Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR

Fotografías: Jorge Luis Plata

Locación: Casa Lía

¿Cómo es una mujer líder, sorora y que siempre ha luchado por las mujeres y las comunidades indígenas? Carolina Aparicio cuenta con estas cualidades que la han hecho ser la mujer que es; platicar con ella es un deleite porque es franca, directa y con un gran sentido del humor. Su vida refleja el cúmulo de muchas experiencias adquiridas desde su niñez, juventud, en su vida familiar, empresarial y política que hoy se dibujan con una gran sonrisa y plenitud.

Nació en Santa Cruz Itundujia, Putla Villa de Guerrero, pueblo indígena en la montaña de la mixteca oaxaqueña, donde creció los primeros años de su infancia bajo el cuidado de sus abuelos maternos, ya que sus padres tuvieron que migrar en búsqueda de mejores oportunidades para su familia. El entorno (entre el campo y el bosque) y las tareas familiares en las que desde pequeña participó como en la siembra, en la cosecha de maíz y otros alimentos, y el acarrear agua, forjaron su carácter y le agradece a la vida, a su origen, a Dios y al amor de su familia por ello porque eso la ha impulsado a lo largo de su vida.

Mi historia de vida un gran aprendizaje

A los ocho meses me quedé con mis abuelos maternos porque mis papás tuvieron que salir de la comunidad por las carencias y necesidades económicas que había; crecí entre el bosque y el campo que siempre nos dio de comer. Desde pequeña, aprendí a trabajar en equipo, en familia con mis tíos y primos, sin diferencias entre niñas y niños, y recuerdo que en fila india acarreábamos agua, desgranábamos las mazorcas y ayudábamos en la siembra de maíz. A los 10 años, me voy a CDMX con mis padres (ya estaban separados) y fue un golpe duro separarme de mis abuelos a quienes veía como mis padres y, a su vez, reencontrarme con mi madre, alguien a quien desconocía. Ello me planteó un reto en mi vida y el comprender la situación de mi madre, me permitió sensibilizarme ante las circunstancias que las mujeres enfrentan.

Vivir en la CDMX a tan corta edad, fue otro gran reto; era una niña con temor que poco a poco se convirtió en una mujer fuerte, gracias a las enseñanzas de mis abuelos y tíos. Por eso, he dicho en diferentes escenarios políticos, sociales y comunitarios que es fundamental lo que se vive en el seno de la familia -sobre todo cuando se es pequeño- porque es cuando absorbes todo como una esponja y eso va a ser el parteaguas para que te desarrolles en tu vida adulta. Es importante que las mujeres nos fortalezcamos, preparemos, y, sobre todo, reconozcamos y trabajemos nuestra parte emocional; conocer el valor y amor propio que nos damos a nosotros mismos nos ayudará contra las adversidades.

Mi mamá ya tenía un segundo marido y conviví con mis hermanos a los que amo. Comencé a trabajar para apoyar en el hogar (vendí elotes, quesadillas, cuidé niños e hice mandados) y me di cuenta que, con esfuerzo, podía tener mis propias cosas.

Después, me regresan a la ciudad de Oaxaca a estudiar en un internado indígena un año, vuelvo a la CDMX a estudiar la secundaria con carrera técnica y regresó a mi pueblo a los 16 años. Ahí es cuando conozco a mi esposo, quien era mi mejor amigo y nos casamos a los 18 años por lo civil y comenzamos a construir una familia, un anhelo para mí que se cumplió al nacer mi hija Claudia quien ha sido una gran inspiración para muchos proyectos.

Somos empresarios exitosos en Pochutla, con diversos cambios y con contrastes que han formado parte de mi vida como provenir de una comunidad indígena, irme a la gran urbe y vivir en la costa oaxaqueña donde las costumbres son diferentes, pero la adaptación ha sido clave en mi vida.

Cinco años después del nacimiento de mi hija, nació mi hijo Juan José; a ambos les he brindado lo mejor para que sean personas de bien, respetando su libertad y decisiones.

Y una anécdota que me gusta compartir es que cuando llegué a vivir a Pochutla, yo no conocía el mar, no sabía nadar, aún estoy aprendiendo, me impactó la inmensidad del mar y lo maravilloso que es.

