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Graciela RAMÍREZ LUNA

La violencia puede ser de distintas formas; tal vez una de las no tan evidentes, es la violencia económica o patrimonial, la cual se manifiesta generalmente en el control del acceso a los recursos económicos, principalmente por parte de la pareja, pero también existe hacia los padres, hermanos, hijos, etc.; obligándolos a depender financieramente de su agresor, a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso o actividades económicas de la víctima; siendo el dinero el arma utilizada para chantajear y dominar, pues para acceder a este o decidir sobre su uso, puede llegar a existir humillación y sometimiento.

Has escuchado alguna vez frases como: “Para qué necesitas esta casa, si yo lo voy a invertir, tú ya no puedes”,¿Ya te van a depositar tu pensión? La necesito”, “Las mujeres no tiene herencia porque son mujeres”, No ascenderás en el trabajo porque eres mujer” etc. Enfocándome específicamente a la ejercida por hombres en contra de las mujeres, has estado en la situación en donde te controlan o retiene tu dinero, te prohíben que trabajes o impiden el crecimiento profesional o laboral como forma de limitar los ingresos económicos, no contribuyen al ingreso familiar, tienes que dar cuenta de todo lo que gastas aun cuando ganas tus propios recursos, o quizá te dice “sin mi dinero no saldrás adelante” o asumes sola el cuidado y manutención de los hijos.

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, define como a la violencia patrimonial, como “cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima; y a la violencia económica, como toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral.

Visibilizar este tipo de violencia no es algo fácil, pues es un abuso “muy sutil” que sufre un porcentaje de mujeres, tanto durante la convivencia en pareja como después de la separación; el miedo a no poder salir adelante, el temor a perder la estabilidad económica, son cuestiones que influyen en darse cuenta de la violencia que se vive.

La eliminación de este tipo de violencia es una aspiración, para erradicar los roles de género, el empoderamiento económico, el promover, el hablar de los ingresos, el reconocer los espacios en donde se aporta trabajo, como el hogar, son factores que deben contribuir a lograr esta meta.

 

*Abogada oaxaqueña comprometida con la sociedad, defensora de los derechos de la mujer y la familia. Maestra en Derecho Constitucional, Diplomada en Derecho Sanitario y Auditoría Legal de empresas.

IG / FB: RamírezLunaCorporativo

www.ramirezluna.com.mx
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