• La pérdida de un ser querido acarrea consecuencias físicas y altera el día a día que se tiene hacia la sociedad: doctor Gerardo Durán Briones

• Ante la pérdida de un animal de compañía, la gente también pasa momentos de negación, ira, negociación, depresión y aceptación, como ocurre con un ser querido.

Ayudar a que los pacientes o sus familiares se reintegren a la vida cotidiana, después de experimentar la pérdida o el duelo por un asunto familiar, o incluso por un animal de compañía, es la misión principal de la asistencia tanatológica que se brinda en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirmó el doctor Gerardo Durán Briones.

El director de Educación e Investigación en Salud de la Unidad Médica de Alta Especialidad, Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, explicó que a través de esta disciplina se busca brindar seguridad psicológica, emocional y espiritual a las personas en situaciones dolorosas.

Indicó que frente a la pérdida de un familiar, de una extremidad o de una mascota, las personas cursan momentos de negación, ira, negociación y depresión hasta llegar a la aceptación. Sin embargo, cuando se estancan en uno de estos lapsos, la tanatología debe hacer una intervención, a través del trabajador social, el psicólogo o el psiquiatra.

Explicó que idealmente, quienes transitan por un trance doloroso, deben adaptarse paulatinamente a ese momento sin quedarse rezagados. “Hay quienes van de uno a otro proceso y finalmente viene la aceptación después de un tiempo prudente”.

El doctor Durán Briones apuntó que una persona deprimida puede perder el empleo, sufrir situaciones mentales crónicas, dejar de comer y de dormir. La pérdida de un ser querido acarrea consecuencias físicas y altera el día a día que se tiene hacia la sociedad.

Precisó que el paciente o su familiar deben tener la capacidad de observar y decidir el momento en que el apoyo tanatológico se hace necesario. “Todas las personas que sufren una pérdida y que no pueden salir adelante, tienen la libertad de solicitarlo”.

El especialista en anestesiología del Seguro Social comentó que el tratamiento que se brinda a la derechohabiencia no tiene una duración establecida, pues se trata de una situación compleja. Pueden ser algunas sesiones, pero se debe reconocer cuando no hay un avance y derivarlo con los especialistas. En todos los casos se aplican cuestionarios para conocer la etapa en que se encuentra el paciente en el campo mental y el apoyo que se brindará.

Manifestó que en el Seguro Social, la atención tanatológica se ofrece en unidades que cuentan con traumatología y ortopedia, donde se experimenta la pérdida de un miembro por accidentes, y en el caso del Hospital de Oncología, para los pacientes con cáncer.

Subrayó que ante la pérdida de un animal de compañía, la gente también pasa momentos de negación, ira, negociación, depresión y aceptación, como ocurre con un ser querido.

Refirió que a diferencia de los cuidados paliativos, cuando se hace frente a una situación de dolor, por ejemplo, por una tumoración y donde el paciente recibe medicamentos para mantener una vida digna hasta el final, la tanatología busca proceder o cuidar la situación mental de los pacientes.

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