Alexandra MARTINEZ DE AGUILAR*
El pasado anuncio que Fernando Chico Pardo comprará el 25% de Banamex por unos 2,300 millones de dólares se escuchó a una noticia ajena a los bolsillos de la mayoría de los cuentahabientes, pero no es así. Cuando un banco del tamaño de Banamex cambia de manos (aunque sea parcialmente), las decisiones no se quedan en la junta directiva: terminan llegando a tu cajero, a la tasa de tu crédito y hasta a la sucursal donde pagas la luz.
Contrario a lo que se piensa, estas compras no son asuntos solo de empresarios, porque dependiendo de cómo se gestione la inversión, podemos ver diferentes ventajas y desventajas que intentaremos desglosar en este artículo.
Ventajas: Que un empresario mexicano ponga esa cantidad de dinero demuestra que confían en la banca mexicana; que más recursos pueden significar sucursales mejor equipadas, sistemas más modernos y servicios más completos para los usuarios; apps que funcionen rápido y sin errores; menos filas y trámites más ágiles en sucursales; servicios digitales que te permitan hacer casi todo desde tu celular; y que las ganancias y decisiones importantes quedan en México, no completamente controladas desde el extranjero.
Desventajas: Que saques dinero en cajero y te cobren una comisión más alta; que al pedir un crédito personal te pidan más requisitos o te den un interés más caro; que ciertas tarjetas de débito o crédito pierdan beneficios que antes tenían (como puntos o promociones); o que mantener tu cuenta cueste más si no cumples con un saldo mínimo.
Y a todo esto, ¿cómo puede afectarte esta compra si eres cliente?
Para ejemplificarlo lo más detalladamente posible: si Banamex, después de esta compra, se enfoca en recuperar rápido lo que invirtieron, puede que te salgan con créditos más difíciles de conseguir o con comisiones que suben poquito a poquito. Eso pega directo en tu bolsillo. Pero también si la nueva administración apuesta por crecer atrayendo a más clientes, seguramente veremos apps más rápidas, servicios digitales mejorados y productos más atractivos. Al final, todo depende del camino que elijan los nuevos dueños y qué tanto los reguladores y la competencia los obliguen a cuidar al cliente.
Aunque a primera vista parezca que estas grandes compras afectan solo a los que gozan de muchos ceros en su cuenta, la realidad es que afectan a los usuarios en general. Cuando un banco cambia de dueño se mueven decisiones sobre créditos, comisiones, sucursales y tecnología; se generan expectativas que alteran la competencia entre bancos; y, en el peor de los casos, podrían reducirse opciones para ciertos clientes si el mercado se reordena.
Más que ignorar estos anuncios, conviene estar atento: comparar productos, revisar condiciones y exigir transparencia porque si bien es cierto que no veas la compra reflejada en tu estado de cuenta mañana, sus efectos pueden llegar poco a poco y cuando menos te lo esperas, ya están impactando lo que pagas por una tarjeta o un préstamo.
Por ello, que un banco se venda parcialmente no es sólo una noticia de financieros: es algo que, tarde o temprano, llega a tu bolsillo.
*Licenciada en Ciencias Políticas interesada en aprender continuamente de todo y todos.