Elsbeth LENZ*
XALAPA, VER.-Hay personas que lo dan todo por amor y está bien, como también es correcto el autocuidado y procurarse uno mismo, esto viene a cuento ya que hace algún tiempo, mi tribu urbana discutía con pasión, el buen partido que había dejado ir una chica que conocemos y la realidad es que de buen partido el hombre, no tenía mucho.
Dejen que les cuento que, a una conocida, la empezó a pretender un galán otoñal, ella de cuarenta y pocos; el hombre en cuestión un académico renombrado, de no malos bigotes, ya añoso, con un muy mal divorcio a cuestas y tres hijos en su haber, los tres muchachitos entre adolescentes y estudiantes, viviendo con él a full time.
La chica en cuestión, en un principio pareció atraída, ella soltera con negocio propio y próspero, ciertamente exitosa y pensamos apostaría por el amor, sin embargo, no fue así, al poco tiempo notamos que la relación no prosperó y a ella la vimos tan feliz como siempre, haciendo su vida, no pareció afectarle en lo mínimo.
Como siempre en pueblo chico, la gente empezó a hablar, hubo apuestas de todo tipo, desde el que apostó porque él no se había enganchado, porque ella era rara, tantos años soltera decían; hasta el que juró que el otoñal, había encontrado otra chica más joven y guapa; nadie apostó porque ella no habría querido seguir adelante, casi todo mundo pensaba en el buen partido que era el señor y en lo feliz que ella sería dejando su trabajo, para dedicarse a su marido y a los hijos de este ¡Anda pues!.
Un día me la encontré y nos pusimos a platicar, me dijo que ella se sentía muy feliz con su vida, trabajando, viajando, dueña de su tiempo y de sus recursos, que lo intentó con el añoso, pero que se asfixió con todas las responsabilidades que venían con él; que no le tenía tanto amor, como para acabar de criarle a los hijos, que ella había ponderado y definitivamente se quedaba cuidando de sí misma y libre, antes que atarse a un proyecto tan inmenso como ese, no es que le faltara amor, es que prefería amarse a si misma, antes que a nadie más.
¡Se vale!
*Mercadóloga de profesión y columnista por elección; apasionada de la razón y profunda admiradora de la coherencia, confieso padecer una profunda aversión al machismo.
@Elsbeth_Lenz