KARLA MARTINEZ DE AGUILAR
Fotografías: Jorge Luis Plata
Fue en abril de 2023, cuando el Centro Penitenciario Femenil Tanivet le abrió sus puertas por primera vez a una mujer, Martha Patricia Ledezma Arriaga, quien asumió su dirección que en la actualidad custodia alrededor de 160 mujeres privadas de su libertad a quienes ha buscado ayudarlas, renovarlas, para reintegrarse a la sociedad.
De profesión, trabajadora social y abogada, y con 29 años de experiencia en el ámbito penitenciario, su encomienda al frente de un centro femenil se dio por invitación bajo la sentencia de “si tú puedes controlar un femenil, puedes controlar cualquier cárcel del país” que aludía a que dirigirlo, sería un reto.
Ella, lo ha sabido asumir con éxito y como una oportunidad para dejar enseñanzas derivadas del sector penitenciario y del ámbito público, que su equipo de trabajo pueda replicar en el último tramo de su gestión.
Martha Patricia Ledezma Arriaga, háblanos sobre ti y cómo llegaste a ser Directora del Centro Penitenciario Femenil Tanivet y qué se necesita para serlo
Soy originaria de la Ciudad de México, pero solo viví once años ahí y después me fui a Jalisco donde fui criada y educada. Estudié primero la carrera de trabajo social y la segunda en Derecho, ambas en la Universidad de Guadalajara.
Inicio mi carrera como servidor público en 1986 y en 1995 me involucro en el ámbito penitenciario, en el área de menores infractores en Zapopan, Jalisco. En el 2017, salí del sistema penitenciario federal cuando mis hijos acabaron sus carreras, pero estando en el hogar, me dediqué a la docencia en tres universidades ubicadas en la ciudad de Tepic, Nayarit (Universidad Tecnológica de Nayarit, Universidad Isima, especializados en criminología y criminalística, y Universidad Mercurio). Estuve dando clases hasta el 2021.
A partir del 2021, el Ing. Eduardo Javier Romero Espinoza, con el que estuve trabajando en el ámbito federal, me preguntó qué estaba haciendo, porque tenía un nuevo proyecto en Zacatecas, en donde estuve por dos años como Directora de Prevención y de Reinserción social.
En ese tiempo, hubo un ajuste en el que salimos del sistema los civiles por decisiones políticas y estrategias del Estado, y entró la policía federal y ex militares, quienes se convirtieron posteriormente en la guardia nacional; por ese cambio, yo llego a Oaxaca donde ya había trabajado en el sistema penitenciario, pero en el ámbito federal. Me tocó la apertura del Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) No. 13 ubicado en Miahuatlán.
Cuando recibí la invitación para ser Directora de un Centro Penitenciario Femenil (sabía que era un proyecto difícil y lo vi como un reto que podía lograr) mi ex jefe me dijo: “si tú puedes controlar un femenil, puedes controlar cualquier cárcel del país”. Con esto, se demuestra nuevamente que las mujeres somos complicadas y más un centro femenil como lo es el Centro Penitenciario Femenil Tanivet, en donde me tocó vivir la experiencia cuando se amotinaron e hicieron huelga no estar de acuerdo ante lo que hago; es muy triste cuando sientes esa energía negativa.
Para dirigir un Centro Penitenciario femenil, masculino o de jóvenes, debe elegirse un perfil de una persona que esté capacitada (psicólogos o médicos) y de preferencia, que sea abogado, además de recibir preparación en el ámbito penitenciario porque suele ocurrir que si no se da este aprendizaje, actúan al libre albedrío sin apegarse a la normatividad y un reglamento. Aún así, cada quien las interpreta de manera diferente y si le sumas la ignorancia, te enfrentas a un panorama muy complejo que, a su vez, te impide seleccionar a un equipo de trabajo profesional.
Ahora, me encuentro en el término de una etapa laboral importante y por ende, estoy preparándome para mi despedida tratando de transmitirles a todos el mayor conocimiento posible que la experiencia me ha dejado a través de 29 años solamente en el sistema penitenciario más muchos años más como servidor público.
¿Quién es Martha Patricia?
Soy una niña soñadora a quien siempre he cuidado porque creo que cuando pierdes esa inocencia, te vuelves un adulto que te lleva a no ser curioso, creativo e innovador.
