RAZÓN, TESÓN Y CORAZÓN

“¡SOÑAR Y REALIZAR!”

“Los líderes se hacen, no nacen. Se hacen a través de esfuerzo duro, el cuál es el precio que todos debemos pagar para ganar las metas que valgan la pena.” (Vince Lombardi)

EL SUEÑO.

Todos tenemos sueños durante nuestra vida y tal pareciera que éstos constituyen el estímulo natural para avanzar en ella.

Es normal que siendo niño tengamos tantas ganas de hacer cosas que deseemos y alcanzar cuantos logros y posiciones podamos, sean o no viables.

Conforme vamos creciendo, la mayoría prescindimos de ellos, ya sea 0porque nos percatamos del esfuerzo que conlleva y no estamos dispuestos a realizar o bien, porque no se ajusta a nuestro momento; si continuamos, intentaremos alcanzarlos y al final, es posible que podamos lograrlos, total o parcialmente.

Desde luego que es factible modificarlos atendiendo a nuestros propios intereses y realidades.

Hay que dejarlo claro, tan válido es realizar nuestros deseos como abstenernos.

Si pensamos en el fútbol, nos imaginamos siendo portero, defensa, medio y delantero, a veces de manera simultánea, desde cualquier lugar evitando anotaciones y metiendo goles por demás inverosímiles. Nos vemos como todo terreno y con una actitud triunfadora. Más tarde, vamos reduciendo las posiciones a ocupar hasta quedarnos con las que somos más aptos por capacidades y por gusto. Si tenemos la actitud y las condiciones, continuaremos hasta llegar a lo más alto que podamos, considerando que a veces son circunstancias ajenas a nosotros las que nos inhiben a llegar a la meta, pero la voluntad es nuestra y es la que siempre nos mantendrá en el rumbo.

Quizás más tarde, con la edad y el incremento o decremento de las capacidades, modifiquemos el sueño por algo que nos sea más accesible.

Ese amor con que ha madurado el sueño, sin duda alguna, siempre perdura en nosotros. Por dichos de amigos que son adultos mayores, sus sueños son los que los siguen alimentando como el primer día, aunque ya de maneras distintas.

Me encanta la frase de T. E. Lawrence que señala que “todos los hombres sueñan, pero no por igual. Aquellos que sueñan de noche en los polvorientos recovecos de sus mentes, despiertan de día y descubren que era vanidad, pero los soñadores del día son hombres peligrosos, porque pueden actuar sobre sus sueños con los ojos abiertos para hacerlos posibles”.

En un mundo que pareciera una costumbre abandonar los deseos durante el camino, resulta ser que son los soñadores de día los que con ojos bien abiertos logran darle color a su vida con la plenitud de sus logros.

 

EL COMPROMISO.

Cuando platico con personas que han logrado su sueño, usualmente señalan que uno de los elementos más importantes que les permitió llegar a su objetivo ha sido la disciplina, es decir, su convicción por cumplir su preparación e insistir hasta alcanzar. Se comprometieron con su deseo.

Asimismo, quienes no lo han logrado, han manifestado que su convicción, intereses y realidades les hicieron cambiar de opinión, lo cual, reitero que resulta por de más humano y legítimo; desde luego, no faltará quien invoque miles de argumentos para excusarse de su abdicación.

Hay veces que escuchar los impedimentos reales o ficticios nos hacen reflexionar sobre si realmente era sus sueños o meros caprichos. En ese sentido, valdría la pena considerar lo señalado por el entrenador Mike Tomlin “las excusas son las herramientas de los incompetentes”.

En fin, se puede decir mucho del compromiso y sin duda que es una palabra que representa valor para la persona que lo ostenta y le da más riqueza a su logro.

Es grato saber que actuar en beneficio de nuestras intenciones, tomando en cuenta las circunstancias e incluso en contra de todas las adversidades, nos lleva a ser nuestra mejor versión como individuos.

Adicionalmente, de lo que he aprendido hasta ahora, no conozco a nadie que haya alcanzado sus objetivos sin contar con un carácter firme, decidido y proactivo; aunque no dudo que pueda haberlo. Hay veces que el azar nos sorprende y hace que los logros lleguen de manera sorpresiva.

A veces pienso que la vida sin estos anhelos es limitada; como si todo se tratara de respirar y, con ello, existir. Estoy seguro de que hay más de nosotros en nuestra esencia y eso es lo que colorea el bosque al que se integra nuestro camino.

