Compartir

Sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo en donde nacen los hombres o las mujeres, ellos son finalmente del tamaño de su obra, del tamaño de su voluntad de engrandecer y enriquecer a sus hermanos”. (Ignacio Allende)

Mary LINARES*

En San Francisco, California, es famoso el China Town y por tanto, un lugar casi obligado de visita turística; en las grandes urbes del mundo encontramos asentamientos humanos que nos refieren a la comunidad de China. Y, Oaxaca, no es la excepción; tenemos un Barrio de China, aunque más bien tiene una connotación histórica y no tiene mucho que ver con el lejano oriente.

El Barrio de la china en Oaxaca es de alfareros y origen de las chinas oaxaqueñas, hermosas mujeres que portan con garbo una indumentaria llena de colorido y canasta de flores y dulces.

Aunque no conozca del todo el origen del mismo, lo que me queda claro es que en Oaxaca somos muy arraigados a las costumbres, a la danza, la fiesta y el trabajo en comunidad. Y es precisamente esa comunidad que está siendo devastada por la intromisión de mercancía china, vendida en puestos ambulantes. Y me refiero a china en el sentido peyorativo para hablar de mala calidad y no para referirme a la rica cultura de China: el famoso Made in China.

En recorridos por el centro de la ciudad, observamos las calles llenas de puestos ambulantes que nada tienen que ver con nuestra riqueza cultural, gastronómica o artesanal. Las calles han sido invadidas como en tierra de nadie sin ningún control sanitario o legal.

Se entiende que hay una “reglamentación” porque si yo o usted quisiéramos asentar un puesto en la calle seriamos víctimas del ataque de los mismos dirigentes de los comerciantes ambulantes, antes que de las autoridades.

Y me pongo a pensar, con justificada razón, en que ya no podremos recuperar nuestras calles. Y de mi pensamiento deductivo se deriva la siguiente pregunta: ¿Oaxaca está en manos de la delincuencia organizada?

Hace muchos años, las calles de nuestra ciudad fueron limpiadas por el entonces Presidente Municipal, Jesús Martínez, según nos recordó el periodista Alfredo Brena en un artículo de su autoría. Eso me dio algo de esperanza.

A pesar de saber que se puede, me queda claro que es cuestión de voluntad y diálogo, pero también he visto establecerse a grupos de personas que parece están siendo utilizadas, en los portales del Palacio de Gobierno, por pseudo luchadores sociales con el beneplácito del gobierno. Y tiene que ser así: con la aprobación de las autoridades por qué si no, ¿de dónde tantos años inamovibles?

Mientras todos estos asentamientos de ambulantes y la inseguridad van manchando la ciudad, Oaxaca va languideciendo y muriendo lentamente. Urge hacer un nuevo orden en Oaxaca y el país, un nuevo Made in México.

 

*Mujer de tiempo completo. carmenlinares_mujeres@hotmail.com

maryclinaresnr@hotmail.com

Compartir