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Armando EBOLI*

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.-  En Chiapas, comenzó una especie de experimento: las calles se sienten tensas y se ve mucha presencia de militares, guardias nacionales y policías estatales. Este año, este estado estuvo demasiadas veces en las noticias nacionales por diversos asesinatos, incluyendo el del padre Marcelo Pérez Pérez, reconocido activista en San Cristóbal de Las Casas.

Chiapas ha sido el escenario ideal para que Harfuch muestre toda su capacidad, ahí se unen todo tipo de realidades como la de los migrantes, los pueblos originarios, la guerrilla zapatista y, ahora, se suma el narcotráfico que ha encontrado en esos lugares donde el estado no tiene presencia, una oportunidad para producir y traficar, lejos de la mirada de las autoridades.

El mandato es claro: aunque Chiapas no es ni de cerca uno de los estados más inseguros del país, sí es uno donde los delitos han aumentado rápidamente; Chiapas no es Sinaloa o Tamaulipas, aquí el gobierno puede todavía recuperar el control de territorios perdidos con relativa facilidad y así, mostrar como un triunfo una hipotética pacificación del mismo.

La Fuerza de Reacción Inmediata Pakal ha sido el instrumento para llevar la nueva estrategia de seguridad en el estado. Este grupo es aparentemente estatal y obedece a la Secretaría de Seguridad del Pueblo de Chiapas, aunque hay claras señales que el gobierno federal asesora y acompaña fuertemente a este grupo de 500 elementos que son ex militares y ex guardias nacionales.

Eduardo Ramírez, el gobernador de Chiapas, juega un poco a ser Felipe Calderón: su estrategia de mano dura ha sido validada por Sheinbaum y la presencia de Omar García Harfuch en la entidad es constante. El modelo recuerda un poco a El Salvador: se arrestan personas por parecer algo o por estar en un lugar y un momento específico, se hacen cateos ilegales y al siguiente día, averiguan si hay o no un delito que perseguir. En las calles si no ves una patrulla estatal pasar, ves un convoy de la guardia nacional, a la siguiente cuadra una camioneta con soldados y luego se repiten las visiones.

La población chiapaneca se sentía muy insegura y parece que ver fuerzas de seguridad una y otra vez en el centro de sus ciudades los ha tranquilizado, y se refleja en los indices de popularidad del gobernador que van aumentando.

 

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal.

exxebo@hotmail.com Facebook: Arma Eboli

 

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