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Alexandra MARTINEZ DE AGUILAR*

Todas las elecciones nos dan un panorama sobre cómo se encuentra la fuerza política de los partidos y cómo se va moviendo el voto de los ciudadanos. Y, las pasadas votaciones, han bosquejado el escenario de lo que pueda pasar en los comicios para presidente de la república en 2024.

El triunfo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados Partido del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM) en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, complementa el proceso de reconfiguración del sistema de partidos en el país, que comenzó en 2015 cuando Morena participó en las elecciones de ese año, en la disputa de gobernador en nueve entidades federativas, y en las que logró colocarse como cuarta fuerza política nacional y la asignación de 35 diputaciones federales.

Entre las diversas lecturas que ha dejado este proceso electoral, es que la ola guinda sigue ganando espacios ya sea por el efecto que aún mantiene el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, aunque la oposición semanalmente informa de su caída; por la marca Morena; y/o por la ineficacia de los gobiernos anteriores para resolver la corrupción, inseguridad y desigualdad, principalmente.

Otra lectura es que la oposición sigue manteniendo ciertos bastiones porque ha sabido trabajar atendiendo las demandas ciudadanas y no por ser una oposición activa contra el presidente y su partido, habiendo desgastado su marca.

Los electores no salieron a evaluar las gestiones de Morena porque no estuvo en juego ninguna gubernatura donde gobiernan, cuestión que cambiará en 2024 y ahí sí se evaluará la gestión del presidente y, además, su nombre ya no aparecerá en la boleta y su gestión estará por acabar.

Asimismo, los operadores políticos y la clase política tradicionales en las entidades del PRI o PAN, se han movido hacia donde han visto la oportunidad de continuar haciendo carrera y dinero, logrando que Morena gane con ese oportunismo político.

Ahora, rumbo al 2024, habrá que estar atentos a tres eventos: los resultados que se obtengan en Coahuila y Edomex, bastiones priístas importantes; la popularidad con la que cuente el presidente ya que las encuestas han demostrado en este tiempo que ha alcanzado su máximo de aprobación y que ahora deberá mantenerla por arriba del 50%; y quién será el candidato presidencial de la oposición, personaje que deberá ser elegido cuidadosamente para que mantenga la unidad y  pueda quitarle votos al candidato de Morena sea quien sea, quien por default será competitivo porque dicha elección será vista como un referéndum del presidente.

En 2023, junto con sus aliados del Partido del Trabajo (PT) y Verde (PVEM) llegarán al preámbulo de la próxima elección presidencial, con 22 de 32 entidades y gobernando al 56% de la población, es decir, unos 71 millones de mexicanos.

Los partidos de oposición de la coalición Va por México, Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), sólo controlan las 10 entidades restantes, donde el PRI sólo conserva Durango, Coahuila y estado de México.

Como datos interesantes, resaltan que en los seis estados donde hubo elección, Morena, como partido único, recibió un total de 2 millones 322 mil 161 votos. El 78% de sus votos los obtuvo en Oaxaca, con Salomón Jara; Hidalgo, con Julio Menchaca; y en Tamaulipas, con Américo Villarreal Anaya.

Mientras que Va por México consiguió un total de un millón 962 mil 740 sufragios en dichas entidades, y en Aguascalientes y Durango le ganaron a Morena con una diferencia de 237 mil 764 sufragios.

 

¿Qué sigue para los partidos políticos rumbo al 2023 y 2024?

Con los resultados de estas elecciones y de los escenarios futuros que se han comenzado a configurar, Morena tiene probabilidades de ganar 2024, mientras que la oposición tiene la tarea de realmente hacer un autoanálisis de esta nueva realidad a la que se enfrentan.

Morena ha conseguido 21 gubernaturas en sus ocho años de vida como partido político. En 2018 ganó sus primeras cinco gubernaturas: Ciudad de México con Claudia Sheinbaum; Morelos con Cuauhtémoc Blanco, Chiapas con Rutilio Escandón; Tabasco con Adán Augusto López; y Veracruz con Cuitláhuac García. En 2019 sumó Puebla con Miguel Barbosa; y Baja California Sur con Jaime Bonilla y hace un año sumó 10 más y repitió en Baja California.

Pero ello, no representa que debe dormirse en sus laureles, sino buscar reinventarse en lo local y nacional, hecho que comienzan a hacer con la renovación de sus dirigencias en las 32 entidades del país en agosto y sus órganos de dirección nacional en septiembre, para llegar consolidados a las próximas elecciones que se avecinan.

El PRI, PAN y PRD, tienen que replantear su estrategia rumbo a las elecciones presidenciales de 2024 ya que las preferencias electorales de la ciudadanía en estas elecciones demuestran su progresiva caída. Tendrán que analizar si es conveniente seguir el camino que llevan en cuanto a los procedimientos para seleccionar a sus líderes y candidatos.  Desde que se conformó esta alianza en 2021, ha buscado 15 gubernaturas (11 en el 2021 y 4 en el 2022) de las cuales solo han ganado dos: Aguascalientes y Durango.

 

*Licenciada en Ciencias Políticas interesada en aprender continuamente de todo y de todos, y articulista en los periódicos Matlalcuyetl y Consensos de Tlaxcala.

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