EL AÑO HORRIBLE
Mtro. José María Villalobos Rodríguez
En México el último año de cada Gobierno Federal suele ser de sobresaltos y sorpresas para el ciudadano. Desde la renuncia de Porfirio Díaz Mori hasta el último año de López Obrador se comprueba aquellos de que nuestro sistema político – económico – social es lo más parecido a una montaña rusa. Sistema no apto para cardíacos. Igual te lleva a la quiebra un endeudamiento externo desconocido (TESOBONOS A PAGAR EN DÓLARES AMERICANOS) que te pone de rodillas un sismo grado 8 en la escala de Richter (DE LA MADRID 1985) o el Huracán Otis de escala 5 Saffir Simpson en las costas de Guerrero en octubre 2023. El exceso de gasto de Miguel Alemán Valdez llevó a que Adolfo Ruiz Cortines al tomar posesión advirtiera que venía un crudo invierno para la economía nacional. Con Ernesto Zedillo vivimos el llamado error de diciembre y el efecto del distanciamiento con Salinas de Gortari, Calderón tuvo el sabotaje de los perdedores y su “guerra” al crimen organizado que le ha costado al país miles de muertes en exceso. Y ahora: ¿qué nos depara el fin de este fin de sexenio? Tan solo para paliar los daños en Guerrero se ha estimado que se requieren al menos US$ 16 mil millones de dólares y que afectará el valor del PIB 2023 en 0.05%. Los eventos meteorológicos extremos (sequías o mega huracanes) no son nuevos para varias generaciones de mexicanos. Las experiencias del pasado llevaron a edificar con recursos aportados por los contribuyentes a las finanzas públicas o crédito extranjero un mecanismo de control y reparación pronta de daños. Con los recursos excedentes de los pagos de las aseguradoras a la Federación tras el sismo de 1985, nació el Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) que se operaba con BANOBRAS como fiduciario. Desde Protección Civil en la Secretaría de Gobernación se operó desde 1990´s al 2018. Incluía además el Seguro FONDEN con la protección de un seguro contra gastos catastróficos con Banco Mundial y el programa de prevención FONDEN. En caso de desastre y previa la declaratoria por la Secretaría de Gobernación, los gobiernos estatales debían de aportar un pari pasu según sea el caso, una parte menor con su propio dinero. Para el caso del estado de Guerrero para pagar los daños de la inundación costera del 2 al 4 de mayo del 2015, FONDEN tuvo autorización de aportar 9.9 millones de pesos – sin contraparte estatal –para reparar carreteras con el antecedente de que tras el sismo del 21 de agosto de 2013 la Federación invirtió 334.5 millones de pesos para reparar daños en escuelas y tampoco aportó Guerrero. En el caso del Huracán Patricia que azotó Colima del 23 al 24 de octubre del 2015, dañando su red carretera, además de su sector pesquero y acuícola, FONDEN aportó $ 146.5 millones de pesos y el gobierno de Colima $ 34 millones. En total invirtieron $ 179 millones de pesos. Los sismos de 2017 dañaron Oaxaca, Valle de México, Morelos, Michoacán y Puebla. Con dinero del FONDEN y aportaciones de los gobiernos locales se invirtieron $ 62 mil 39 millones de pesos entre 2017 y 2018 en una reconstrucción que aún no concluye. Los procesos de reparación de daños no son sencillos. Llevan años y tienen un proceso estricto de comprobación. En los seis años del gobierno de Peña Nieto, FONDEN había gastado $ 158 mil 318 millones de pesos para cubrir daños derivados de los desastres naturales. Año Monto ejercido FONDEN Millones de pesos 2013 32,134.3 2014 36,573.6 2015 16,420.5 2016 11,150.0 2017 28,600.9 2018 33,438.0 Total 158,317.3 FUENTE: Cuentas Públicas de 2013 a 2018. La SHCP, a través del Subsecretario Gabriel Yorio (quien antes estuvo en Banobras) ha explicado que FONDEN ya salió del banco del federalismo; el recurso lo maneja en directo Hacienda. Cuenta con una disponibilidad de $ 10,000 millones de pesos más los seguros catastróficos con Banco Mundial por US$ 400 millones de dólares, siendo US$ 120 millones de dólares para eventos hídricos catastróficos. En el caso de Acapulco y parte de Guerrero a causa del huracán Otis se presenta una contingencia que afecta a cerca de millón y medio de personas – desde 40 mil turistas espantados hasta 300 mil familias que perdieron ingreso y patrimonio. Es una economía centrada en los servicios turísticos– volátiles y de bajos salarios. La