Edgar SAAVEDRA*
¿Qué son las bridas y por qué soltarlas? Antes de ir al significado de esta palabra es obligado leer el poema-homenaje que para Ludwig Zeller y Susana Wald que aparece en el libro ACEDIA:
Hálito y galope
A galope
Sobre una calandria entumecida
madurando en las tormentas
en la selva oscura
en un tubo sin remedio
Fuga de aliento y lágrimas / polvo en la balanza
Cuando estés abajo suelta las bridas
¡La vida es una sombra que pasa!
Las bridas tienen más de una acepción: freno del caballo, tira dentada de plástico o de metal no retráctil que una vez enganchada permite atar, unir o inmovilizar; arte o modo de andar a caballo; reborde o placa plana en el extremo de los tubos…. y filamentos membranosos que se forman en los labios de las heridas o en los abscesos. Este último significado o el primero encajan bien en la retórica del poema que hace referencia a la cortedad de la vida humana –y en ese entendido– lo mejor es vivirla lo menos frívola o dogmática posible, precisamente, y desde un ángulo comparativo, como la pintura de Susana Wald, apellido que significa selva, y por extensión oscura: «En medio del camino de la vida vine a encontrarme en una selva oscura…» (Infierno / Dante Alighieri).
Difícilmente encontramos en el panorama pictórico actual semejante propuesta y trayectoria artística como la de esta pintora de origen húngaro, aunque con pasaporte de vida chileno, canadiense y desde luego, mexicano. Centrada en el surrealismo, sea como pasión, misión e incluso justificación, su obra revienta todo paradigma y se atreve a la búsqueda de lo inasible. La materia y sus formas son un enigma que hay que averiguar. En ese largo espacio de producción en algún momento aparecen las formas de espiral en la obra de la artista como un dictado mágico u onírico, la percepción en la que uno dice que ahí habita la poesía o la pintura, territorios del inconsciente, o quizás hablamos de ese soñar despierto dirigido.
Pero el arte está habitado también por el pulso vital de la individualidad. Palabras de Wald: «Hay quienes exploran lo mínimo o el vacío. En mi caso el demonio interior del que habla Stefan Zweig me empuja a remediar la opresión de lo femenino, pero ya dentro de una efervescencia de la lucha por salir del medio asfixiante que aprisiona a las mujeres». Toda deducción seria un atrevimiento aquí y no alcanzaría a explicar ni en amplitud ni en pormenores la intensa geografía por donde camina esa bella sombra sin bridas llamada Susana Wald. He aquí algunas expresiones sobre su obra:
*Para Susana el erotismo se conecta a la excitación y al deseo sexual y éstos forman un aspecto importante de su obra. Aunque durante centurias hemos estado temerosos del cuerpo y hemos reprimido su existencia, tanto en la religión como en la ciencia, ella cree que nos hemos acercado al punto en que podemos acceder a un horizonte más amplio.
(Dra. Martha Mabey)
*Ella considera su arte “como un reflejo en la hoja de un cuchillo, como el medio, el vehículo que permite expresar lo esencial”.
(Fragmento; Pág. 426 DICTIONNAIRE GÉNÉRAL DU SURRÉALISME / ET DE SES ENVIRONS)
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La exposición la individual Soltar las bridas de Susana Wald propone un diálogo entre pinturas creadas en los ochentas y noventas con dibujos sobre papel, piezas coloridas y dinámicas, reunidas bajo el alero de la constancia de una artista que privilegia la libertad y se ha atrevido a soltar las bridas. ¿Habrá una imagen más apropiada para definir el impulso que acompaña la creación de Susana? La invitación a soltar las amarras, a dejarse llevar, a atreverse a sumergirse en esta producción es también la que hace Edgar Saavedra, poeta, escritor y curador oaxaqueño. La obra de Susana Wald “revienta todo paradigma y se atreve a la búsqueda de lo inasible. La materia y sus formas son un enigma que hay que averiguar” (texto de sala).
Desde la soltura del gesto en los dibujos, pasando por los colores incandescentes en la serie de “Ventanas”, hasta el atrevimiento de las posiciones sexuales que imagina en los “Ultra Muebles de la Pasión”, este recorrido por la creación pictórica de la artista surrealista resulta refrescante y necesaria, en un momento en que los paradigmas que conocemos parecen frágiles y cuestionables.
El llamamiento es a recordar “la cortedad de la vida humana -y en ese sentido- lo mejor es vivirla lo menos frívola o dogmática posible”, como la pintura de Susana Wald.
(Macarena Bravo; curadora, investigadora e historiadora de arte. Santiago de Chile)
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En este mundo, sobre esta tierra te he encontrado
Amándote, mujer que pintas, la que descifra el jeroglífico
Que no logramos ver ya que la niebla como un manto
Muévese ante los ojos y entre tus manos se acaracola
En espiral el polvo alucinado, la llamarada viva.
(Fragmento del poema EN ESTE MUNDO, SOBRE ESTA TIERRA
de Ludwig Zeller, dedicado a Susana Wald).
* Periodista cultural. edgarsaavedra@outlook.com