Edgar de la Luz Cruz, un maestro del arte emergente, nació en el año 1990 en Santiago Suchilquitongo, Etla, Oaxaca, enclavado en el corazón cultural de México. Su conexión con el arte se forjó en las vastas llanuras de su comunidad, donde desde una edad temprana dedicaba sus días al cuidado de caballos en un rancho local. Sin embargo, más que simplemente un trabajo, este entorno rural fue su primer contacto con la expresión creativa.
Fue en este escenario donde encontró un taller de cerámica, un oasis de creatividad en medio de la naturaleza. Aquí, el destino le presentó al maestro Alejandro Santiago, cuya influencia sería fundamental en el devenir de su carrera. Sin una formación formal, Edgar absorbió conocimientos de forma empírica, aprendiendo las complejidades del arte a través de la práctica y la colaboración.
El año 2005 marcó un punto de inflexión en su trayectoria, cuando fue invitado por el maestro Santiago a participar en un proyecto de cerámica. Esta experiencia lo sumergió aún más en el mundo del arte, llevándolo a explorar diferentes medios y técnicas, desde la pintura hasta la fundición en bronce y resina. Sin embargo, fue una invitación a la inauguración de un taller de producción de obra gráfica lo que despertó su curiosidad y pasión por este arte particular.
Decidido a expandir sus horizontes, Edgar viajó por toda la República Mexicana en busca de conocimiento, visitando diversos talleres de grabado y colaborando con maestros impresores de renombre. Este viaje de autodescubrimiento lo transformó en un hábil maestro impresor, dominando las técnicas y procesos del grabado con una maestría sin igual.
Con el bagaje adquirido, decidió regresar a su amada Oaxaca, donde se le brindó la oportunidad de dirigir talleres de producción de renombre. Su inteligencia intuitiva y su profundo conocimiento del arte lo han convertido en una figura respetada dentro del ámbito artístico oaxaqueño. Ha compartido su sabiduría impartiendo cursos en diversas instituciones y diseñando espacios dedicados a la producción de obra gráfica, siempre enriqueciéndose con el intercambio de ideas y técnicas con artistas nacionales e internacionales.
Actualmente, Edgar de la Luz Cruz está en ascenso, ofreciendo exposiciones tanto colectivas como individuales que capturan la esencia de su visión artística única. Su nombre se está convirtiendo en sinónimo de innovación y excelencia en el mundo del arte emergente, consolidando su lugar como una figura prometedora en el panorama cultural contemporáneo.