Elsbeth LENZ*

XALAPA, VER.- Hace un par de semanas, un guapo me dijo: “tu amiga Sutanita esta buena para pasar el rato” yo no entendí y le dije ¿Cómo es eso? El sujeto me contestó ¡Sí! Es guapetona y arreglada, pero es gordibuena así como encamable, para pasar con ella una tarde.

Sutanita es una mujer con curvas espléndidas, contadora de una inmensa institución pública, con muy buen sueldo, viajada, leída, dueña de un departamento amplio, con auto nuevo y para compensar sus curvas, Sutanita hasta los domingos va a desayunar con las amigas, perfectamente maquillada y en una facha muy estudiada, no como yo, que el domingo al mismo desayuno, voy con la cara lavada y gafas oscuras; secretamente siempre he admirado a Sutanita, porque nunca habla de sus carnes abundantes, ni de sus huesos enormes, ella compensa todo con un cabello sedoso e increíblemente peinado, su actitud y su cerebro, pero mi cuate me dijo que esta bien para una tarde ¡No pues sí!

El cuate en cuestión, es alto y medio gordo, no se distingue por tener buen cuerpo, si acaso y se siente intelectual, pero la realidad es que es bastante pretencioso, tiene un trabajo mediocre, supongo no gana mal, pero no me lo imagino lidereando, ni una trajinera en Xochimilco; el guapo, es guapo en la aldea, porque aquí casi todos son chaparros, pero la realidad es que a veces es tan aburrido, como verse las uñas crecer y tiene un serio problema de alcoholismo, mismo que disimula haciéndose pasar por bohemio; el guapo en realidad no es guapo, sino que actúa como tal y entonces nosotras se la compramos y permitimos que se de el lujo de pasar el rato, con mujeres tan valiosas como mi amiga Sutanita.

En estos momentos, no sé si nosotras nos devaluamos y antes la escasez de hombres, ponemos en un sitio supravalorado a hombres como mi amigo el guapo y permitimos que ellos nos coloquen en el sitio de las chicas para pasar el rato o simple y llanamente la revolución femenina, no ha llegado al punto en el cual los hombres, nos dejen de poner en sitios.

Llevo días cavilando, dándole vueltas en la cabeza, al asunto y conforme más lo analizo, más admiro la altísima autoestima, de algunos hombres.

*Mercadóloga de profesión y columnista por elección; apasionada de la razón y profunda admiradora de la coherencia, confieso padecer una profunda aversión al machismo. @Elsbeth_Lenz www.lapoliticaenrosa.com

 

 

 

 

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