• Los niños serán los que sufrirán más las nuevas restricciones para protegerlos del contagio; trastornos mentales y adicciones se acentuarán en la población.

La “nueva normalidad” traerá una serie de afectaciones psicológicas que podrían impactar en la salud mental de la población durante y después del aislamiento; desde el aumento de trastornos mentales hasta depresión y adicciones, entre otros padecimientos, destacaron académicas de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) durante el panel de diálogo y última sesión del seminario “La `nueva normalidad´ ante la pandemia Covid-19”.

Las académicas señalaron que en la emergencia sanitaria se prevé continuará hasta octubre de este año, y la alta peligrosidad de contagio del virus por su naturaleza podría causar cambios en la manera en la que se relacionan las personas, y a su vez, trastornos en niños, parejas, familias e individuos.

La Coordinadora del Comité de Investigación del Decanato de Ciencias Sociales, Económico y Administrativas de la UAG, Profesora Investigadora, Psicóloga y Terapeuta y una de las organizadoras de dicho seminario, la Dra. Beatriz Corona Figueroa, señaló que será una situación que calificó “dura” de sobrellevar.

“Esta situación será dura. El contacto humano estará restringido. Es un tema complicado ya que los seres humanos necesitamos el contacto. Los niños en especial lo sufrirán. La generación de niños y adolescentes que crecen en esta pandemia sufrirán si no les enseñamos y proveemos amor y expresiones de cariño en el hogar”, comentó.

Los niños pequeños podrían requerir atención porque las restricciones que las escuelas implementarán para evitar el contacto entre ellos, para así mitigar la propagación del virus, los alejará unos de otros.

“La nueva normalidad hará que las escuelas establezcan medidas severas de distanciamiento; se entiende la intención de cuidar de los posibles contagios, pero causará condiciones de tristeza, alejamiento; los niños necesitan jugar, tocarse, correr, interactuar para aprender y así construir parte de su personalidad. Sobre todo, necesitan muestras de afecto”, detalló.

Por lo tanto, será en casa donde los niños deberán recibir mayor atención; la doctora recomendó que convendrá estrechar lazos de cariño y amor, y enseñarlos a expresar sus sentimientos de manera más clara, comunicarse y regularse emocionalmente.

Además, señaló que las personas necesitarán toda su creatividad para demostrar su afecto y podría traer un punto positivo ya que la comunicación entre ellas mismas, en el hogar y afuera de él, aumentará.

 

Se acentuarán trastornos mentales

En el mismo tema, la doctora expuso que ciertos trastornos o condiciones psicológicas se verán aumentadas o reforzadas. Por ejemplo, la gente que era altamente exigente u obsesionada con la limpieza, ahora encuentra un justificante para su comportamiento como una normalidad y no se sentirán fuera de lugar al tener estas conductas excesivas.

“Cuidemos que estos excesos no sigan o empeoren. Las personas que van a terapia deben vigilar este punto y establecer normas que eviten conductas extremas, no premiar los trastornos, sí las conductas necesarias o racionales”, dijo.

Otros trastornos que se verán potencializados, o ya lo están, son la ansiedad, el insomnio y el estrés. La doctora también temió que crezcan los sentimientos o pensamientos suicidas y de depresión, ante el panorama financiero o pandémico del aislamiento. Además, hay adicciones que se pueden intensificar durante y después de la cuarentena como el alcoholismo, apuntó.

El duelo en los individuos serán más comunes, dijo, tras la muerte de parientes a causa del virus, lo que aumenta la posibilidad de que los individuos sufran una depresión, ya que las autoridades no dejaran que se despidan de sus seres queridos tras su fallecimiento.

“La salud mental será una de las nuevas preocupaciones de la población y del sector salud en muchos países, México no será la excepción”, concluyó.

 

Las nuevas muestras de afecto

Por otro lado, la Mtra. Claudia Magdalena Valdés Castro, docente del Departamento de Humanidades de la UAG, comentó que se verán nuevas maneras de demostrar afecto, si bien quizá dentro del hogar no cambien las cosas a las que estamos acostumbrados, sí afuera: en áreas laborales, entre amigos y más lugares donde se dé la interacción humana.

“Todo dependerá de qué actitud se tomará para demostrar de manera física nuestro afecto; se tendrá que reinventar la manera de demostrarlo”, mencionó.

En las parejas se registrará un aumento en la comunicación, la manera en la que los individuos nos acercamos, físicamente y mentalmente se comunicará de manera diferente. Habrá que hacer cambios en dicha demostración con gestos, palabras, mensajes de texto, canciones y más.

Podría suceder, teorizó la académica, el abandono del celular y compartir lo que sentimos de nuevo de manera verbal e inmediata y no esperar a decir un “te quiero” o “me gusta de ti” hasta que sea tarde.

“El ser humano es creativo y encontrará la manera hacerlo. Llegará el día en que las personas dejarán los equipos electrónicos, en cada hogar, y empezarán a hablar frente a frente sin un intermediario. El cultivo de la tolerancia, regulación y adaptación serán partes importantes de este cambio y normalidad”, concluyó.

Por otro lado, la Mtra. Teresita Lizárraga Fregoso, también docente del Departamento de Humanidades de la UAG, estuvo de acuerdo en que sí habrá situaciones de cambio en psique de las personas y que extrañan el contacto físico y existe una sensación de “extrañeza” en la población.

“Para las personas que no les gusta el contacto físico será algo que no les hará sufrirán mucho, pero a los que les gusta el contacto físico, dependerá de la personalidad de cada quien, pero sí traerá ciertas repercusiones”, opinó.

Por último, la Dra. María Guadalupe Marcano, egresada de la UAG y profesora en otra institución, mencionó que la nueva normalidad debe traer un cambio en el comportamiento de la población y que se debe tomar en cuenta la necesidad de un cuidado más consciente de la salud física (evitar la obesidad o sobrepeso), limpieza de nuestro entorno y responsabilidad para con otros.

“Somos los responsables de lo que tenemos y somos y de disciplinarnos. No digo que a los integrantes de la familia no la toquemos, pero sí tenemos la responsabilidad de cuidarnos del de afuera. Seamos precavidos con el resto de las personas con las que tenemos contacto y esto causará cambios sociales”, destacó.

La doctora urgió a procurar guardar distancia de hasta un metro o más entre las personas en espacios públicos, ante el inminente regreso a las actividades sociales y económicas, y una conciencia de cuidar la salud, la higiene respiratoria, lavado de manos, sanitización y otras medidas para protegernos del virus.

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