Las calles de la capital oaxaqueña amanecieron vacías, el servicio público de transporte fue escaso debido a que acudieron a la Iglesia de Guadalupe a dar gracias;  por lo que las personas debieron esperar largos periodos de tiempo para tomar un camión. Asimismo la mayoría de los negocios permanecieron cerrados.

Fue hasta el mediodía cuando el centro de la ciudad comenzó a cobrar vida, las iglesias se abarrotaron de cristianos y los puestos del zócalo comenzaron a abrir. globeros, paleteros, raspaderos, restauranteros, todos los comerciantes ambulantes, comenzaron a dar servicios a las decenas de turistas que comenzaron a llenar las calles del centro histórico que momentos antes lucían casi vacías.

Incluso el Parque El Llano que todos los viernes alberga el tianguis-sobreruedas, lució casi vació, solo unos cuantos puestos se colocaron en este lugar; mientras un grupo de personas admiraban unos monos de calenda de series de televisión chinas bailando al son de la banda.

En las calles elementos de la Policía Federal, Estatal y Vial, realizaron recorridos en el primer cuadro de la ciudad para seguridad de sus visitantes. El 01 de enero los turistas y locales, encontraron un Oaxaca limpio, sin rastros de un festejo anterior y casi sin manifestantes, pues los maestros regularizados de la Sección 22 no aparecieron, solo los triquis quienes tienen un plantón permanente en los corredores del Palacio de Gobierno, se mantenían en el lugar.

Compartir