Tengo tres hijos (dos mujeres y un hombre) y ahora, soy abuela; siempre les he dicho que el trabajo debe de ser digno y siempre honesto. Una anécdota que tengo con mi hijo Toño, el de en medio, es que, cuando era chiquito, me decía “mami, te voy a regalar una cárcel para ti solita”; ello le decía porque crecieron viéndome trabajar en este ámbito y que es mi pasión estar aquí, en pensar en quienes están privadas de la libertad, en donde mi función no es juzgarlas, sino ayudarlas, renovarlas. Es un trabajo complicado y me doy por bien servida si logramos que una persona se pueda ir a su casa y reintegrarse a la sociedad con otro propósito de vida.
A grandes rasgos, ¿cuáles son las medidas que deben acatar los familiares que vienen a visitar a las Personas Privadas de la Libertad (PPL)?
Se llama Procedimiento Sistemático de Operación cuya guía nacional se apega a la renovación jurídica en el 2016 del sistema penitenciario donde tenemos la Ley Nacional de Ejecución Penal cuyo artículo 33 habla de protocolos de donde se derivan los procedimientos sistemáticos y ahí se especifican los pasos que deben seguir los familiares al momento de las visitas.
Cuando llegan las PPL al centro penitenciario, inmediatamente se les otorga una llamada gratuita para que se comuniquen con su familia y les informen dónde están y cómo es que pueden ir a visitarlos. Primero, se les pide a las PPL que llene un formulario de notificación de ingreso donde señala quién irá a visitarlas.
Después, se les solicita que acrediten el vínculo con la PPL, por ejemplo, si es la mamá, se le solicita su acta de nacimiento y el de su hija, el comprobante de domicilio, CURP y dos fotografías tamaño infantil con fondo blanco y sin retoques.
Posterior a ello, se les indica qué pueden acceder al penal y qué no, se les brinda un gafete cuando dejan su identificación oficial y se les regresa cuando salen del mismo. Tenemos visitas de amistad, familiares y conyugales (se debe de acreditar el vínculo de concubinato o matrimonio).
¿Cuáles son los principales delitos que han cometido las mujeres que se encuentran privadas de la libertad en Oaxaca?
Te voy a hacer un comparativo. Estuve en el reclusorio federal en Nayarit, antes que se hiciera el traslado a Morelos y ahora que estoy en el de Oaxaca, he visto una evolución de delitos muy marcada; en 1998, los casos más fuertes eran parricidios muy tendientes a la cuestión pasional y al maltrato continuo de los hombres hacia ellas. El proceso que llevaban las PPL en ese tiempo se llamaba readaptación -ahora reinserción- y era muy bueno.
Con el paso del tiempo, se dieron muchos casos de mujeres que pasaban drogas llamadas “mulas” y que a su vez, eran las encargadas de cuidar a los que secuestraban la organización delictiva a la que pertenecían. Ahora, siguen esos delitos, pero con un incremento en el número de mujeres que lideran las bandas del crimen organizado son administradoras, las que enganchan a las víctimas para cometer delitos, entre otros.
La mujer está desarrollando más habilidades en la participación criminal y por eso tenemos muchos casos de penas muy largas en el tema de secuestro, de secuestro con homicidio, homicidio, delincuencia organizada, portación de arma de uso exclusivo del ejército, portación de cartuchos y delitos contra la salud.
La mujer, al momento de cometer un crimen, es todo lo contrario a lo que un hombre (es impulsivo) y puede ser un motivo del porqué no hay tantas mujeres en prisión. Por ejemplo, nuestra entidad solo tiene una prisión y estamos a un 75 por ciento de nuestra capacidad; aunque no tenemos sobrepoblación, tenemos delitos de alto impacto. Entre el 80 y 85% de la población, tienen procesos de más de dos años; en delitos graves el proceso debe ser de dos años y cuando no, de un año, lo que implica un gasto importante para el Estado.
Aquí y en otras entidades, me tocó vivir que después de diez años de proceso, le llegaba la resolución a la persona y por ende, era absuelto del cargo; eso para mí, es vergonzoso que se le tenga que decir que nos disculpe, porque no se le creyó y siempre fue inocente. ¿Cómo le regresas diez años de su vida a alguien? Sí hay condiciones jurídicas para que reciban reparación por el daño cometido en su contra ocasionado por el estado, aunque no he visto que la víctima lo ejerza porque ya no quieren saber nada de instituciones públicas.
