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▶Trabajaen.gob.mx es el portal en donde se ofrece trabajo “rogándole a dios no contratar”

 

  • Opaco e inaccesible el mecanismo de selección e ingreso al servicio profesional de carrera de la Administración Pública Federal.

Nora VILLEGAS*

CDMX.– Al parecer Irma Eréndira Sandoval, ex secretaria de la Función Pública, deja una lista de asuntos pendientes en la dependencia de la que (no) se encargó cuando fue titular, uno de ellos es el Servicio Profesional de Carrera de la Administración Pública Federal.

En el año 2003, con la la Ley del Servicio Profesional de Carrera (LSPC), se publicaban las disposiciones que debían observar las dependencias en materia de recursos humanos y servicio profesional de carrera. Con la finalidad de regular la planeación, organización y administración de los recursos humanos en la Administración Pública Federal.

Con este instrumento jurídico, se creó el portal “trabajaen.gob.mx” (Trabajaen), que no es más que “el sistema informático diseñado como ventanilla única para la administración y control de la información y datos de los procesos de reclutamiento y selección”. A través de este portal, los aspirantes a una vacante dentro del gobierno federal, realizan un registro y comienzan un proceso de selección y reclutamiento más imposible, engorroso, absurdo y difícil, que parece estar diseñado para que absolutamente nadie, en su sano juicio, apruebe y aspire a una vacante.

El “concurso” consta de cuatro etapas; la primera de ellas consiste en el registro de un candidato a uno de los concursos que se publican a través de la página Trabajaen; de forma automática, se realiza la revisión de cada currículum y, en caso de cubrir el perfil solicitado, se asigna un folio a los aspirantes, o bien, se les comunica, vía correo electrónico, que han sido rechazados.

La segunda etapa consiste en un impasable examen de conocimientos, cuya complejidad, temas, preguntas y respuestas, las decide un servidor público cualquiera adscrito a la dependencia y que, supuestamente, forma parte de un grupo de trabajo o grupo de expertos desarrolladores de herramientas de evaluación.

Por supuesto, que ningún profesionista en condiciones de vida normales, tiene la más mínima oportunidad de aprobar un examen del que no tiene la menor idea de qué temas teóricos requiere el desempeño del empleo o que el grupo de expertos consideró necesarios para aplicar a una vacante de nombre “jefatura de departamento de análisis” o “subdirección de control y gestión administrativa”.

Los aspirantes que aprueban estos concursos son personas que están recomendadas por alguien interno de la dependencia y que les facilita las preguntas y las respuestas de este examen, lo que viene a dar al traste con la transparencia e igualdad de oportunidades que se pretenden con estos concursos.

Suponiendo sin conceder que alguien pase el examen, la etapa siguiente se llama “evaluación de la experiencia y valoración al mérito”, la cual consiste fundamentalmente en “constatar la autenticidad de la información y documentación incorporada en Trabajaen”, lo que supone que el aspirante debe tener documentados absolutamente todos los trabajos que puso como experiencia, fechas de entrada, salida, funciones, áreas de experiencia, cartas de recomendación, como si en México, las personas dejaran un trabajo y empezaran otro únicamente de formas convencionales.

En esta etapa se califican aspectos como: orden en los puestos desempeñados; tiempo de permanencia, experiencia en el sector público, privado y social, nivel de responsabilidad, nivel de remuneración, relevancia de funciones o actividades desempeñadas en relación con las del puesto vacante, experiencia en puestos inmediatos inferiores al de la vacante, aptitud en puestos inmediatos inferiores al de la vacante, además de cualquier otro elemento que establezca la dependencia.

La valoración al mérito es la calificación que la dependencia le quiera dar al desarrollo profesional, certificaciones, logros, distinciones, reconocimientos o premios, actividades destacadas, de lo cual, el aspirante también debe presentar documentos, diplomas, cartas, medallas, reconocimientos y todo aquel papel membretado que pueda ayudar a subir su puntaje.

Y por si todo esto le parece poco o insuficiente para obtener un empleo, la etapa IV es una entrevista con tres personajes de la dependencia que conforman un Comité Técnico de Selección, el cual está presente durante todo el proceso y que, durante una entrevista inquisitoria, profundizan en la “valoración de la capacidad de los candidatos”.

Al término de esta etapa, se publican los resultados de los finalistas y acredita quién más puntos haya alcanzado. En total, pueden pasar hasta tres meses para que alguien ocupe una plaza del servicio profesional de carrera. Estos empleos resultan inalcanzables, únicamente es posible llegar a ocupar una plaza de carrera en el servicio público de dos formas: o con la ayuda de Dios o con una buena recomendación, con las respuestas del examen y con el favor del Comité Técnico de Selección.

Este sistema existe desde hace más de diez años y siempre ha funcionado de la misma forma, se sigue contratando a los “recomendados” y todos se hacen de la vista gorda y no por ser casi imposibles de concursar -los hace más transparentes al contrario, son opacos y poco asequibles.

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*Periodista egresada de la UNAM. Amplia experiencia en el campo laboral más por necesidad que por convicción. Amante apasionada de las causas perdidas, de las buenas historias, de la vida, la libertad y sus enjuagues. norvill_23@yahoo.com.mx

@RevistamujeresShaíque

 

 

 

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