- Nos afecta profundamente que el presidente, condecore a un sospechoso de narcotráfico, servidor público del régimen neoliberal, miembro activo del crimen organizado y alto mando del Ejército violador de derechos humanos, ¡claro que nos molesta!
Nora VILLEGAS*
Ciudad de México.- El pasado 12 de octubre, en la Conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador preguntó a la audiencia de la misma ¿por qué nos molesta tanto la condecoración que hizo al general Salvador Cienfuegos Zepeda? en el 200 Aniversario del H. Colegio Militar, aquí mi muy humilde respuesta:
Primero, porque Cienfuegos Zepeda fue el Secretario de la Defensa Nacional de Enrique Peña Nieto, sexenio en el que el Ejército fue señalado por estar involucrado en la comisión de crímenes de Estado graves como Tlatlaya y Ayotzinapa, entre otros; segundo, porque fue acusado, investigado y detenido por la DEA en Estados Unidos por narcotráfico; tercero, porque ha sido señalado como líder del grupo criminal H2; cuarto, porque mantuvo una relación cercana con el narcotraficante Nemesio Oseguera Cervantes durante su desempeño en el servicio público; quinto, porque formó parte fundamental de la consolidación del narco Estado vigente hasta el día de hoy; sexto, porque en el marco del aniversario del H. Colegio Militar, se debería resaltar la honorabilidad, heroicidad e integridad de las fuerzas armadas y no, las dudas y señalamientos de infiltración y vinculación con el crimen organizado, permeado hacia adentro del Ejército.
Por eso nos afecta, porque teníamos la esperanza que en este gobierno se le hiciera justicia a los cientos de miles de mexicanos que hemos sido víctimas directas o indirectas de las acciones emprendidas por la guerra contra el narcotráfico en las que Salvador Cienfuegos no solo participó como juez y parte, sino incluso, como miembro activo y líder del crimen organizado, avalando la absurda y dolorosa guerra que inició Felipe Calderón Hinojosa así como participando activamente en el trasiego de drogas y disputa por las plazas en el territorio nacional. O le pregunto señor presidente ¿la DEA, los gringos se equivocaron, son tontos e injustos? o ¿por qué investigar, acusar y detener sin fundamento a un Secretario de la Defensa Nacional de otro país por narcotráfico?
Nos afecta porque usted mismo aseguró que Cienfuegos Zepeda “es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen, de cómo se fue degradando la función pública, la función gubernamental en el país durante el periodo neoliberal”, entonces díganos, ¿cómo se quita uno tan rápido una acusación de narcotráfico hecha por Estados Unidos?
El presidente de México subrayó en la misma conferencia de prensa que el 200 Aniversario del Colegio Militar era una ceremonia histórica importantísima en la que se premió a todos los militares que han sido directores del Colegio. La conmemoración del aniversario del Colegio es cada vez una oportunidad para reconocer la lealtad, la disciplina, el sentido y compromiso de honor de quienes forman parte de las fuerzas armadas. En el Colegio Militar se enseñan los valores que forman la base del Ejército; “La razón de ser de la institución castrense trasciende nuestro interés personal por el bien superior”, señala el General de División José Domingo Ramírez Garrido Abreu, en entrevista para la Revista Militar, por eso es que nos afecta que se premie a un hombre de dudosa integridad, acusado de recibir sobornos y de colaborar con el mayor cáncer de la sociedad mexicana, el crimen organizado.
No solo no admitió el presidente Andrés Manuel que el premio ponía en tela de juicio su relación con el pueblo bueno y el Ejército, sino que, además, aclaró que la investigación realizada por Estados Unidos atentaba contra la soberanía nacional, defendió que en dicha investigación no había nada que incriminara al ex secretario de la Defensa Nacional y acusó a periodistas como Julio Astillero de no decir todo sobre la premiación de Cienfuegos Zepeda y lo calificó como “progre, buena ondita”.
Lo correcto hubiera sido, ante señalamientos tan graves por parte de Estados Unidos, basar la defensa de Cienfuegos en una investigación nacional y, una vez con las pruebas de la inocencia del general en la mano, gritar a los cuatro vientos que Cienfuegos es inocente de los cargos que Estados Unidos le imputa y después premiarlo y no al revés; primero premiarlo, después defenderlo sin argumentos legales y después averiguar si es o no culpable.
Tal vez los “progres, buena ondita” podamos comprender que “tenga que condecorar a los directores del H. Colegio Militar por alguna suerte de presión política, pero nada nos explica que el presidente Andrés Manuel López Obrador defienda a ultranza a un general del Ejército involucrado en el caso Ayotzinapa, sospechoso de corrupto y de tener relaciones cercanas y activas con el crimen organizado. Lo que es inexplicable es la cadena que viene desde el general Cienfuegos y termina en Omar García Harfuch, los del pueblo somos buenos señor presidente, no tontos, no se confunda.
*Periodista egresada de la UNAM. Amplia experiencia en el campo laboral más por necesidad que por convicción. Amante apasionada de las causas perdidas, de las buenas historias, de la vida, la libertad y sus enjuagues.