Hay otros proyectos de trabajo que se tienen con diversos organismos, pero no se pueden llevar a cabo porque la mayoría de las sentencias que cumplen las PPL son muy largas; este año solo tenemos una candidata para posible libertad que estaría bajo condiciones de medida cautelar o del cumplimiento de su pena.
Por lo anterior, todo el equipo tenemos que buscar ser muy creativos para generar un espacio de evolución con ellas para que le regalen a la humanidad su experiencia para que otros no la cometan, como yo les digo.
El arte ha sido una herramienta y una opción para que las PPL muestren sus capacidades como lo vimos en la exposición que tuvieron en el Congreso del Estado el mes pasado y que al cumplir su sentencia, puedan elegir este camino.
Tuvimos el Encuentro de Mujeres Oaxaqueñas sin discriminar la condición jurídica y de estudio de las mujeres que asistieron como las PPL de este centro penitenciario quienes han sido instruidas en este medio por la Secretaría de Cultura por medio de maestros de primer nivel y también por el taller Gráfica Siqueiros.
Esperamos tener varias generaciones de pintoras ya que contamos con material (con subsidio propio y el que nos han ofrecido brindarnos quienes imparten los talleres) para que sigan trabajando.
A un año de estar al frente del Centro Penitenciario Femenil Tanivet, ¿qué nos puede decir?
Ha sido interesante tener esta oportunidad porque recibí un centro con muchos vicios, por ejemplo, hasta el momento, no he podido hacer que vuelvan a utilizar uniforme.
Asimismo, como solo hay dos módulos, es difícil hacer la separación entre procesadas y sentenciadas de manera radical, ya que un dormitorio lo tendría prácticamente vacío y el otro saturado, y a pesar de ello, ambos se encuentran llenos.
Me he dado cuenta que en Tanivet hay libertad para que cualquier persona entre por lo que ahorita estamos buscar regular ello y las PPL se comprometieron a que en junio de este año, todas las personas que vienen a visitarlas tendrán su documentación en regla para salvaguardar su integridad y saber a quién se le entregará el cuerpo cuando fallezcan aunque suene crudo.
A su vez, te comento que buscamos cuidarlas integralmente que viene el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) a hacerles un chequeo dos veces al año. Y hasta ahorita ninguna ha tenido alguna enfermedad grave.
Hemos tenido que ser cuidadosos en cuanto al término de su sexualidad, de qué género son. En este tema tuvimos a una PPL que era transgénero y tuvimos que tener la apertura para atenderlo y aceptarlo como a las que son lesbianas o bisexuales.
En el ánimo de siempre buscar mejorar, este año se integró al equipo de trabajo un criminólogo que nos está ayudando a bosquejar los cuadros y vínculos que hay de delincuencia porque hay casos en los que los grupos no son conocidos.
Es pertinente mencionar que como género, tenemos vulnerabilidades por ser mujeres, otro porque están privadas de la libertad, otro porque son mamás o que están en gestación, otro las personas adultas mayores que tienen condiciones especiales para su manejo físico y otras por el lenguaje, ya que tenemos personas de grupos étnicos como una en particular que no ha querido aprender español y siempre va acompañada de su compañera como traductora.
También, quiero mencionar que por una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se dictó que aquellas PPL que no han sido sentenciadas, tienen derecho a votar ya que se encuentran amparadas por el principio de presunción de inocencia. 29 mujeres podrán emitir su sufragio y ellas están con ánimo de participar. Será un ejercicio interesante.
Si pudiera elegir otro camino profesional, ¿lo haría? ¿Por qué sí y por qué no?
No elegiría otro camino porque esto es mi pasión. Tal vez, me hubiera gustado especializarme más en Trabajo Social con la cual me identifico mucho más aunque elegí el derecho porque veía que el abogado tenía mayor alcance.
Me gustó mucho el trabajo social comunitario que te lleva mucho tiempo y cuando estuve en la Secretaría de Desarrollo Social, fui partícipe de muchos proyectos para que mejoraran las comunidades.
Cuando me retire, voy a regresar a la docencia y a una comunidad del pacífico norte donde prometí hacer una sociedad cooperativa con mujeres para que prosperen. Sé que me están esperando y que conocí hace muchos años.