CARPE DIEM
Tlayudas, no balazos
NÉSTOR Y. SÁNCHEZ ISLAS nestoryuri@yahoo.com
Los hechos de sangre dominan la agenda oaxaqueña. Con todos los medios de que dispone el gobierno, incluida la prensa militante, no ha podido sacar el tema de los medios y redes sociales. No van a aceptar que su modelo de seguridad y de comunicación son un costoso fracaso, pero lo son.
Y el motivo no es otro más que la alcahuetería que la 4T ha tenido por todas las expresiones criminales de este país. El tráfico de migrantes y las caravanas promovidas desde la presidencia. El huachicol tolerado por las autoridades, el tráfico de drogas y armas que, en todas ellas, no pueden entenderse sin la participación del poder político. El lavado de dinero, los delitos de cuello blanco de lo que tanto se quejaba el presidente AMLO, protagonizado por su mano derecha desde la misma oficina de presidencia.
“Haiga sido como haya sido”, frase atribuida a Calderón, les aplica a estos. Se aliaron con quien fuera necesario para hacerse con el poder y, hoy, las pruebas empiezan a salir a la luz. La izquierda no quería el poder más que para eternizarse en él a cualquier precio, y lo han logrado con las últimas reformas constitucionales.
La ejecución del mal llamado líder transportista Luis Villaseca ha pegado muy duro en la estructura del poder local. Con las fotos que circulan por todos lados del líder ejecutado al lado de políticos locales, no pueden negar que lo conocían, que lo tuvieron como aliado y que alcahuetearon sus acciones porque les eran necesario no solo por los votos de sus agremiados y familias, sino como una especie de chalecos guindas a modo de las camisas negras del nazismo, para infundir miedo y dominar a través del terror a sus opositores y críticos.
A través de los grupos de choque controlan las calles de la ciudad. Sus taxistas y mototaxistas pueden funcionar tanto como asaltantes, halcones o como distribuidores de drogas. Por toda la colonia Reforma aparecen cada día más ambulantes con el sello del sindicato del asesinado, lo que hace pensar que es una forma de pago a cambio de sus servicios. Los mismos “inspectores” que patrullan las calles parece que también son parte de ese grupo criminal.
Los hechos de 2006 son una prueba de las relaciones peligrosas que, desde entonces, tenía el grupo que hoy gobierno con la delincuencia. La APPO fue la fachada que trató de darle un legitimidad popular a lo que fue una asonada sindical, sin embargo, más bien esa “asamblea” fue el centro de operación de muchos criminales que hicieron de las barricadas sus centros de operación en narcomenudeo y cobro de derecho de paso. El asesinato de este líder sindical junto a su esposa, hijo y escolta, son más que una mera ejecución puesto que lleva implícito también un mensaje político que no pueden ignorar los destinatarios.
Más tlayudas y menos balazos. Es lo que quiso decirnos el gobierno la semana pasada. Pero la estrategia fracasó, no sirvió para desviar la atención y, en cambio, provocó el rechazo de una gran mayoría que se expresó en medios y redes sociales.
La genial idea de obtener un récord Guinness debió haber costado muy caro a un erario que apenas alcanza. ¿De quién fue la idea? Frente al gobernador y sus funcionarios, el propio enviado de la empresa Guinness los desmintió cuando, al momento de dar su discurso aceptó abiertamente lo que la gente expresó por los medios a su alcance: no fue la tlayuda más grande del mundo, fue la línea de tlayudas más grande con una longitud de 350 metros al formar 1200 tlayudas una tras otra, pero colocadas en forma de círculo.
Cuando fueron oposición siempre criticaron el uso comercial y folclórico de tradiciones y costumbres. Hoy repiten la conducta que tanto ls molestaba y promocionan comercialmente por todos los medios la cultura local que, no puede negarse, es la mejor mercancía que tenemos para vender.
Es criticable la falta de principios y congruencia de una clase política que usa el oportunismo y la hipocresía como una forma cotidiana de vida. La nefasta gentrificación que hoy sacude a la CDMX, y que muy pronto sacudirá con expresiones violentas nuestra propia ciudad, se debe en gran parte a la corrupción de ellos que antes estuvieron en el PRD, PRI o PAN, pero que hoy todos convergen fraternalmente en el “movimiento”. Es un fenómeno del mercado que pudo regularse a través del uso de suelo, pero se dejó crecer y, el modelo populista de gobierno actual es probable que aplique una medicina que resulte peor que la enfermedad tratando de intervenir de manera ideológica más que social en el mercado inmobiliario. A la gente que sacaron de sus barrios la mandaron a ciudades dormitorio, como Xoxo, Etla o El Rosario creando graves problemas urbanos.
Quienes si merecen reconocimiento son las cientos de mujeres campesinas que hicieron las tlayudas desde la masa, a mano, sin quejarse ni asumir protagonismos oportunistas.
nestoryuri@yahoo.co