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Armando EBOLI*

  1. PUEBLA DE ZARAGOZA, PUEBLA.- Algo que siempre me ha gustado de Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, es su capacidad de rectificar rápido y reconoce sus errores, lo vi así en su manejo de la pandemia y su gestión de las marchas feministas, por otro lado, también creo que sus titubeos son constantes y le generan problemas innecesarios. Su rechazo al peritaje, el tercer informe concretamente, hecho por la empresa noruega DNV, ha vuelto a recordarnos la tragedia de la línea 12 y con ello, la posible responsabilidad de Sheinbaum.

La empresa fue contratada por la misma Sheinbaum después del accidente por su enorme prestigio y, no es por ser prejuicioso, pero ¿quién desconfía de una empresa noruega?

Debido a los dos informes anteriores y a cientos de programas de análisis de la tragedia, podíamos saber que hubo problemas en la línea 12 desde su inauguración, estaba mal hecha, razón por la cual Mancera la cerró entre 2014 y 2015 y por la que Marcelo Ebrard se había autoexiliado en París. Lo que añade el tercer informe es que además de los problemas de origen, también se responsabiliza a la falta de inspección y al mantenimiento. Este último punto que le da responsabiliza tanto a Mancera como a Claudia Sheinbaum, es especialmente dañino para la última, pues la línea 12 se cayó casi a la mitad de su gobierno.

El resultado no sorprende, era lógico que el gobierno de Sheinbaum tendría alguna responsabilidad, pero siguen siendo los errores de construcción los que tienen más peso. Sin embargo, el frontal rechazo del gobierno de la Ciudad de México, con amenaza de demanda a DNV, nos despertó y nos recordó que la tragedia todavía no tiene culpables. El intento de Sheinbaum de ocultar y no publicar el informe, como se había prometido, nos intrigo más acerca de sus resultados.

Claudia Sheinbaum cavó su propia tumba. De haber recibido y aceptado el informe con una burocrática respuesta, prometiendo que se atenderán las observaciones, haciendo hincapié que el problema venía desde la construcción, no habría pasado nada. Pero Sheinbaum está haciendo malabares, atacar la construcción es atacar a Marcelo Ebrard, un aliado y rival, pero también a todos los involucrados, como las constructoras, y dentro de las cuales incluso Carlos Slim sale manchado. Lo que es peor, no ha encontrado la fórmula para, como sería lo más lógico, hacer responsable a Miguel Ángel Mancera, su predecesor, de lo ocurrido.

Sheinbaum contrató a le empresa DNV, la elogió, y cuando los resultados no le favorecieron, rechazo los resultados. Claudia Sheinbaum no necesita enemigos políticos, se tiene a sí misma.

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal. exxebo@hotmail.com

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