Jeniffer JIMENEZ*
GUADALAJARA, JAL.- Vamos por el segundo mes del año. Repuntando, dispuestos a caminar cuesta arriba por las cosas que valen la pena. Por esos nuevos hábitos, nuevas actitudes, nuevas decisiones. Mes del amor y la amistad. Mes de analizar un poco sobre nosotros mismos en cuestión del amor. ¿Qué estamos viviendo en nuestras relaciones? ¿Estamos en dónde queremos estar? ¿Estoy aceptando el amor que me ofrecen? ¿Estoy ofreciendo el amor que merece mi compañero o compañera?
Estamos plagados de conceptos del amor por todas las redes y el ciber espacio. Títulos sensacionalistas abunda tales como “Si te ama hará esto por ti”, “Señales de que verdaderamente te ama”, “Si hace esto es que no te ama”. Y como abejas caemos al encanto de estos títulos endulzados para descubrir cómo debería de ser el amor o si esa persona con la que estamos compartiendo la vida nos ama. Olvidándonos de que cada persona tiene su propia historia, educación y heridas que la hacen ser de tal forma o expresar sus sentimientos o emociones de x manera.
Cada uno de nosotros llega a una relación con sus propias heridas. Algunas que fueron mortales, otras no tanto pero que sí tuvieron cierto impacto en nuestra nueva forma de percibir, catalogar o experimentar el amor. No podemos definir la forma correcta de amar, simplemente porque cada individuo tiene su manera de expresar esta actitud. Algunos de una forma reservada, pero que no implica que no te amen profundamente. Otros de forma mucho más expresiva, que no significa que te amen desmedidamente. En mi opinión la única palabra que podría definir amor es respeto. Respeto por la integridad emocional y física de una persona.
Todo lo demás son construcciones basadas en acuerdos que se establecen entre ambas partes. Una especie de códigos muchas veces no hablados que se determina con la repetición de ciertos comportamientos y que se dan por sentado como parte de la funcionalidad o prosperar de la relación. Otras veces sí son dialogados y establecidos por mutuo acuerdo cumpliendo las necesidades o expectativas de cada individuo para lograr el objetivo de establecer una relación que siempre han vislumbrado. Pero el cumplimiento de estos acuerdos no es sinónimo de amor, sería sinónimo de funcionalidad.
Se podría alegar que hacer esto sería compromiso, y por ende un acto de amor. Pero cumplir expectativas, aunque nos duela y derrumbe nuestras ilusiónese sobre el amor, no lo es. Esto se puede determinar mejor dicho como una sociedad y en una sociedad no precisamente hay amor. Pero qué pasaría si entendemos que respetar la integridad emocional y física es no violentar los sentimientos y mucho menos el cuerpo de la otra parte. Esto indica no provocarle ningún dolor intencionado por nuestra falta de madurez emocional o por la falta de responsabilidad para curar nuestras heridas evitando ver al otro como salvador, poniendo toda nuestra plenitud en sus manos.
El amor es libre de apego, en el momento en el que creemos que la otra persona debe cumplir con ciertas actitudes ahí ya existe el apego. Si bien dentro del amor se incluyen los actos desinteresados y de servicio, buscando el bienestar de los demás, estos actos no deben estar condicionados, sino que son genuinos y puros, nacen desde las buenas intenciones del corazón de una persona.
*Escritora e instructora de meditación. Apasionada por los temas espirituales y de superación personal. He tomado diferentes estudios, diplomados y cursos que me han llevado a conocer y compartir lo que aprendo y experimento sobre el poder de nuestra mente y espíritu.
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