Guadalupe Teresa Amor, conocida como Pita, desafiaba las normas conservadoras desde su nacimiento en la Ciudad de México en 1918. Criada en una familia de la aristocracia, enfrentó las expectativas impuestas por la sociedad de la época. La rebeldía de Pita se manifestó a través de su escritura que exploraba el amor lésbico, la cuestionadora relación con lo divino y su desafío a las convenciones sociales al vestir de manera provocativa.
Nació en una familia porfirista europea que perdió su riqueza durante la Revolución Mexicana, anteriormente terrateniente en Morelos. Su poesía, influenciada por una profunda introspección, aborda temas metafísicos como Dios, la soledad y el silencio. Comenzó su vocación poética a los 27 años, escribiendo un verso en una servilleta con lápiz cosmético. Manteniéndose indomable, junto con Nahui Ollin, se convirtió en precursora de la emancipación femenina en México.
Guadalupe Teresa Amor, dotada de una pasión desbordante, una sed insaciable por la vida y un talento que asombraba a figuras intelectuales como Salvador Novo y Torres Bodet, buscaba integrarse al exclusivo Grupo de los Doce, un círculo intelectual conformado únicamente por hombres. Este deseo la llevaba a reunirse con ellos en centros nocturnos y restaurantes de la capital, convirtiendo tales encuentros en rituales para ser reconocida en ese selecto grupo, según el artículo académico “Pita Amor, un mito mexicano”.
Sus primeras obras poéticas, “Puerta Obstinada” (1947) y “Círculo de angustia” (1948), fueron publicadas y generaron rápidamente controversia en la sociedad mexicana de los años cincuenta. En los círculos burgueses, circulaba el rumor de que los poemas eran escritos por Alfonso Reyes, un mito que fue desmentido y confrontado posteriormente por el propio escritor. La presencia influyente de una poetisa resultaba incómoda para el machismo imperante en esa época.
Aunque Pita Amor sigue siendo admirada y tiene numerosos seguidores, su obra es difícil de encontrar en librerías. Su sobrino, encargado de resaltar su obra, aboga por la reedición de sus escritos, destacando el interés de Random House en reeditar las obras más importantes de Pita.
A pesar de su muerte en 2000, Pita Amor no perdió su egocentrismo y vanidad. El Fondo de Cultura Económica ha reeditado “Décimas a Dios”, una de sus obras más famosas, y se espera la reedición de su obra semi-autobiográfica “Yo soy mi propia casa”. Pita Amor, quien trascendió fronteras, murió manteniendo su carácter y dejando un legado que sigue siendo recordado por sus sobrinos, quienes compartieron momentos significativos con la poetisa.
“¡No te atrevas a ser similar a mí, frente a mis vientos huracanados, mis tempestades y mis ríos de lava! ¡Yo soy el sol, joven, apenas te acerques, mis rayos te carbonizarán! ¡Soy un volcán!” Estas fueron las palabras de Pita Amor al solicitar que no la compararan con su sobrina, Elena Poniatowska, a quien también le prohibió utilizar el apellido Amor
“Dios, invención admirable,
hecha de ansiedad humana
y de esencia tan arcana
que se vuelve impenetrable.
¿Por qué no eres tú palpable
para el soberbio que vio?
¿Por qué me dices que no
cuando te pido que vengas?
Dios mío, no te detengas,
o ¿quieres que vaya yo?”
Guadalupe Amor, Décimas de Dios.