Melinda SZABADOS-BÁNYAI*
ÀSZFÈNYSZARU, HUNGRÍA.- El título capta muy bien mi estado presente, me define: soy madre, tengo dos hijas (de 3 y 1 año) tengo sueños y siento un amor grande por el español. Siempre ha sido mi sueño escribir en este idioma. Pero en el presente, tengo una gran responsabilidad, que a veces es como una carga -lijera o no, dependiendo del día que tenemos– tengo que criar dos niñas, educarlas y mientras tanto encontrarme y reinventarme en este papel de mamá.
Ser madre es algo muy especial, muchas lo sueñan, muchas luchan por convertirse en mamás, pero estoy segura que muchas somos las que lo encontramos difícil y tratamos de ser sinceras sobre las dificultades y hablar sobre ellas, porque para esta tarea ¡nadie te puede preparar! Para cada una, los retos, las dificultades son diferentes pero podemos encontrar puntos comunes. La crianza es una gran responsabilidad, tienes que formar dos criaturas, estás intentando dar lo mejor que puedes para ayudarlas a crecer y florecer. Ocupas un rol fundamental en la vida de tu hijo, no obstante te cuesta enfrentar los cambios que genera ser madre en tu vida.
Te puede sacar lo mejor y lo peor de tu personalidad y al mismo tiempo te demuestra lo mucho que puedes lograr en un solo día, te demuestra lo mucho que puedes luchar por tu hijo, lo mucho que puedes dar y ofrecer por su bienestar.
Yo nunca pensé que al convertirme en mamá, iba a sentir dos cosas simultáneamente: un amor grande por mis hijas y al mismo tiempo miedo y angustias. Nadie te puede preparar para lo que viene despues del parto, pero te vas acostumbrando a las pocas horas de dormir, al descansar como puedas y robar unos minutos más; aprender a funcionar con pocas horas de sueño, baterías casi no cargadas, para no decir vacías y aprendes a clocar a tu pareja y a ti misma en el segundo lugar, lo que significa tener poco tiempo para ti misma, para tu pareja, para compartir tiempo juntos es ya una realidad.
Tengo el privilegio de compartir mi vida con un buen hombre, mi media naranja ¡de verdad! aunque suena cursi, así es, pero al mismo tiempo no tenemos a la familia cerca, se encuentran lejos, los amigos pocos y muchos se perdieron en el camino, así que estamos nosotros dos y las niñas. Sin ayuda, sin poder acudir a nadie, es difícil dar el 100% día tras día. Es difícil, es agobiante, estoy segura que muchos pueden identificarse conmigo. Fácil no es.. pero tienes que enfrentarte a nuevos retos día tras día, tienes que enfocarte en ofrecer lo mejor de lo mucho que puedes. Hay días malos, días buenos, pero todo pasa, todo cambia, todo se supera. Lo importante es aceptar tus fallos, tratar de mejorar e intentar cambiar por el bienestar de todos. La paciencia vale oro en este viaje.
Paciencia y el fe de que puedes seguir adelante. Necesitas sueños, necesitas ideales a los que aferrarte, necesitas tu sentido del humor y podrás superar todo lo que venga. Los sueños son importantes, valen oro, el mío es escribir y poder compartir mis sentimientos. ¡Ojalá se cumplan!
*Máster en escritura creativa, amante de la literatura, teatro y música. Madre de dos hijas.
szabadosbanyaimelinda@gmail.com