RAZÓN, TESÓN Y CORAZÓN
“¡No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe cómo conquistarlo!” (Nelson Mandela)
“¿SER ALGO O ALGUIEN?”
Por Alejandro Ruíz Robles
LA ELECCIÓN
Hay quien piensa que el destino está escrito y no hay más por hacer que aceptarlo; este argumento es válido para quienes desconocen el libre albedrío y sólo reaccionan a lo que la vida las presenta.
Caso contrario es para aquellos que saben del valor de su decisión y actúan, independientemente de que asuman la responsabilidad de sus consecuencias; desde luego que será por demás plausible que en todo este proceso haya un análisis consciente de ello.
Es básico suponer que habrá quien responda señalando que lo que hace es sólo atendiendo a sus quereres o instintos; sólo que, por el bien de la humanidad, realmente lo deseable sería que fueran los menos, pues lo contrario nos llevaría a una sociedad irracional y, por ende, el razonamiento estaría ausente.
Construir nuestro presente requiere un compromiso constante, ya que para encaminarnos a la destrucción basta que hagamos cualquier cosa sin detenernos a considerar principios, valores, lineamientos éticos o sueños.
Tal pareciera que los impulsos devoran cualquier ejercicio mental y la ligereza de los actos suprimen las deducciones.
Intentar hablar con alguien que vive de esta manera, nos lleva a olvidarnos de la lógica en función de las manifestaciones simples y, de haber una discusión, lo que para algunos serán palabras, para el otro serán descalificaciones e improperios que en poco favorecen un diálogo positivo.
Es curioso, pero en tanto el conocimiento se muestra usualmente con fundado, razonado y convincente, la ignorancia hace ruido y manifiesta su grandeza a gritos.
Quien utiliza sus neuronas observa, estudia, sabe, aprende y selecciona sus palabras en aras de estructuras sus ideas; por el contrario, el necio muestra desorden y exhibe en grandes lapsos su torpeza.
Cuando la necedad aparece, la paciencia es la virtud del maduro, de ahí que el refrán de “… ¡cuando los necios gritan, el sabio calla! …” se actualiza ante la ausencia de razones y exceso de justificaciones. ¿Te ha pasado?
LA TORPEZA
Conforme avanzamos en nuestra vida, es válido apreciar a quienes nos acompañan en ella con algún propósito; sin embargo, resulta importante poner atención a quienes exhiben su torpeza y pueden complicar nuestros pasos.
Quien no tiene un fin, a menudo hace de su torpeza un hecho generador de pereza que crece de manera relevante y es de considerar que ellos no son nuestro equipaje.
Me encanta una frase que se le atribuye a Albert Einstein: “Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy seguro de la primera”.
Es importante destacar que no me refiero al torpe como aquella persona falta de habilidad o coordinación; sino a quien teniendo todo para hacerlo, no exhibe su inteligencia; de hecho, pareciera que se ha auto prohibido razonar y su sagacidad y astucia las desdeño ante su complacencia de no exigirse ser su mejor versión. Para éste, pareciera que su lentitud, utilidad funcional – en el mejor de los casos – y carencia de gracia son su distintivo al vivir.
Tratar con ellos no es fácil pero el respeto y la sabiduría nos llevarán a una mejor convivencia.
Las redes sociales han amplificado el actuar torpe, su impacto ha sido tal, que la información errónea y comportamientos estúpidos se han virilizado; lastimosamente, al no ser popular, no trasciende lo positivo sino las ocurrencias que en poco o nada contribuyen a la sociedad.
Ante tal panorama, resulta inquietante darse cuenta de que los emisores del mensaje tienen puntos de coincidencia con los receptores y, por ende, encontramos motivos por los que la sociedad presenta en ocasiones grandes afectaciones que retrasan su adecuado convivir y mejor comportamiento.
Cuando escuchamos los mensajes de los torpes que por diversas circunstancias se convierten en líderes; no sorprende que tengan audiencia, sino a lo que puedan llegar con una orientación errónea.
