OTIS: RECUENTO COMPARATIVO DE DAÑOS
Mtro. José María Villalobos Rodríguez

In memoriam de Humberto Sarmiento- Economista non.

¿A cuánto asciende lo que se perdió en Guerrero por el brutal impacto de los vientos que a 300 km/hora destrozaron la costa de Acapulco y de otros municipios de Guerrero? Se ha manejado por los empresarios daños cercanos a $15 mil millones de dólares. Entre enero y junio 2023 el PIB guerrerense creció 1.68% la mitad del crecimiento promedio del PIB de México. El estado tiene una economía centrada en turismo, comercio, hospedaje y gastronomía que aportan 70% a su PIB, uno de los tres más bajos del país, y el segundo nivel más bajo de ingreso per cápita solo superado por Chiapas. El 64.8% de los hogares viven en pobreza alimentaria, tiene el segundo nivel de empleo informal con 70% y su calidad de vida es la penúltima de las 32 entidades federativas. El 49.1 % de sus habitantes perciben la inseguridad como el mayor problema de Guerrero y su agricultura es de autoconsumo – muy lejos de los rendimientos promedio de maíz en México. El “Diagnóstico de peligros e identificación de riesgos de desastres en México” que publicó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) en 2011 estimó el valor monetario de los daños que los desastres han causado de 1900 a 1989 (Tabla 3, páginas 21 a 25). Destaca en el caso de huracanes, el Paulina de 1987 dejó pérdidas por 80 mil millones de pesos, 200 muertos y 50 mil damnificados en Oaxaca; el Gilberto de septiembre de 1988 causó daños estimados en 2 mil 092 millones de dólares, 250 muertes y 150 mil damnificados. Esta semana se ha planteado que los daños, de debido al Otis en Guerrero estimados por los empresarios en US$ 15 mil millones de dólares no son relevantes. Que en pocos meses se reactivará Acapulco pese a tener cerca de 200 muertes y al menos medio millón de damnificados. Observemos que un millón de dólares de 1985 equivalen a US$ 2 millones 865 mil 305.89 dólares de 2023 para comparar a OTIS con otros eventos. El sismo de 1985 dejó daños en la Ciudad de México y Michoacán por US$ 4,000 millones de dólares, cuyo valor actualizado a 2023 equivaldría a US$ 11 mil 452.2 millones. Esto arroja que medido en dólares de hoy los daños estimados en Guerrero superan en US$ 3 mil 547 millones 800 mil dólares a los que provocaron los sismos de 1985. Los sismos de 1985 causaron 4 mil 287 muertes y 37 mil 300 damnificados, llevando al Gobierno Federal a solicitar una suspensión temporal de pagos de la deuda ante la magnitud de la afectación en infraestructura y la caída de ingresos por la parálisis económica de los sitios afectados. El entonces Presidente De la Madrid se negó en principio a recibir ayuda alguna; cambió ante el alcance de los daños. Está claro que no es comparable el tamaño de la economía y el poder de recuperación que tiene el Valle de México con el de la Bahía de Acapulco y Coyuca de Benítez en Guerrero. Lo acabamos de comprobar tras la pandemia de COVID. El hecho de ser una economía diversificada con un gran acervo de capital humano da por resultado que el Valle de México se esté recuperando mucho más rápido que las economías de servicios de gobierno y turismo- como es el caso de Oaxaca, Yucatán o Guerrero. Este último estado ya venía arrastrando una pesada losa por la inseguridad. Las malas noticias eran frecuentes. El Estado de Derecho brillaba por su ausencia justo cuando vientos superiores a 300 km/hora se abalanzaron sobre Acapulco. El Huracán Otis categoría 5 en la escala de Simpson Safire vino a destruir todo a su paso en cuestión de minutos. Las alertas tempranas fueron insuficientes. El enigma ahora consiste en qué se necesita hacer para que nuestros gobernantes reflexionen sobre la verdadera tragedia humanitaria que hoy vive la gente en Guerrero. Se ha dicho que no faltan recursos y que la emergencia se ha superado. No es factible que así sea. En el resto de lugares afectados por huracanes o sismos en México y en el extranjero los procesos para normalizar ciudades afectadas llevan años, exigen constancia y cuestan millones de pesos. Hoy día en Nueva Orleans aún persisten los efectos devastadores del Huracán Katrina y como centro turístico no ha vuelto a ser lo que fue. Igual sucede en Puerto Rico- que además el huracán tuvo que soportar las ofensas de Donald Trump. La reparación de los daños causados por OTIS a una de las tres economías más frágiles de México nos debe de mover a reflexión y a hacer un lado los extremos: no magnificarla ni hacerla menos. Después de 270 huracanes recibidos en las costas mexicanas ya es hora de tomar en serio la prevención de desastres, los seguros catastróficos, las normas de construcción, el ordenamiento territorial, los usos del suelo, los atlas de riesgos, la planeación urbana, la gestión de ríos, costas y mares, la conservación de manglares, flora y fauna, el control de contaminantes…en fin, todo aquello que nos falta para salir de ser un país del TERCER MUNDO, un gigante con pies de barro.

A lo largo de octubre de 2023, México experimentó cuatro tormentas tropicales que atravesaron el cinturón maicero occidental. Dos de estas tormentas tocaron tierra en Guerrero, lo que representa alrededor del 6% de la producción de maíz de verano. El 10 de octubre, la tormenta tropical Max llegó al oeste de Guerrero con un impacto mínimo reportado sobre el maíz de verano en el estado. Sin embargo, el 25 de octubre, el huracán Otis entró en Guerrero como tormenta de categoría 5, y las primeras estimaciones reportaron daños en al menos 6,000 hectáreas para el maíz de verano.
FUENTE.- DEPARTAMENTO DE AGRICULTURA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.

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