Nora VILLEGAS*
- Aplicar las lecciones aprendidas de la lucha contra la epidemia nos da la posibilidad de prepararnos mejor para futuras crisis de salud.
CDMX. – Ante la decisión de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el pasado 30 de agosto regresaron los niños, niñas y adolescentes, de nivel básico, medio y superior, de forma presencial a las escuelas. Aun cuando resulta difícil pensar en el control de las medidas sanitarias en el contexto escolar y la vacunación restringida para menores, la dependencia recomienda analizar los riesgos que podría implicar mantener el confinamiento de manera indefinida para la población menor.
De acuerdo con la dependencia, la Estrategia Nacional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales fue elaborada con base en una evaluación de riesgos de contagios y en la elaboración de un perfil demográfico y epidémico de la pandemia, considerando en todo momento, que es más probable “prevenir la introducción y posterior transmisión del virus si las medidas de protección se aplican en los lugares donde las personas viven, trabajan y se entretienen”.
La experiencia internacional demuestra que las posibles consecuencias negativas del confinamiento y clases a distancia para los menores, van desde el aumento en la tabla de deserción escolar, hasta trastornos graves en la salud mental de los niños. La UNICEF, por su parte, en el protocolo para el regreso a clases, recomienda a los gobiernos considerar las condiciones de vida y de recursos que garantizan a los niños escenarios ideales para las clases a distancia y la educación virtual.
Más allá del deterioro que han sufrido los estudiantes en cuanto a su capacidad para leer, escribir, dibujar o realizar operaciones matemáticas por las limitaciones que implican las clases a distancia; en países como China, han encontrado en las personas jóvenes síntomas como “adicciones comportamentales” por ejemplo al uso de smartphones. Por tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en conjunto con la UNICEF y autoridades gubernamentales en México, basan la urgente necesidad de regresar a los niños a sus espacios de socialización, en estudios realizados a nivel mundial sobre desarrollo psicoemocional, prevención de casos de depresión y ansiedad, posibles casos de abusos y violencia, entre otros.
En el artículo “Salud mental en tiempos de la COVID: reflexiones tras el estado de alarma”, Alexandre González Rodríguez, del Instituto Parc Taulí, señala que ante el impacto de la pandemia (aislamiento social, pérdida de empleo, problemas económicos y de vivienda, violencia de género, traumas relacionados con el trabajo y duelos por pérdidas de familiares), serán necesarios estudios futuros para establecer las secuelas de la pandemia en la salud mental, no solo de los adultos, sino principalmente de los niños.
El miedo, el estrés y la ansiedad son emociones negativas ante la amenaza de la pandemia a las que los niños y adolescentes son especialmente vulnerables, es por esto que los expertos en salud mental recomiendan evaluar síntomas ansiosos y depresivos en esta población. De acuerdo con información publicada por el Instituto de Investigación e Innovación Parc Taulí, de la Universidad Autónoma de Barcelona, la rápida propagación del Virus SARS-Cov-2, obligó a los gobiernos a decretar abruptamente estados de alarma y medidas sanitarias en todos los países para evitar los contagios; el confinamiento y la distancia social demostraron una alta eficacia en la reducción de la transmisión y propagación del virus; sin embargo, a estas alturas, desde un punto de vista social, estas medidas nos obligan a pensar en los estragos futuros que estas medidas están causando en el desarrollo de los niños.
Con el estatus de vacunación actual, el conocimiento y aplicación de las medidas sanitarias, la confianza en nuestros menores, maestros y autoridades escolares, estamos obligados a visualizar fenómenos relacionados con el confinamiento como el sedentarismo, la desnutrición, la obesidad y el sobrepeso; la violencia en los hogares, los embarazos adolescentes, el trabajo infantil, la deserción escolar, el aislamiento, la depresión y la ansiedad.
Para el gobierno de México, “el proceso de reapertura de las escuelas brinda la oportunidad de mejorar los sistemas existentes de educación, salud, protección y preparación para desastres, haciéndolos pertinentes, accesibles, inclusivos, participativos y protectores.”, como se afirma en la Guía para el regreso responsable y ordenado a las escuelas.
Pensemos en ¿qué les ofrecimos a nuestros niños, niñas y adolescentes durante la pandemia, los empleadores pensaron en ellos; cuántos de nosotros perdimos nuestro trabajo, cuántos continuamos trabajando de manera normal, cuántos tuvimos que montar negocios emergentes para sobrevivir, obligando a nuestros niños a desertar de la escuela por falta de recursos, dejándolos al cuidado de familiares igualmente afectados por las alteraciones de la pandemia, qué sucedió con nuestros hogares durante este año de crisis convulsiva, recibieron los niños una adecuada atención psicológica ante la pérdida de algún familiar?.
Pensemos en nuestras respuestas y participemos reforzando nuestro sistema escolar, no aferrándonos a mantener a nuestros niños aislados, confiando en que ya si con la implementación de Comités Participativos de Salud Escolar, relación escuela- Centro de Salud local, jornadas de limpieza, filtros de corresponsabilidad, filtro de casa, filtro en la entrada de la escuela, filtro en el salón de clases, optimización del uso de espacios abiertos, suspensión de ceremonias o reuniones, detección temprana de casos y acciones escolares para reducir la propagación de la enfermedad y apoyo socioemocional para docentes y alumnos, no logramos reducir el número de contagios, podremos cambiar la estrategia, pero no podemos ser tan egoístas y quedarnos sin atender las necesidades fundamentales de salud emocional de los menores.
*Periodista egresada de la UNAM. Amplia experiencia en el campo laboral más por necesidad que por convicción. Amante apasionada de las causas perdidas, de las buenas historias, de la vida, la libertad y sus enjuagues. norvill_23@yahoo.com.mx