Milka IBÁÑEZ*
CDMX.- Corren los años 40, observamos una gran casa, con un amplio jardín, flores, una piscina con juegos infantiles, la familia es tierna, hay niños, una madre devota y un padre que llega del trabajo, una hermosa imagen que esconde uno de los momentos más terribles de la historia.
Zona de Interés es una película dirigida por Jonathan Glazer, ambientada en los años más álgidos de la segunda guerra mundial, esta nos narra la vida de Rudolf Höss, un comandante nazi y su familia, quiénes viven justo al lado del campo de concentración de Auschwitz, contándonos la forma en que los niños juegan y crecen escuchando el ladrido de los perros, sin hacer consciente que cada ruido pasando la pared es porque está sucediendo un acto brutal.
Esta película está inspirada en el caso real de Rudolf Höss, narrado en el libro del mismo nombre, Zona de Interés. Este ser fue uno de los más reconocidos por la SS, debido a la eficiencia de su trabajo, solo escribirlo me pone la piel de gallina, ya que él fue una de las mentes maestras para la creación de métodos de exterminio más efectivos. Reconocido por su fidelidad a la causa y por ser una figura ejemplar, junto con su familia, según las reglas y objetivos que Adolf Hitler y el régimen nazi marcaban. Zona de interés era el nombre que se le daba a todo lo que estuviera a 40 Kilómetros cuadrados del campo de concentración.
Hay varias películas que nos narran momentos e historias de la segunda guerra mundial, pero lo que hace Zona de Interés es desde la visión del que comete las atrocidades, desde una vida tranquila y hermosa, pero que rompe con ese esquema con las charlas que tienen las mujeres, la junta de trabajo del jefe de familia, un hermoso río contaminado, lo que hace que estés siempre pendiente de cada detalle que va llenando los huecos que no vemos, nunca nos muestran ningún acto violento, no es necesario porque el peso de esos detalles es suficiente para saber las atrocidades que suceden al mismo tiempo que esas pacificas imágenes.
A esta película le fue muy bien en los Óscar, ganando mejor película extranjera, mejor película, mejor guión adaptado, mejor director y sonido, dejo esta al último porque es muy importante. El sonido no es un elemento de creación de un ambiente, es un hilo conductor en la trama, la imagen que podemos ver es hermosa, incluso tierna y es irrumpida por ladridos, por lejanos gritos que nos dan pie de que cada perro que ladra es por alguna terrible acción. Cabe decir que el diseño de producción es maravilloso, el vestuario, los adornos en la casa, las joyas, son elementos que también nos van narrando la historia, no solo es que estén perfectos en tiempo en el que se desarrolla, si no que nos van complementando detalles importantes.
Otra cosa de interés en esta película es la forma en la que fue filmada. No hubo ninguna persona directamente detrás de la cámara, como si fuera un reality, las cámaras fueron escondidas en distintos espacios de la casa, lo que hacía que los actores estuvieran solo en contacto con la historia, mientras el director, el fotógrafo y el crew veían todo en monitores. Desde el punto de vista de dirección de actores esto lo hace muy potente y es visible en el resultado final, una historia íntima, solitaria y extrañamente tranquila.
Debo aceptar que como película es una obra maestra, salí de la sala de cine muy tensa sin duda, pero la forma de la narrativa es espectacular, el ver la similitud de las fotos reales con lo que lograron en cámara, es inquietante. No es tema fácil, pero como he dicho otras ocasiones, esto nos sirve para recordar que estas historias no se deben repetir. Ya pueden encontrar Zona de Interés en plataformas.
*Comunicación y Relaciones Públicas. Directora General 24 Risas por Segundo, Festival de Cine y Comedia.