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TODAS TENEMOS UN MONSTRUO

En exclusiva publicamos el Capítulo: EL MONSTRUO EN LA MANZANA de la autoría de Mariana Navarro.

Narrado por el Dr. E. M. Ashcroft

GUADALAJARA, Jalisco.- “Hay bestias que rugen con garras y colmillos… y hay otras que se deslizan, silenciosas, dentro del alma.”

Fue en una tarde opaca, con las hojas secas repitiendo antiguos secretos sobre el empedrado, cuando recibí la carta. No estaba firmada. Tan sólo un pergamino envejecido, manchado con tinta y remordimiento. Decía:

“He confiado, y en el corazón de lo dulce… anidaba un monstruo.”

He aquí el relato que acompaña aquellas palabras.

Había una mujer—de nombre nunca revelado—que amaba con entereza y sin medida. De voz firme, gesto noble y manos que no temblaban al dar. Pero también, de corazón abierto, como manzana madura en el árbol del mundo. Y fue allí, en esa entrega, donde anidó el gusano.

Oh, no era un monstruo visible. No se anunciaba con horror ni espanto. Al contrario: tenía palabras dulces, promesas suaves, y el disfraz perfecto de compañía. Fue sembrando dudas, mordiendo poco a poco la confianza, contaminando con cinismo el tejido de la esperanza.

Se ocultaba en lo cotidiano: en las frases inofensivas, en las sonrisas tibias. Pero su efecto era corrosivo. Hasta que un día, ella ya no supo si era amor… o un pacto con el vacío.

Yo, el Dr. Ashcroft, he estudiado muchas monstruosidades: la criatura eléctrica de Victor, los horrores dimensionales de Lovecraft, incluso las sombras que habitan en los átomos mismos. Pero pocas veces he visto una bestia tan peligrosa como el gusano que traiciona desde dentro.

Y sin embargo, no fue el fin.

Cuando ella vio la manzana abierta —la carne podrida donde antes hubo dulzura— no se quebró. No quemó el árbol. No maldijo su ternura. Ella nombró al monstruo. Y al nombrarlo, lo expulsó.

Porque así ocurre con muchas de nuestras bestias internas: no buscan ser destruidas, sino reveladas. Y en esa revelación, comienza la redención.

“No hay oscuridad que resista el nombre verdadero.”

“Todas tenemos un monstruo…”
Sí. Y a veces, ese monstruo es un gusano, escondido donde más confiamos.

Pero también —y esto os lo dice un viejo cronista del misterio—
todas tenemos en nosotras la luz para expulsarlo.

— Dr. E. M. Ashcroft
Naturalista del alma, físico del tiempo y testigo revelador de lo oculto.

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