¿POR QUÉ CRECE LA DELINCUENCIA EN MÉXICO?
Mtro. José María Villalobos Rodríguez
Es notable la dinámica y sorprendentes alcances de todo lo que tocan los emprendedores de actividades ilícitas en México. Destaca cómo se expande el apropiamiento actual de territorios, vías de comunicación, barrios en ciudades, zonas agropecuarias prósperas, costas y fronteras. En los 60-70 y de manera sistemática al inaugurarse una carretera lo que la clase media urbana quería hacer era irla a conocer para estrenarla. Si el Bajío ya tenía conexión hasta Monterrey, Durango pasando por Zacatecas, las familias se trepaban a su auto y hacían viajes torteros. Eran paseos seguros y de familias. La autopista México – Puebla inaugurada en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz vino a ofrecer una comunicación de primera con el Valle de México que después se amplió hacia Veracruz y en los 90 hasta la capital de Oaxaca. Estas obras fueron muy bien planeadas y ejecutadas anteponiendo la seguridad en su trazo. Se volvieron referentes para ser usadas sobre las antiguas vías, ya que ofrecían rutas que ahorraban tiempo y combustible para llegar a sus destinos. La presencia de la POLICIA FEDERAL y la de los llamados ANGELES VERDES le daban al paseante tranquilidad al viajar con su familia. Hasta el sexenio de Echeverría Alvarez el automóvil era una prolongación del hogar y estaba permitido ir armado. Existían múltiples armerías y campos de tiro a lo largo y lo ancho del territorio nacional. Esto lo sabían muy bien los candidatos a asaltantes. El que tomaba la iniciativa de ir por lo ajeno (vida, patrimonio, etc.) bien sabía que la DEFENSA PROPIA permitía tener y usar armas en los hogares, ranchos o en los vehículos en circulación. Después de los eventos de1968 todo cambió – para mal. La satanización hacia LAS FUERZAS ARMADAS coincide con los excesos vividos en una época turbulenta de guerrilla urbana – a la mexicana. Los Jesuitas incitaban a que desde las ciudades sus estudiantes o fieles pasaran de inconformes a guerrilleros, a justicieros de una revolución urbana que viniera a terminar con todo tipo de injusticias que ellos percibieran. Los centros de educación superior de Monterrey, el Distrito Federal y Guadalajara fueron las urbes ideales para reclutar jóvenes de clase media alta para conformar grupos guerrilleros -en los cuales se guardaba la mayor secrecía. Su misión “justiciera” se centró en asaltos a bancos, secuestros y despojo a los RICACHONES, a funcionarios de gobierno o a diplomáticos de países relevantes que llamarán la atención y publicitarán este nuevo estilo de sacudir conciencias. Hasta tuvimos secuestro de aviones comerciales hacia LA HABANA o de diplomáticos o empresarios relevantes. La clase más pudiente de todas las regiones de México estaba inerme con tanta y tan bien organizada red de “EMPRENDEDORES PARA EL DELITO CON CAUSA”. Las frecuentes devaluaciones con o sin inflación aunadas a un abandono de las policías estatales o municipales se origina en el sexenio de Miguel de la Madrid a causa de la insolvencia presupuestaria. Es en esa administración donde se infiltran los emisarios de los CARO QUINTERO y otros destacados malandrines dentro de las fuerzas del orden – que estaban muy mal pagadas y peor avitualladas. Las principales ciudades de México fueron volviéndose el campo fértil para el despliegue de grupos de la más diversa calaña orientados a sustraer lo ajeno y a sembrar el miedo a las familias con sus “golpes”. Gradual, pero eficazmente desde lo local fueron haciéndose de control territorial y económico a lo largo y lo ancho del país con énfasis en las fronteras norte y sur, las regiones prósperas o las fronteras. En lugar de fortalecer a las policías locales en capacidad y buena paga nuestros gobernantes buscaron ante todo su propia seguridad y tener a su alcance GUARDIAS PRETORIANAS para ellos y sus familias. La seguridad de los mexicanos comunes y corrientes les valió un cacahuate. Fueron degradándose los gobernantes hasta casos extremos de economista que como gobernador de Tamaulipas llegó a impulsar ni más ni menos a los ZETAS ligándose, incluso, con lo más granado de las mafias sicilianas. Las crisis climáticas y sociales en Centroamérica y el Caribe, el desmoronamiento socioeconómico acelerado de la República Bolivariana de Venezuela, la ola expansiva de la guerrilla colombiana generaron éxodos masivos incontrolables hacia Estados Unidos – pasando por los obstáculos dentro del territorio mexicano. Tan sólo la República Bolivariana de Venezuela ha perdido 5 millones de habitantes que fueron a parar a Colombia, México, España o Estados Unidos.
Surge así un gran negocio que se paga en efectivo: el tráfico de personas de la frontera sur a la norte de México. Hoy día miles de emigrantes saturan ciudades cercanas o vecinas de Estados Unidos – desde Tijuana hasta Matamoros. De Colombia vinieron extorsionadores que a base de créditos fáciles de obtener, pero imposibles de pagar han tenido presas fáciles en el territorio mexicano ante la muy baja bancarización que tenemos. El intercambio de armas por drogas ha sido otra práctica común que fortalece a los grupos que atentan contra la seguridad de las familias o de los emprendedores. El cobro de piso se ha vuelto casi una norma a lo largo y ancho del país con notorias complicidades policiales.
Los productores exitosos de aguacate están obligados a pagar para que su producto llegue a los mercados, los tablajeros, vendedores de pollo, ferreteros, transportistas más proveedores de otros servicios también. Con policías locales convertidas en “halcones” de los grupos delincuenciales a diario somos informados de secuestros, robos, extorsiones, asesinatos, tráficos realizadas con toda impunidad. Se ha sofisticado tanto el muy organizado crimen que ya operan sus propias áreas de INVESTIGACION DE MERCADO, cuyo negocio es detectar posibles objetivos a ser víctimas rentables de delito y vender tales hallazgos a expertos en operaciones. Nótese la cantidad de sitios usados para ocultar lo robado, las llamadas CASAS DE SEGURIDAD, depósitos de combustible hurtado de los ductos o de las refinerías, la oferta de textiles, otros bienes de consumo y hasta medicamentos robados/falsificados que se comercializan en tianguis y mercados. Ahora, los noticieros televisivos se han vuelto una especie de “ALARMA” o “ALERTA” llenos de nota roja. Regiones inseguras siempre han existido solo que ahora se han generalizado. Es de alto riesgo tomar la carretera Zacatecas-Saltillo, las de Monterrey a Reynosa, Nuevo Laredo o Matamoros, las de Puebla a Veracruz o las de la costa del Pacífico. Se perfilan tres mayúsculos fracasos de la administración federal actual: la de la CRISIS SANITARIA por COVID, la de la INSEGURIDAD y la de la falta de pericia para realizar inversiones sustantivas con eficacia, eficiencia y transparencia. Las elecciones del 2023 y 2024 serán vitales para enderezar el rumbo no para continuar en la ruta equivocada. Y hasta en eso los intereses enraizados de los grupos delincuenciales van a influir -sobre todo en la elección de nueve gobernadores y alcaldes de ciudades importantes. Es un panorama sombrío el que tendrá nuestro país aunado a las olas de especulación financiera desatada por la quiebra de bancos en Suiza, Alemania o Estados Unidos. Nos espera una tormenta perfecta para la cual hay que estar preparados.