia puede marcar una diferencia tangible en la calidad de vida de millones de personas.

En este contexto, el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, adquiere una relevancia especial. Esta fecha fue instaurada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el propósito de reconocer el rol clave que desempeñan las mujeres en los campos científicos y tecnológicos, así como para visibilizar la brecha de género que aún persiste en estos ámbitos, ya que, con menos del 30% de mujeres participando en investigación científica a nivel global, la ONU identificó que para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la mejora de la salud y la lucha contra el cambio climático, es imprescindible aprovechar el talento, las perspectivas y la creatividad de las mujeres. Esta conmemoración es, además, un llamado a todas las instituciones educativas, gobiernos y empresas a promover el acceso equitativo a la educación y a derribar los estereotipos que limitan el desarrollo de niñas y mujeres en las áreas STEM.

El trabajo de la Dra. Ramón es un claro ejemplo de cómo las mujeres científicas pueden ofrecer perspectivas novedosas y humanas frente a los grandes desafíos. Su enfoque con la terapia fotodinámica no sólo elimina el VPH, sino que lo hace de manera no invasiva, respetando la integridad del cuerpo femenino. Este tipo de soluciones refleja cómo las mujeres suelen adoptar enfoques científicos que integran empatía, bienestar y una visión de cuidado hacia los demás, algo que muchas veces los hombres no logran percibir desde la misma perspectiva. La visión femenina en la ciencia diversifica el conocimiento y abre puertas a soluciones más integrales y sostenibles, capaces de abordar problemas desde ángulos que de otro modo quedarían fuera del radar.

Las mujeres aportan un enfoque que, además de los resultados, considera al impacto humano, social y ecológico que estas puedan tener. Por ejemplo, en la salud, suelen priorizar tratamientos más respetuosos con el cuerpo; en ecología, buscan equilibrar la innovación tecnológica con la preservación del entorno; y en la educación, trabajan para garantizar que el conocimiento sea accesible e inclusivo. Estas cualidades enriquecen enormemente la forma en que se resuelven los problemas complejos del mundo actual.

El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia nos invita a reflexionar profundamente acerca de cómo podemos garantizar que más niñas y mujeres encuentren su lugar en la ciencia. La respuesta comienza con la ruptura de estereotipos que asocian la ciencia con características como la frialdad o la competencia. Necesitamos mostrar que la verdadera innovación proviene de la colaboración, la creatividad y el compromiso con mejorar el mundo. Además, es fundamental promover políticas y programas educativos que impulsen su participación desde temprana edad, asegurando condiciones equitativas para su desarrollo profesional y personal.

La historia de la Dra. Ramón Gallegos también nos enseña que la ciencia es una herramienta que puede construir un futuro más justo, saludable y sostenible. Este 11 de febrero, celebremos a las mujeres que están iluminando la ciencia y reflexionemos acerca de cómo todos podemos contribuir a romper las barreras que aún persisten. Porque cuando las mujeres participan plenamente en la ciencia, su luz beneficia a toda la humanidad.

 

*Bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM con maestría en Neurobiología y candidata a doctor en Ciencias Biomédicas. Por muchos años ha sido profesora y ha colaborado en diversos programas de divulgación científica. Sociedad de Científicos Anónimos Querétaro

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