Por Kozzobi Sampedro*
Exigente y preciso desde el inicio, Sergio Pitol nacido en 1933 fue un escritor, traductor y diplomático mexicano. Con su escritura fluida nos deja en claro las ansiedades y deseos más profundos que representan a una generación, incluso, una causa existencial como forma de vida: el arte. Pitol pertenece a una generación que desde el presente podemos verla como un movimiento de vanguardias y cambio.
Parte de la generación de medo siglo, Pitol, además de eso, tuvo que lidiar con el sentimiento de autoexilio al cual estuvo acompañado durante casi toda su vida, ya que por sus trabajos mayormente diplomáticos, vivió en diferentes partes de Europa durante su juventud y parte de su madurez.
La escritura de Pitol abre la puerta a una permanente revisión personal de lo que conforma a uno como persona, es decir, nos muestra cómo se entendía desde sus lecturas y cómo sus lecturas le daban destellos de diferentes perspectivas a la vida. El aliento de Pitol es en mayor medida ensayístico, esta voz pareciera fragmentarse en muchas más que le dan esa fama de poder desvanecer las fronteras de los géneros: cultivando reflexiones profundas y sencillas. Su afán por querer compartir sus lecturas y viajes, le ha permitido escribir libros honestos y sensibles sobre la mutación que el tiempo genera en nuestras mentes.
Si la literatura tuviera que responder alguna pregunta, y esta fuera: “¿qué sentido tiene la literatura en la vida del escritor y del lector?”, la obra de Sergio Pitol sería una gran respuesta. Pitol preocupado porque tanto la Filosofía y en especial la Literatura, puedan llegar a impactar en la realidad, inicia un perpetuo autoanálisis ante la tinta; ya que para que estas dos logren cambiar la realidad deben partir de ella: de su vida. Entre sus obras se pueden destacar dos trilogías, una de ensayos nombrada “Tríptico de la memoria”, compuesto por: El arte de la fuga, El viaje y El mago de Viena; y la otra de novelas titulada “Tríptico del carnaval”, compuesta por: El desfile del amor, Domar a la divina garza y La vida conyugal. En todos sus libros se destaca la erudición que sus lecturas le otorgaron a lo largo de la vida, y a su vez, un gran humor irónico ante la vida.
Al abrir un libro suyo, nos encontramos ante una escritura cálida y honesta; sus vastas lecturas nos convencen de su genio al lograr que esas líneas trasciendan en el lector rememorando su infancia o su iniciación en varios ámbitos de su vida. Sus estancias en diversos países nos permiten leer la experiencia de vivir tanto las ciudades como su Historia que resuena en sus calles o gente, y la Literatura del lugar, voces que resuenan en la cultura. La impronta de su obra como de su pulsión a escribir, él la define así: “Escribir ha sido para mí […] dejar un testimonio personal de la constante mutación del mundo”.
*Estudiante de Letras Hispánicas en la UAM y miembro del Colectivo Avispero.
Instagram: kozzobisampedro