Aquí entendemos la razón por la que el universo de “los otros datos” y la “narrativa malintencionada” pueda llegar a provocar caos y sus consecuencias negativas y tener impactos insólitos y nefastos que destruyan lo que las razones y valores han construido.
Ni hablar cuando además de lo citado, el emisor tiene una posición de poder y odio o sentimientos negativos, los daños pueden ser significativos para la comunidad.
En tales eventos, habrá que tomar en cuenta lo señalado por Carlo Cipolla: “los estúpidos son más peligrosos que los malvados”; como consecuencia de ello, un estúpido causa daño a otras personas sin obtener ganancia personal alguna e, incluso, puede generar un efecto contraproducente para sí.
Dadas las circunstancias, asumo que este tipo de personas no buscan ser “un alguien” en la vida, sino que se convierten en “un algo” en el sendero de alguien o complemento de otros “algos”.
En fin, si la vida nos da la oportunidad de elegir nuestro destino … ¿cuál es la razón para desdeñarla?
LA CHÍSPA QUE AVIVA
De pequeño aprendí que ser sabio implica tener la capacidad de aplicar los conocimientos, principios y valores que hemos desarrollado en nuestro andar, logrando no sólo el equilibrio entre ellos, sino la capacidad de aplicarlos con inteligencia, prudencia y oportunidad, con los límites que la congruencia nos marque y, sobre todo, el respeto; por ninguna razón haciendo algo distinto a lo que para nosotros deseamos.
Saber de nuestros límites y exigirnos cuando la ocasión lo amerite, nos llevará a nuevos puertos, aceptando en todo momento que, por más que lo deseemos, no podremos tener todo bajo nuestro control, dando siempre su lugar a la sorpresa, el azar y a los demás hechos y acciones que no dependen de nosotros.
Cuando entendemos lo anterior y sazonamos nuestra marcha con amor, nos damos cuenta de que este es el único motivo para hacer lo que sea, aún por más impensado que resulte.
Encontrar el equilibrio entre la razón y el sentimiento debiera ser nuestra meta constante para disfrutar cada instante; al hacerlo, entenderemos que hemos venido a este mundo para ser “un alguien” con todas las contradicciones, obligaciones y responsabilidades inherentes.
De ahí que la sabiduría de ser “un alguien” se presente con prudencia al hablar, escuchar y callar; al mostrar la calma para analizar y reflexionar ante la confrontación y de mostrar poder, cuando nuestro control emana para confrontar cualquier situación.
Usain Bolt dijo que “entrené durante cuatro años, sólo para correr veinte segundos” y si bien él era un gran atleta, de alguna manera lo podemos aplicar para nosotros, ya que nos preparamos toda la vida ser quienes nos proponemos y tener los recursos y el juicio necesario para actuar cuando así se requiera, por más breve que sea su aplicación.
Estoy convencido de que no estamos en este mundo para ser “un algo”; nuestra naturaleza esta para ser “un alguien”, con defectos y virtudes y con sueños y nuestro entusiasmo para hacerlos realidades. Tan humano es soñar como lograr hacerlos posibles; toda vez que, si tenemos la dedicación, la preparación, la disciplina y la convicción de lograrlo, en el momento adecuado se presentarán los resultados.
Cuando estamos convencidos de que nuestro compromiso de vida es ser nuestra mejor versión para nosotros y quienes nos dan valor, no hay lugar a la apatía y si hay la esperanza legítima y posible de alcanzar la meta.
Dicen que la vida es sabia y sabe lo que hace; no obstante, no hay que dejarle todo el peso a ella y debemos hacer lo que nos corresponde.
Quizás nunca sepamos lo que el destino nos tiene preparado, pero sería deseable siempre saber lo que nosotros queremos.
Hoy es el día y ahora el momento de ser el alguien que anhelamos … ¿ESTÁS EN LA MISMA SINTONÍA?
Facebook: @RuizRoblesCP22
Twitter: @22Publica
Linkedin: Correduría Pública 22
Posdata: Agradezco a la Sección Oriente de COPARMEX en el Estado de México, la distinción que me hacen para participar en este Networking.
Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS PALABRAS” todos los miércoles de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv … ¡Te esperamos!