Alguna vez, Joe Montana, jugador de fútbol americano, expreso que “los ganadores … imaginan sus sueños primero. Los quieren con todo su corazón y esperan que se hagan realidad. Creo que no hay otra manera de vivir”. Coincido con él, ver la vida llena de retos surgidos de nuestra esencia e ir por ellos hasta alcanzarlos es nuestra razón … ¡para ello vivimos!

Cualquier ser humano tiene la capacidad para cumplir lo que su corazón desea … ¿estás de acuerdo con ello?

 

SIMPLEMENTE … ¡ATRÉVETE!

En un mundo en el que pareciera que anhelamos personas con habilidades sobresalientes que destaquen o bien, que vengan del espacio exterior para solucionar todos los problemas y podamos llamarlos superhéroes, se nos olvida que la respuesta está frente a nosotros mismos y hemos sido miopes por no querer verla adecuadamente, ya que existen seres ordinarios que realizan sus metas de manera extraordinaria y encuentran su plenitud para sí y para compartirlas con quienes aman y son de su interés. No estoy seguro si realmente les importe el reconocimiento de los demás, de lo que sí, es que su felicidad y plenitud la encuentran al honrar sus sueños.

¿Cuál ha sido su mérito? … la respuesta es simple, se atrevieron a dar el primer paso, avanzar y seguir así hasta llegar.

Si hubo una constante en el trayecto, seguro que fue la humedad abrumadora que derivo de las lágrimas derramadas por las caídas sufridas o las provocadas por el sudor de los esfuerzos al levantarse y continuar o inclusive, de ambos, pero los resultados se dieron.

Mención aparte merecen aquellos seres que nos motivan para persistir a pesar de las vicisitudes, ya sea por su compañía, afectos o valores que nos han dado o nos estén compartiendo; de tal manera que nos abriguen y nos permitan insistir.

Pensar que logramos todo solos es imposible ya que desconoceríamos nuestro origen y desarrollo; es de notar que aun cuando se traten de metas individuales, nuestra formación siempre contara con algo de los demás.

Me gusta pensar al lograr nuestros sueños que somos un caudal de energía; es decir, “individualmente somos una gota, juntos somos el mar”, tal y como citara Ryunosuke Satoro.

Es curioso, a veces consideramos que la vida nos alcanzara para todo, pensando que es cierta y segura; sin embargo, no tomamos en cuenta que ésta día a día se agota y que el minuto que no se aprovecha al máximo ya no volverá.

El compromiso transforma el deseo en realidad a través de nuestra capacidad para asumir la importancia que tiene su logro en nuestro desarrollo, lo demás son trivialidades … ¿eres una persona de compromisos?

 

EL PREMIO.

Lo curioso de llegar a la meta es que realmente ésta no resulta definitiva; es constante, se mueve, avanza y evoluciona.

El visionario quiere más y más y con ello, surgen otras opciones de crecimiento que en sí mismos son incentivos para seguir soñando.

De repente, hay más motivaciones que fomentan continuar generando deseos.

Lo que quizás sea diferente es el hecho de que, si antes lo hacíamos pensando sólo en nosotros, ahora buscamos que alguien más participe de él pues sabemos que en compañía es más agradable alcanzar la meta.

Tal pareciera que quien se acostumbra a ganar nunca deja de anhelarlo y su esfuerzo ilumina a otros.

De repente el soñador se convierte en realizador y sin pretenderlo, es un centro de inspiración.

El alumno que consigue sus anhelos puede tener la magia que permita a otros alcanzar los suyos y con ello, el maestro se hace presente.

La mejor lección que podemos aprender en la vida es que el trabajo arduo es el precio para alcanzar los sueños y sabemos que hacer cosas que otros no harán, nos llevará a obtener beneficios que otros no puedan.

La voluntad de lograr ese extra será lo que distinga a los seres extraordinarios de los ordinarios, así de simple.

El entrenador Tom Coughlin inspiraba a los jugadores con estas palabras: “ganar es lo que resulta cuando el compromiso, el deseo, el talento, la preparación, el trabajo duro y el liderazgo se juntan” y para tal efecto, el visionario necesita pensar que hacerlo es posible y estar convencido de que lo merece.

Qué grande es desear un mundo distinto en el cual las personas de valor logren vivir en armonía maximizando sus capacidades y acorde a sus principios.

¿TÚ CREES QUE ESTO SEA POSIBLE?

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