reconstrucción tomará al menos una década y eso sí hay continuidad en la inversión y se reordena el uso del suelo y los tipos de construcción. Recuerden lo que pasó en Oaxaca cuando el sismo de 2017 golpeó al Istmo de Tehuantepec, pero ante otro posterior en Ciudad de México casi se acaba el apoyo e interés federal para la reconstrucción. En el caso actual, la prohibición de entrega directa de ayuda que el Ejecutivo federal ha hecho a la sociedad civil no tardará en revertirse ante el desastre humanitario que se vive. En sus normativas, las fundaciones privadas exigen la entrega directa y comprobada de ayuda a los afectados y no puede pasar por intermediarios para evitar usos indebidos. La Fundación Carter, por ejemplo, construye nueva vivienda junto con el trabajo de las familias afectadas. El apoyo de Médicos Sin Fronteras trae especialistas voluntarios con experiencia en situaciones de condiciones precarias – como las que hoy se viven en las instalaciones dañadas en Guerrero. Los donativos en especie (agua, alimentos, ropa) que hacen fundaciones privadas son estrictamente vigiladas para evitar desvío de ellas. Recuerdo que tras los sismos de 1985 de Ciudad de México se vendían en los mercados públicos de Monterrey a 900 km de distancia, quesos con la leyenda:”DONATIVO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA”. En los ingresos para 2024 a PEMEX se le cobrará solo el 30% como derechos por la extracción. Esto lo van a venir pagando las entidades federativas que dejaran de percibir 20 mil 500 millones de pesos que PEMEX dejará de entregar a Hacienda. Flaco favor para las tesorerías estatales y municipales, en especial a la de Guerrero, donde el valor comercial de los inmuebles en Acapulco se ha desplomado, al igual que de ellos se puede recaudar por predial. Igual sucede con los permisos de operación de establecimientos mercantiles-hoy en ruinas sin ingresos. Las cuotas pagadas al IMSS se esfumarán hasta que se normalicen los servicios privados y eso puede tomar de dos a cinco años. Las familias que vivían de su venta diaria no podrán seguirlo haciendo ante la destrucción de sus huertas de coco, tamarindo o de sus hornos artesanales. Meseros, músicos, choferes, transportistas, taxistas, cocineros, afanadoras, personal de limpieza ocupados por establecimientos turísticos se quedan súbitamente sin ingresos previo a los meses con mayor cantidad de visitantes. Esto ya lo vivimos en Oaxaca en el año en que entre las movilizaciones de la APPO y la Sección 22 se descompuso la economía local, se desplomaron los ingresos municipales y estatales y se requirió de los recursos del Fondo de Estabilización para Estados y Municipios, las de NAFINSA y Economía más las acciones de fundaciones como la de Alfredo Harp que sirvieron para reactivar el regreso de visitantes a la Verde Antequera. Hoy más que nunca, Guerrero necesita de todos nosotros, sin filias, ni fobias. Acapulco fue el primer caso exitoso de turismo de playa en México y para muchos de nosotros el sitio donde por primera vez vimos el mar y sus maravillas. En otro orden de ideas es notoria una euforia excesiva por la relocalización industrial que en realidad esconde una masiva importación de manufactura china que llega a nuestros puertos y los del Pacífico de Canadá y que ya puso en aprietos a los fabricantes mexicanos de calzado y ropa. La burbuja inmobiliaria que se vive desde Querétaro hasta la frontera norte parecer más especulativa en espera de grandes factorías. Es prematuro echar las campanas a vuelo. China busca transferir parte de su producción para poder tener acceso al mercado Canadá – Estados Unidos con manufactura “hecha en México”. Solo falta que los de la Unión Americana no se den cuenta de este nuevo “cuento chino”. Igual sucede con la múltiple oferta de vehículos chinos nuevos a bajo precio. La mayoría de los muy atractivos modelos a la venta a buen precio carecen de un inventario adecuado de refacciones. Sus amplias garantías y facilidades de pago ocultan que su auto puede esperar hasta seis meses para que le llegue una autoparte. Miles de clasemedieros están cayendo en la trampa atraídos por lo vistoso de los modelos importados de factorías chinas. Hay que tener mucho cuidado con las deudas. Este cierre de sexenio no es distinto a los anteriores a los anteriores.