Huracán Paulina 1997

¡Como olvidar aquel 8 de octubre de 1997! La costa oaxaqueña quedó devastada y, por ende, Pochutla. Como introductores de pollo, mi esposo y yo contábamos con galeras que sirvieron -las que quedaron en pie- para resguardar a la gente que solo llevaba puesto lo de encima porque no les dio oportunidad de resguardar sus cosas. Desde el inicio del huracán, me involucré en los albergues que se formaron en las escuelas y templos, me fui a las tiendas a comprar leche para los niños, latas de atún, pañales desechables, etc., sin importarme endeudarme porque lo importante era ayudar. Asimismo, el gobierno del estado nos pidió un espacio como centro de acopio para mandar víveres y medicamentos.

Me vi en una actividad que nunca me imaginé que fuera capaz de hacer y descubrí con el tiempo que todo lo que viví de niña me inspiró y me ayudó a tomar decisiones sobre qué hacer en esos momentos. Sin pensarlo, me visibilicé en la arena social y política: de repente, estaba en las mesas de evaluación porque conocía las rutas por el negocio familiar, los empecé a guiar y luego en el helicóptero llevando alimentos a las comunidades que quedaron aisladas.

La labor social el primer escalón hacia la política

A partir de mis experiencias haciendo comunidad en mi municipio por el desastre del Huracán Paulina, me invitaron a participar en actividades políticas del partido que gobernaba en ese entonces, para ser presidenta del comité en Pochutla. Siempre he participado políticamente, pero como ciudadana y representante de casilla, y no teniendo un cargo porque era difícil por mi negocio. Me tocaron la parte sensible al mencionarme que podría trabajar y organizar a las mujeres para brindarles talleres y pláticas que las empoderaran; eso me convenció e iniciamos 30 mujeres siendo 4 mil al final. De esa experiencia llegó la invitación a ser candidata a la presidencia municipal; en ese momento no acepté y mi esposo fue candidato y ganó. Al poco tiempo, me invitaron a ser diputada federal suplente y posteriormente, candidata a la diputación local del distrito 8 de Pochutla; acepté y recorrí las zonas indígenas que estaban sufriendo mucho por el surgimiento del Ejercito Popular Revolucionario en esa región y en mi distrito Los Loxichas. Cuando inicié la campaña, me decían que no tenía que ir a esas zonas porque la elección la iba a ganar sin problema, sin embargo, para mi fue importante conocerlas por lo que me fui a La Sirena y a La Conchuda, donde surgió ese movimiento, a saludar a la gente y escucharlos. Se sentían rezagados, abandonados y necesitaban de la gestión y presencia del gobierno; así fue como se abrieron las carreteras, hubo comunicación, escuelas, clínicas de salud, entre otros. Ello me llevó a presidir la Comisión de Asuntos Indígenas en la LVIII Legislatura que fue algo extraordinario porque me permitió conocer mi estado, los pueblos, los usos y costumbres de cada lugar,  vivirlo como viven su día a día y algo que no olvidaré, es que estuve presente en las  reuniones para el tratado de la reconciliación y paz de los pueblos indígenas; fue algo muy aleccionador.

3 Leyes aprobadas por unanimidad su legado en la política oaxaqueña

La segunda vez que fui diputada local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Oaxaca, presidí la Comisión Agropecuaria, Forestal y Minera; realicé 3 propuestas de ley (la Pecuaria, de Desarrollo Forestal Sustentable y de Desarrollo Rural Sustentable) que fueron aprobadas por unanimidad. En el campo les dejé resultados, hice una gestión cercana a las mujeres indígenas para que tuvieran leche, hortalizas para las familias y a través de los proyectos productivos en economía y turismo, pudimos llegar a acuerdos y etiquetar recursos para esos proyectos; fue muy satisfactorio aunque la que más trabajo nos costó, fue la Ley Forestal Sustentable por los intereses que implicaba, sin embargo, ver la vocación de cómo cuidan el bosque y el campo en los municipios mancomunados que luchan contra los depredadores y otros intereses, me hizo enfocarme para que saliera avante.

No se había podido aprobar esta ley y una gran ventaja fue haber vivido en el bosque, porque pude hacer acuerdos para que comprendieran porqué les beneficia esta ley; fue muy satisfactorio y comprueba que soy una mujer de trabajo, palabra y resultados.

Ahora que ha habido incendios forestales, hice un pronunciamiento para abatirlos, ya que en la Ley Forestal que se creó, existe una comisión donde debe haber recursos etiquetados para la prevención de incendios, para la capacitación, herramientas y lo que requieren los campesinos para prevenir incendios y evitar muertes.

