Arturo DIEZ*
Qué increíble es ir a un centro comercial o supermercado y encontrar todo lo que necesitamos en el día a día: ropa, electrónica, artículos de belleza, carnes, frutas y verduras de todas las temporadas, comida rápida, automóviles y en ocasiones incluso la oportunidad de comprar una casa de algún proyecto inmobiliario. Damos las cosas por sentado y pocas veces preguntamos: ¿de dónde vienen estas cosas? Es una pregunta sencilla, pero que no todos nos hacemos.
Investigar el origen de las cosas no es una obligación; no obstante, es una forma de comenzar a ser un consumidor crítico. Con esta sencilla pregunta uno puede llegar a la respuesta de preguntas mucho más elaboradas como: ¿por qué es tan barato este producto? ¿Por qué hay mangos fuera de temporada? ¿Hay un salario justo para los fabricantes de esta mercancía? ¿Será bueno para el medio ambiente o mi cuerpo este producto de belleza? ¿Qué hay detrás de este proyecto inmobiliario? Entre muchas otras más.
Incluso, cabe llevar las preguntas a otro sentido: ¿De verdad necesito hacer esta compra? No sé si algún día llegue a olvidar el impacto que tuvo para mí la primera vez que vi Fight Club, a mis 20 años, y la escena en la cual Tyler Durden (Brad Pitt) cuestiona el hecho que pasamos horas en trabajos que no nos gustan para comprar cosas que no necesitamos. Algunas personas olvidan que las cosas son un medio para llegar a un objetivo y no un fin en sí mismo. La publicidad nos persuade, pero a veces casi nos dicta, cómo debemos comportarnos, qué ideas debemos creer y, dentro de una economía capitalista, esas ideas terminan llevando casi siempre al consumo: consumir como un fin en sí mismo, sin importar si vamos a en verdad a disfrutar o utilizar lo comprado. Hacernos estas preguntas nos puede llevar de ser un simple consumidor, a ser una persona que no requiere de consumir para sentir que es.
¿Y por qué es importante para mí hablar de todo esto? Porque a pesar de la enseñanza en clases de biología durante la secundaria y primaria donde nos hablaban de los recursos renovables y no renovables, el cambio climático nos ha demostrado que lo recursos renovables necesitan un tiempo para cumplir su ciclo, o que pueden cumplirlo en circunstancias en las cuales son tóxicos para los seres vivos. Por ejemplo, consumimos agua y alimentos contaminados, pero podemos evitarlo investigando el origen de las cosas que compramos y minimizando el consumo de cosas que en verdad no necesitamos. Parafraseando a Henry David Thoreau: el ser humano es más rico entre menos cosas necesita para vivir.
*Nací y crecí en Xalapa. Estudié ciencias de la comunicación en la UNAM y en mi tiempo libre me aficiona leer para vivir otras vidas, así como escribir para contar algo de la mía.
Contacto: arturodiezg@outlook.com y arturodiezgutierrez.wordpress.com