Abrir brecha al ser la primera mujer Presidenta Municipal de Pochutla

Llega una segunda invitación para ser candidata a la Presidencia Municipal de Pochutla por el trabajo previo que tenía y a pesar de tener algunos puntos en contra por no haber nacido en Pochutla, por ser mujer y que este municipio no había habido ninguna presidenta mujer, contaba con el 80% de aceptación de la ciudadanía y gané.

Gobernar fue difícil por el conflicto magisterial de 2006, pero logramos mantener con tranquilidad y sacar adelante la demarcación aún con las limitaciones y recuerdo que cada lunes -que son día de plaza- realizábamos audiencias públicas con todo el gabinete y ello nos volvió cercanos a la gente que las siguientes administraciones no pudieron borrar esas acciones.

En esos tiempos, no se hablaba de violencia política o machismo y por supuesto que lo viví; los medios de comunicación cuestionaban el que una mujer los gobernara, que era fuereña etc., pero sin duda, dejé huella en mi pueblo.

Soy muy tenaz, y los ataques nunca me han limitado para seguir con mi vida y yo tengo muy claro que la política es para ayudar a los demás, y yo y mi familia no vivimos de ella porque somos empresarios.

Aportación social más allá de la política

Iniciarme en política me permitió reafirmar mi aportación social, ya que me invitan a ser la Presidenta de las Mujeres en el Estado de Oaxaca y fue satisfactorio porque coordiné programas de prevención y salud como la del cáncer cervicouterino y de mama, pero sobre todo, a darle seguimiento a esos casos lo que salvó muchas vidas, así como de prevención de la violencia en mujeres, adolescentes y niñas. Fue algo en mi vida sin precedentes ya que con voluntad e interés por los demás se logra incidir y lograr resultados.

Me retiré de la política cuando vi que el partido en el que militaba ya no era congruente, no traía la mística de la gestión cercana a la gente, que la decisión la tomaban las cúpulas, unas cuantas familias, amigos, novias, novios. Decidí enfocarme al negocio familiar sin dejar a un lado las gestiones con familias en mi pueblo y regresé a vivir hace seis años a Pochutla.

La carrera al Senado una nueva oportunidad

Nunca esperé una nueva invitación para participar en algún cargo después de estar retirada de la política, pero me hablaron por parte del senador Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano y en un inicio les dije que no estaba preparada económica, familiar, emocional ni físicamente. ¿Qué me motivó a aceptar? La frescura del partido, la apertura a los jóvenes y personas que ya no comulgan con la vieja política. Sin duda, soy una mujer de retos porque con el tiempo en contra electoralmente, he podido recorrer las ocho regiones y escuchar a la gente sobre qué necesita (seguridad, empleo, agua, etc.) y cómo les ha afectado la desaparición de programas como Empleo Temporal, del Fonden, Seguro Popular, Escuelas de Tiempo Completo, Comedores Comunitarios, entre otros. Fue triste ver que ahora que fui a San José Loxicha, estaba cerrada una cocina comunitaria donde la gente que más necesita podía tener un plato de comida al día, que ya no se surte la leche Liconsa que ayudaba a tanta familias y niños, que no hay doctores en la clínica rural ni medicamentos.

Escuchar esto reafirma mi convicción de ser esa voz para llevar propuestas serias y responsables; hacia allá voy con esta pasión que me caracteriza y sé que en esta elección estoy en contra de todo, contra un gobierno federal que trae las maletas llenas de dinero y contra un gobierno del estado que igual trae a sus candidatos al senado con toda la función pública, con su apoyo, pero yo no me rajo.

Carolina Aparicio va caminando y en la apertura de campaña invité a mis grupos de mujeres de la capital; sentir su apoyo me llena de gusto y alegría, y estoy agradecida con todas esas mujeres, hombres y con Dios por esta gran oportunidad a estas alturas de mi vida.

3 objetivos que asumirá con el triunfo:

  • Trabajar intensamente.
  • Propuestas claras y aplicables: seguro de retiro digno para los campesinos, medicamentos para personas con cáncer, comedores comunitarios y defender los organismos autónomos.
  • Alzar la voz por los pueblos indígenas y por las mujeres para que exista menos violencia y feminicidios en Oaxaca.

3 influencias en su vida:

  • La ausencia de mis papás.
  • Mis abuelos.
  • Mi esposo Juan José y mis hijos Claudia y Juan José.

 

 

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